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El legado de lo efímero:Juan Such Roca

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Juan Such Roca (Alicante, 1884 - 1946)
9 años en activo
11 fogueres plantadas
1 primer premio
1 galardón en la máxima categoría

Fueron sus primeros dibujos dirigidos en la academia de Lorenzo Casanova. Trabajó posteriormente como dorador de muebles, ayudando a su maestro a dorar retablos en la iglesia de San Juan y en la colegiata de San Nicolás de Alicante. Más tarde marchó a Valencia, dedicándose a la litografía, pero a ruego de su familia, regresó a Alicante, volcándose en el dibujo comercial y el rotulado. Con la ayuda de Pedro Santos, montó «Litografía Moderna» en Benalúa, que pasó a formar parte, más tarde, de «Litografía Moderna y Artes Gráficas Gutenberg». Separado de esta unión, inició trabajo por cuenta propia en diversas actividades, siempre relacionadas con el arte, destacando su trabajo a las órdenes del cronista de Alicante, Francisco Figueras Pacheco, en restauraciones arqueológicas y, sobre todo, en dibujos de los hallazgos en el Tossal de Manises, de la Albufereta. Fue también autor del diseño del escudo municipal de Alicante, escogido previo concurso entre dibujantes.

Miembro de la tripleta vencedora en la primera edición de la Fiesta, con Parada y fonda (Benalúa 1928), fue esta su única asociación con otros artistas. Como constructor de fogueres se caracterizó por unos cuidadísimos bocetos a plumilla, que se conservan en el Archivo Municipal de Alicante, tan minuciosos como lo fueron luego los monumentos derivados de los mismos. Su labor se desarrolló en un breve período, desde el año fundacional hasta 1941, pero logrando importantes galardones, entre los que destacaron, con Segundo Premio de Categoría A en ambos casos, Micaelet crida als seus y Coca en toñina (Benalúa 1936 y 1940). Fue también autor de los primeros «nanos i gegants» del Ayuntamiento de Alicante.

Su obra foguerera en imágenes:

1928 BARRIO DE BENALÚA - «Parada y fonda» (con Gastón Castelló y José Marced Furió), 1.er Premio.


1929 BARRIO DE BENALÚA - «De enero a enero», 3.er Premio.


1930 MERCADO - «¡Que no en venguen!...».


1931 MERCADO - «Dos feches: 1521-1931», Premio del Diario de Alicante.


1932 ALFONSO EL SABIO-QUINTANA - «Nostre clima y nostres danses».


1932 MERCADO - «Torpedeo a España», 6.° Premio (Cámara de Comercio).


1933 BARRIO DE BENALÚA - «Sol y arrós».


1936 BENALÚA - «Micaelet crida als seus», 2.º Premio de Categoría A.


1936 ORÁN - «Dos chermanes», Premio de la Cámara Propiedad Urbana, Categoría A.


1940 PLAZA DE BENALÚA - «Coca en toñina», 2.º Premio de Categoría A.


1941 BENALÚA - «La gaspachá».



El legado de lo efímero:Juan Esteve García

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Juan Esteve García (Alicante, 1890 - ¿?)
11 años en activo
26 fogueres plantadas
1 monumento en el Ayuntamiento
2 ninots indultats

Aficionado a la escultura y al modelado desde niño, tuvo por primer profesor al escultor alicantino Rafael Reus. En Barcelona se perfeccionó con el escultor catalán José Company, y en la Escuela de Bellas Artes, donde obtuvo Medalla de Plata. De regreso a Alicante, se dedicó a trabajos de modelado y a la escultura por cuenta ajena, para todos aquellos que requerían sus servicios. Es autor del panteón que, por suscripción popular, se construyó en el cementerio de Nuestra Señora del Remedio de Alicante, para el infortunado diestro alicantino, muerto en la plaza de toros de Inca, Ángel Celdrán Carratalá. Durante cinco años estuvo empleado en la Escuela Profesional de Bellas Artes de Alicante, cargo que abandonó por enfermedad.

Artista foguerer desde la creación de la Fiesta, con «Escena picaresca» (Plaza Reina Victoria 1928, actual Calvo Sotelo), además de trabajar en solitario colaboró con otros artistas como Lorenzo Aguirre, Heliodoro Guillén, Gastón Castelló, José Barahona y Ángel Berenguer, aunque únicamente firmaría con Francisco Muñoz Gosálbez. Sin embargo, sería su hermano Gaspar (1891-1951) su más directo colaborador en trabajos de fogueres, hasta el punto de firmar con frecuencia como Esteve Hermanos.

Su carrera se desarrolló fundamentalmente hasta la contienda nacional, pues apenas realizó fogueres con posterioridad a la misma, en concreto hasta 1941. Dos de sus ninots fueron indultados: Tiruliqui en 1932 (Pascual Pérez-Torrijos) y Dolçainer Talento en 1940 (San Fernando). Y no se ciñó únicamente al monumento foguerer, sino que también hizo portadas de barraca (Peña «Los Gorilas» 1933 y Peña «Un día... un día es» 1935, ambas como Esteve Hermanos), e incluso ninots de carrer (Alfonso el Sabio-San Vicente 1932; Asociación de la Prensa 1934, como Esteve Hermanos). Aunque poco premiado, y zarandeado con cierta frecuencia por la censura, fue un artista muy querido y apreciado por la familia festera. Esta es su obra completa:

1928 PLAZA REINA VICTORIA - «Escena picaresca».


1929 CAROLINAS ALTAS - «Las necesitats del barrio».


1929 CAROLINAS BAJAS - «Als fills ilustres de Alacant».


1929 MERCADO - «La cremá del gorro».


1929 PLAZA REINA VICTORIA - «Día de mona (en els Dotse Pontets)», Premio de Alicante-Atracción.


1930 BARRIO SAN FERNANDO - «Vistes del barrio» (con Francisco Muñoz Gosálbez).


1931 CALDERÓN DE LA BARCA - «Pera viure regular tens que heretar» (con Muñoz).


1931 PLAZA DE LA REPÚBLICA - «El triunfo de les fogueres» (con Muñoz), 5.° Premio.


1931 PLAZA DE LAS MONJAS-SAN AGUSTÍN - «Lo que vá de ahír a huí» (con Muñoz), Premio de Turismo.


1932 CALDERÓN DE LA BARCA - «La República triunfant».


1932 CALLE DÍAZ MORÉU - «Costera amunt».


1932 CALLE SAN VICENTE - «Poc a poc la República avansa».


1932 PASCUAL PÉREZ-TORRIJOS - «Perturbadors de la República».


1933 BARRIO SANTA ISABEL - «El triunfo de amor» (Esteve Hermanos).


1933 CALLE DÍAZ MORÉU - «Anguileta amagá» (Esteve Hermanos).


1933 CAROLINAS BAJAS - «Rapto de Alacant per el Mediterráneo» (Esteve Hermanos).


1934 BARRIO SAN FERNANDO - «Frutos de paz y frutos de guerra» (Esteve Hermanos).


1934 PLAZA JUAN POVEDA Y 1.º DE MAYO - «Este no es aquell poble vell, que es atre Alacant» (Esteve Hermanos), Premio de la Diputación Provincial, Categoría B.


1935 ARRABAL ROIG - «Lo que puede ser» (Esteve Hermanos), 3.er Premio de Categoría B.


1935 BARRIO SAN FERNANDO - «Alí-Cántara» (Esteve Hermanos), 3.er Premio de Turismo, Categoría A.


1935 CALLE GENERAL VILLACAMPA - «La festa més hermosa» (Esteve Hermanos).


1936 ARRABAL ROIG - «Maldito dinero» (Esteve Hermanos).


1936 BARRIO SANTA ISABEL - «Contrastes» (Esteve Hermanos).


1936 CALLE GENERAL VILLACAMPA - «Encara dihuen que es car» (Esteve Hermanos).


1940 SAN FERNANDO - «La festa del poble».


1941 SAN ANTÓN ALTO - «Les delicies del nostre port», Premio de Riegos de Levante.


Nueva Tabarca, una isla en invierno

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En 1971, tres jóvenes franceses se embarcaron en un pequeño balandro para ir a pasar un invierno en Tabarca. Querían rodar un documental sobre una comunidad de pescadores que vivían apartados del mundo moderno. Llegaron justo a tiempo, porque las primeras señales de cambio empezaban a aparecer… Regresarían cuarenta años después.

El siguiente texto está basado en el escrito por Martine y Jean-François Garry, publicado con el título original «Nueva Tabarca, une île en hiver» en el número 240 de la Revista Le Chasse-Marée, de fecha 6 de abril de 2012, páginas 34 a 51. Las fotografías son también obra de los mencionados autores.


Delante de la garita que se encuentra en el muelle del puerto de Santa Pola, un gran catamarán de motor, inmóvil, de color violáceo, está amarrado. Promete una «súper visión submarina»... Tabarca: estamos de vuelta. El tiempo cambia las cosas y los paisajes. Ni la isla que hemos conocido, ni nosotros, somos los mismos. Las imágenes que descubriremos nos servirán de puente hacia aquellas que vimos, y que nuestra memoria conserva a pesar del paso de los años.
Pedimos dos billetes para esta isla situada a unas diez millas al sur de Alicante, enfrente de Santa Pola.
—¿Hay un barco que solo haga la travesía?
—Si no queréis ver los peces, no tenéis más que quedaros en cubierta. No hay obligación de verlos.
Un poco abochornados, embarcamos.

La isla posee el título de primera reserva marina española desde 1986, sus aguas transparentes están protegidas. Desde cubierta, vamos descubriendo poco a poco la silueta alargada de la isla, aún cubierta por una ligera neblina. Parece un caimán.
Al acercarnos, el barco aminora y, como por arte de magia, muchísimos peces acostumbrados por tantas travesías alimenticias, saltan alrededor del barco y devoran, salvajemente, las cortezas de pan que amerizan y desaparecen enseguida de la superficie.
Fin de la comida.
Prosigue la travesía hacia Tabarca y llegamos a puerto. En el muelle no hay ningún barco de pesca, ¿ya no hay pescadores? Las canoas y los barcos para turistas ocupan el puerto junto con la lancha de la Guardia Civil.
Muelle de Tabarca
Desembarcamos, aprensivos, como de incógnito, arrastrados por la marea humana que se da prisa en ir a descubrir el lugar. En mitad del muelle nos paramos para contemplar el mar y prepararnos mentalmente para la vuelta a esta isla. Con tranquilidad, volviendo a descubrir este horizonte, con el corazón latiendo muy fuerte, inquietos por este volvernos a encontrar.
A la izquierda, nada ha cambiado. El Campo se estira, intacto, pelado, desierto hasta la punta Este, hacia el cementerio. A la derecha, las piedras de la muralla, rodean el pueblo y la puerta monumental se traga a los visitantes. En medio, la playa cierra el istmo.
La visión es dolorosa, ¿qué le han hecho a Tabarca?, el espacio está ocupado por bares y restaurantes y, ¿qué hacen allí todos esos patines varados en la arena? En lo alto de la playa, el antiguo almacén de la almadraba, donde se guardaba el material y las anclas, ha sido totalmente renovado. Un museo ha sido creado. Al entrar, hacemos partícipe al guía de nuestros secretos. Le murmuramos, como hablándonos a nosotros mismos, que habíamos estado en esta isla, entonces abandonada, todo el invierno 1971, y que ahora estábamos muy emocionados.
¿Estuvisteis un invierno en Tabarca, hace 40 años? ¡Debisteis de pasarlo muy bien!
Barca varada en La Caleta, con la puerta de San Rafael al fondo
No habíamos venido a divertirnos, sino a observar, ingenuamente, con el entusiasmo de la juventud, un grupo humano aislado en una isla. Acabamos de salir en mayo del 68, con la esperanza de una vida mejor y más fraternal. Las tentativas de convivencia comunitaria surgían, en Francia, por todas partes y queríamos experimentarlo en nuestra carne, viviendo cinco personas en un pequeño velero y acercándonos a una comunidad humana que fuera auténtica de verdad. La de Nueva Tabarca nos interesaba por partida doble: por su identidad insular y por su historia fuera de lo común.
En solo unos pocos meses, reunimos la tripulación, encontramos el barco de nuestros sueños: un hermoso balandro de madera de ocho metros y medio de eslora y con sesenta años de historia. Estaba un poco destartalado, pero tenía muy buen precio. Igual en Pornic, puerto de Bretaña, algunos aún se acuerdan de aquellos jóvenes que querían restaurar aquel velero. El resultado, tras algunos viajes para mejorar el acastillaje, dejaba que desear.
El Paloma, embarcación tradicional a vela
Nos hicimos a la mar. Pero a pesar de todas las reparaciones, el Paloma seguía haciendo agua, las costuras escupían la estopa y no todo cerraba perfectamente. Daba igual.
Nuestra comunidad no sobrevivió a la estrechez de nuestra cabina. Éramos cinco amigos a bordo cuando salimos de Pornic, dos chicas y tres chicos. Las bodegas estaban llenas tras un generoso avituallamiento. Había lo suficiente para no pasar hambre: sopas de sobre, verdura deshidratada, leche en polvo y en bote, galletas de chocolate, que un generoso donante de Nantes nos había regalado.
Tras varios meses navegando, solo quedaban a bordo algunas galletas y tres tripulantes, entre ellos las dos chicas. Nuestra experiencia de vida en comunidad no sobrevivió a la falta de espacio, a los cambios de tiempo bruscos del Mediterráneo y al agua que entraba por el suelo. Habíamos fracasado, hay que reconocerlo.
Aunque desanimados al principio, pronto le dimos un sentido a nuestro viaje. En nuestras maletas había dos cámaras de 16 mm, rollos de película, carretes de foto, un magnetófono y nuestra juventud, apenas setenta años entre los tres, más que suficiente para lanzarse en la aventura.

Una mañana de invierno del año 1971, el Paloma entró en el puertecito de Tabarca y vino a amarrarse entre dos barcos de pesca, con un ancla a proa y un cabo a popa, amarrado al muelle. Nuestra llegada no pareció provocar ninguna sorpresa aparente. Desde el principio, el paisaje nos comió, nos volvimos invisibles, anónimos, incluso, tal vez, ignorados. Un hombre muy curioso, en el muelle, nos sonríe de golpe y se dirige a nosotros en valenciano. Parece recitar letanías incomprensibles. Se llama Pepe.
Durante cierto tiempo, lo único que hacemos es descubrir la isla y sus habitantes. Lo miramos todo, como si fuéramos pintores, analizando el conjunto y buscando los detalles... Vamos y venimos por este lugar tan pequeño, 1800 metros de largo por 300 de ancho. Nuestra presencia aquí, fuera de temporada, no parece intrigar ni molestar a nadie... Es necesario esperar un cierto tiempo para saber lo que se oculta en este silencio. A medida que pasa el tiempo, la reserva distante cede el paso a las preguntas. Las primeras fueron las mujeres: ¿éramos turistas, como esos extranjeros que vienen en verano? Con el pretexto de ayudarnos a amarrar mejor el barco en este puerto, que estaba tan mal protegido contra los vientos de invierno, los hombres empezaron a hablar: ¿de dónde venimos?, ¿qué hacemos?
Almacén de la almadraba
¿Por qué habíamos elegido Tabarca antes que otra isla? Tal vez a causa de la historia singular de sus habitantes. Esta isla, expuesta a los vientos, que emerge a 3 millas de Santa Pola, se llamaba en otros tiempos Isla Plana.
En el siglo XVIII, los piratas berberiscos la habían convertido en una base avanzada de sus incursiones en la costa española. Es para luchar contra esa plaga que la isla será fortificada y poblada, en 1770, con familias de origen genovés. No venían de Italia, venían de la otra Tabarka, una isla cerca de las costas tunecinas, antigua posesión española, que se volvió genovesa hasta que el Bey de Túnez, Ali Pacha, se hizo con ella en 1741 y esclavizó a su población cristiana. Quince años después, tras la toma de Túnez por los argelinos, los tabarquinos genoveses, que vivían esencialmente de la pesca del coral, son deportados a Argel. Al fin, en 1768, el muy católico Carlos III de España, compra su libertad, y al año siguiente los transfiere a la Isla Plana, rebautizada Nueva Tabarca.
Es así como 385 personas, hombres, mujeres y niños, perteneciendo a setenta y cinco familias, se instalan en el pueblo que se había construido especialmente para ellos y protegido por una poderosa muralla. Las casas bordean las calles rectas, junto con una iglesia majestuosa y una plaza de armas que preside la Casa del Gobernador. El conjunto fue concebido por el conde de Aranda en el espíritu del Siglo de las Luces, con la doble inquietud de la defensa militar de las costas y del bienestar de sus habitantes.
Iglesia y calle de Tabarca
Cada familia recibe el usufructo de una casa y de un pedazo de tierra, así como el mobiliario indispensable y las herramientas, y un peculio. La población activa se compone de agricultores, pescadores y artesanos, un equilibrio que debía permitir una autonomía suficiente. Los tabarquinos obtienen, además, el privilegio de ser dispensados del servicio militar y, también, del pago de impuestos.
Desde el principio aparecen numerosas dificultades: las casas con el tejado en terraza son demasiado altas y las tormentas las estropean; las tierras áridas no se pueden cultivar; y aún peor, el agua de lluvia recogida en las cuatro cisternas no abastece las necesidades de los habitantes. La miseria se instala, lo cual da lugar a rudas oposiciones entre los tabarquinos y el gobernador que representa a las autoridades. El poblar la isla solo se justifica por el deseo de apartar a los piratas. Así es que, cuando a principios del siglo XIX, desaparece esta amenaza, el gobernador y sus soldados se van de Tabarca, dejando a los habitantes a su triste suerte.
Los tabarquinos sobreviven a pesar de todo. La comunidad se mantiene hasta el año 1910. A partir de esta fecha, los supuestos aportes de la civilización incitan los tabarquinos a emigrar a la costa. En los años 60 quedan en Tabarca 274 habitantes. Muchos son viejos aferrados a una tierra, a la que les unen demasiados recuerdos. Los jóvenes, que también están enraizados aquí, acabarán yéndose hacia el mundo moderno.
Llaut de pescadores tabarquinos, entrando al puerto
El 18 de enero de 1971, a las cinco de la mañana, el maestral, viento seco y violento del noreste, sopla en borrasca y maltrata el Paloma. La escollera del puerto, que protege de los vientos del Este, no sirve para nada. El barco tira mucho de sus anclas, que acaban garreando. Poco a poco, el muelle se acerca. No se puede maniobrar, demasiada mar, demasiado viento. No es posible desembarcar. Tememos que los cabos cedan y derivemos contra el atracadero.
Las olas rompen contra el muelle y rebotan contra el casco. Durante la noche, el viento ha aumentado tanto que la resaca parece vaciar el puerto.
Llega el alba, y con ella la esperanza. Un hombre aparece en lo alto de la muralla. Está escrutando el puerto buscando su barca con la mirada, y comprende enseguida lo que nos pasa. Poco después, aparecen cuatro hombres llevando un ancla muy grande que proviene, sin duda, de la antigua almadraba. Remando, van más allá del Paloma y la fondean. Un calabrote aterriza a bordo del balandro, y nuestros salvadores corren a refugiarse a sotavento del muelle. Nosotros cobramos el cabo y lo amarramos, el muelle y el peligro se alejan, los hombres han desaparecido.
Cuando vuelven más tarde, el viento ha amainado. Traen una maroma que tensan entre nuestra roda y la punta del muelle, cerrando el camino a los barcos que quieren llegar al mismo. A lo largo de nuestra estancia invernal, en cada entrada o salida al puerto, por la mañana y por la noche, había que amollar este cabo y luego tensarlo para dejarlos pasar. Una maniobra sin palabras, que los pescadores hacían solos, muy a menudo. Una dificultad que prefieren ignorar a pesar de nuestras protestas, no queríamos estorbar, y ayudarles en la maniobra. Solidaridad obligada, lo esencial es asegurar los barcos. El hecho que seamos extranjeros no tiene importancia, es como si el hecho de estar en Tabarca bastara para tener nuestro sitio.
Esta aventura nocturna nos vale el ser considerados de igual a igual, como marineros, compartiendo el mismo mundo y los mismos tormentos.
Tabarquina
Isabel, la mujer de Tomás, uno de los pescadores, ha bajado al puerto y nos propone venir a dormir a tierra cuando el viento sea malo. Nuestro barco ya no teme nada. Pero esa misma noche nos instalamos en su casa. Isabel es una mujer menuda, trota como un ratoncito, siempre sorprendida y admirando cada palabra de su marido. Él, Tomás, llamado el llarg, encuentra inmediatamente en mi altura y mi delgadez un punto común entre nosotros... Tomás e Isabel, con 60 años cada uno, viven en su casa con Rafael, su hijo, y su mujer Petrola.
La casa, de la qué están muy orgullosos, la han construido con sus propias manos, en familia... Rafael y Petrola, recién casados, viven arriba. Nos honran enseñándonos armarios y cajones. Isabel, muy entusiasta, precede al grupo y lo abre todo a su paso. Nos ofrece una habitación sencilla, blanqueada con cal, que no balancea ni cabecea. Un oasis de paz, un refugio. Dormiremos aquí todas las veces que el Paloma se mueva demasiado en el puerto.
Tomás e Isabel viven modestamente, como todos los tabarquinos, pero no dudan en compartir con nosotros la cena, a la luz de un candil. Nos cuentan cosas de la isla, los náufragos, la pesca. Hablan poco de sus dificultades y saben poco de su origen genovés, que hace recordar sus apellidos con sonoridad italiana.
Desde hace poco, corre un rumor que pone a todo el mundo en ebullición. El nuevo concejal de Alicante ha venido a la isla y ha traído un plano del siglo XIX. Dice el concejal que toda construcción que no figure en ese plano deberá ser destruida. Inquietud... ¿qué derechos tendrán los tabarquinos si la amenaza se precisa? Nadie tiene título de propiedad. Las casas más antiguas habían sido regaladas a sus antepasados en usufructo, las otras se han construido sin autorización. Desde siempre se construye en Tabarca sin permiso. Se podría invocar el derecho consuetudinario, por supuesto, pero, cara a la Administración, ¿qué valor tendría? Isabel y Tomás nos preguntan, pero no sabemos contentar, lo que sí que sabemos es que en caso de problema harán frente común. Hace dos años, ya se les había propuesto abandonar la isla para crear un complejo turístico. A cambio, habrían tenido un alojamiento en uno de los edificios nuevos de la costa. Pero, ¿como se puede abandonar la tierra de sus padres, la casa donde se ha nacido y lo que se posee, por pequeño que sea? ¿Abandonar todo lo que forja tu vida? Los días pasan y las noticias cambian. Ya no se habla de desplazar a los tabarquinos, esta es su isla.
Pepe Canà vestido de cura y «oficiando una misa» junto a la muralla
¡Sorpresa! En el extremo de la isla, en un rincón de la muralla, en el hueco de una bóveda, nos hemos encontrado con un hombre vestido con una sotana. Gesticulaba, vociferaba, ponía los ojos en blanco; parecía celebrar una misa profana y declamar un sermón apasionado e incomprensible. Hemos conocido a Pepe. Este hombre está un poco loco, pero todos los de la isla lo protegen. Nos ofrece su compañía, inofensiva y alegre. Con él, recorremos la isla, el campo pelado, hasta la granja abandonada, la casa del pastor. Cada día nos espera en el muelle, impaciente de vernos bajar a tierra. En su cabeza, mil profecías barrocas. Piensa ser cura. En ningún otro lugar en esta España muy católica de los años 70, esta libertad, por no decir blasfemia, hubiera sido tolerada. En Tabarca, los habitantes sonríen de su locura y no se extrañan. Es más, es el antiguo sacerdote de la isla quien le ha regalado su sotana. Y, cuando los dos guardias civiles se lo encuentran durante su «misa», se quitan el tricornio respetuosamente.
Pepe va a ser el hilo conductor de nuestra película, el personaje emblemático de esta comunidad unida y humana. «Tabarca, los higos chumbos, el viento que sopla, que da dolor de cabeza... y San Pablo y San Pedro que nos miran...». Pepe hace sus sermones en valenciano, en ellos se mezclan San Pedro, la Coca-Cola y las chicas en bikini... Las chicas que él ve en verano, exhibiéndose, y que no se preocupan de la mirada de los autóctonos. Es difícil saber si Pepe encuentra el espectáculo indecente. Él es un devoto de los santos patrones del pueblo, San Pedro y San Pablo, que protegen a la isla. Pero Tabarca no deja de estar abandonada a su destino: sin agua corriente, sin electricidad, sin sacerdote, sin riqueza... Los tabarquinos viven al margen de la sociedad española.
Calafates
Cada día vamos a ver los progresos de un barco que se construye, y observamos los gestos de los tres calafates que lo trabajan, al aire libre, protegidos por la muralla. Pocas herramientas: martillo, mazo, azuela, sierra y pinza. Aparte de un cordel, que se tensa en torniquete para regular la separación de las cuadernas, todo el trabajo se hace a ojo, sin plano, por supuesto. 
La tradición, la memoria del gesto, guía al calafate.
Utilizado para la pesca y los intercambios con la costa, el barco es un elemento vital en la vida de los isleños, de él depende la supervivencia de todos. El llaut es el barco más popular de la isla, junto con su hermanita, la bussa.
La flota local llegó a su apogeo en 1920, dando trabajo a los calafates, que incluso iban a trabajar, a veces, a los puertos vecinos. A Tomás le gustaría tener una barquita que, aunque pequeña, fuera suya. Tras tantos años pasados en la mar, tantos viajes lejanos, esto sigue siendo solo un sueño. Nos lo cuenta sin queja, es, simplemente, la realidad.
Pegado a la muralla, frente al puerto, un hombre mayor escruta el horizonte. Esta allí todas las mañanas, durante horas. Ha conocido la pesca en la época de la vela y la gran almadraba, la última en actividad en esta costa. Una pesca de combate colectivo, que ha perdurado en Tabarca hasta los años 60, una pesca en la que los hombres luchaban, hombro con hombro, para sacar de la inmensa trampa los enormes atunes que podían pesar hasta 300 kilos. La almadraba estaba calada con noventa y cinco anclas, muy pesadas, a una milla de la isla en dirección sureste. Treinta marineros trabajaban en ella, todos eran de la isla. Las redes eran fabricadas aquí por unas quince mujeres. De febrero a octubre, la almadraba operaba de forma continua, con buenas capturas, pero la excesiva explotación de esta riqueza y las modificaciones de las costumbres migratorias de los atunes, acabaron con esta tradición.
Desde que se abandonó la almadraba, muchos pescadores se han ido de la isla, con una gran pena, para ganarse mejor la vida en otra parte. Los otros viven de una pesca de cabotaje, para subsistir. Unos veinte llauts motorizados, de ocho metros de eslora aproximadamente, que usan diferentes artes de pesca... El palangre, el más utilizado, se hace en la zona de dos millas, para capturar doradas, meros, dentones o sargos. El trasmallo se cala de la primavera al otoño, y sobre todo en verano, cerca de la costa, para atrapar salmonetes. Los tabarquinos utilizan también las nasas y las poteras. La potera se practica a una milla, en alta mar, por veinte brazas de fondo, para pescar el calamar.
La vida del puerto sigue el ritmo de las entradas y salidas de la flota pesquera y la preparación de los útiles: limpiar redes, enrollar las líneas en las cestas, preparar los cebos, fabricar las nasas… Al caer la noche, se enciende, para los que llegan más tarde, una lámpara que se balancea en lo alto de un mastelerillo en la punta del muelle. Cuando llega el momento de calafatear los barcos, los hombres unen sus fuerzas para halar cada barco a tierra. El cabo, tirante por la fuerza de tantos brazos, se desliza en una enorme polea, mientras que las voces marcan la cadencia del esfuerzo.
Distribuyendo el agua
Por la mañana, a partir de las ocho, las mujeres van a coger el agua del día a la reserva común. Entre cántaros y garrafas, es «radio pozo» un momento de reunión que todas aprovechan, jóvenes o mayores, para comentar las novedades. Después, con la garrafa de agua calada en la cadera, vuelven a casa. En sus casas guisan el pescado con arroz, la comida básica, y las canciones se escapan por las ventanas. A veces entonan estribillos en un idioma que ya no entienden, canciones de otro tiempo, transmitidas de generación en generación. Son los últimos recuerdos de su antiguo origen genovés.
Para ahorrar agua dulce, van a fregar los platos al mar, arrodillándose en el margen de un lavadero natural, en un rincón de rocas del puerto.
Las mujeres también participan en las artes de la pesca. El remendar redes no tiene secretos para ellas, y muchas también hacen redes nuevas. Con 78 años, María fabrica un kilo de red en dos días, y vende su producción en Santa Pola a 24 pesetas el kilo. Un oficio poco enriquecedor, que las más jóvenes ya no quieren hacer.
Los niños se divierten en la plaza del pueblo a la hora del recreo, por la tarde, al salir de la escuela. Una clase para todos en una casita. Juegan al corro, chillan, juegan y ríen. ¿Cuál es su futuro? Las chicas irán sin duda a la costa a buscar trabajo. Los chicos se embarcarán para ir a pescar a Canarias. Ocho meses sin tocar tierra, llenando con toneladas de calamar la barriga refrigerada de un palangrero. Al volver, descansaran uno o dos meses y se volverán a marchar. Y es que hace falta dinero para construir en la costa, el sueño de la mayoría de estos jóvenes.
Niñas a la salida de la escuela
Numerosos isleños tienen la impresión de haber sido dejados de lado, abandonados por el resto del mundo, de vivir a la dura una existencia precaria más difícil que en otra parte.
El pueblo no olvida, como un símbolo de su desamparo, el drama de esta mujer, de parto, que murió en pleno temporal cuando la llevaban al hospital. Solo queda una solución: arrimar el hombro.
Tres veces a la semana, el María Dolores, el correo de la isla, hace el viaje hasta Santa Pola. Los tabarquinos se embarcan gratis. Al volver, el barco va cargado con pasajeros, pero también con botellas de gas, cajas de botellas y cestas de provisiones: frutas, verduras y otros víveres que hay que ir a comprar a la costa. El sábado es el gran día. El pueblo está en plena actividad. Es el cambio de los guardias civiles. Sus capas hinchadas por el viento, los que llegan van al cuartel, en la Torre de San José, en medio del campo de higos chumbos.
Desde hace poco, corre un nuevo rumor de punta a punta de la isla. La ciudad de Alicante va a regalar a Tabarca un potente grupo electrógeno para tener luz en las casas y en las calles. ¡La luz eléctrica en la isla! Los tabarquinos no se lo creen, al fin, alguien ha pensado en ellos. Una delegación con chaqueta y corbata espera en el puerto al concejal de Alicante: el guardia civil, el alcalde, el enfermero, el maestro... ¿De qué hablan? Nos enteramos de que traerán dos motores el viernes. Luego traerán cabinas de playa que serán instaladas, la playa va a ser remodelada, aplanada. Hasta se habla de habilitar un terreno de camping. ¡Todo llega, estamos en marcha! Se va a limpiar la isla de arriba abajo, un empleado se va a encargar de que las calles estén limpias. Un pescador nos ha dicho que la isla se iba a convertir en un pequeño Montecarlo. ¿Un flujo de veraneantes para dar fuerza a esta comunidad abandonada? ¿Podría seguir viviendo la isla sin esto? ¿Se ha buscado otro tipo de soluciones?
Mujeres lavando en La Caleta
Una mañana de este invierno de 1971, una chalana atraca en Tabarca. Transporta un gran generador y una dinamo. La llegada es triunfal. Se descarga a fuerza de brazos, todos quieren participar en la maniobra. Discurso oficial. Aplausos. Es un buen día. El evento es importante. Una niveladora y un tractor acompañan al motor. Ellos han de limpiar la cala y la playa, donde reposan restos inútiles de barcos, que aún tienen su arboladura... La niveladora va a hacer desaparecer los últimos testigos de la historia marítima local. Hay que revalorizar la isla para que sea más limpia, más atractiva, para acoger a los extranjeros. ¿Quién se va a quejar? Asistimos, con el corazón en un puño, a la destrucción de las viejas barcas con velas latinas. La máquina las devora, las destroza y las empuja a la punta de la playa. Un gran montón que se va a quemar. Por casualidad, estamos presentes en este momento crucial. El momento en que el mundo moderno ha decidido irrumpir en Tabarca. ¡La isla, el paraíso del turismo! «¡Qué suerte para los habitantes!», alardean los empleados municipales. Estamos anonadados.
Los pescadores siguen en sus faenas como si no pasara nada, pero todos esperan un cambio, una vida mejor, más fácil. Tomás sigue relingando redes, su trabajo principal en invierno; cuando le cunde, monta una por día. En abril, ¿se va a volver a embarcar, como de costumbre, para ir a pescar a Marruecos? Cuatro meses en el mar, para tener de qué vivir en invierno.
Una vez la instalación hecha, la excitación se calma, la vida vuelve a su discurrir ordinario. Únicamente las luces en la noche anuncian los cambios que vienen. El ruido del motor, también, que oculta el soplar del viento. Tomás ha sido nombrado guardián del monstruo... Hará falta un cierto tiempo antes de que se vea la evolución de Tabarca. Esperamos, sin creérnoslo, que la fiebre de lo moderno no contagie a los habitantes, haciendo desaparecer su lado tan humano.
Estaban en el muelle cuando izamos las velas. Isabel nos dio un beso. Prometimos volver muy pronto. Era una mentira.
Niñas después de la escuela, jugando en la Plaça Gran
Otoño de 2011. Hemos estado andando todo el día por la isla, hemos visitado el museo dedicado a la historia de Tabarca y a su vocación reciente de reserva natural. En este lugar, muy bien diseñado, hemos descubierto tesoros, fotos de la almadraba en actividad, documentos de la pesca a vela, retratos muy enternecedores de tabarquinos de los años 60, secuencias muy hermosas filmadas en esa misma época. Lo que vemos nos da seguridad.
Esa misma tarde nos vamos de Tabarca. Esta breve estancia nos ha permitido sacarnos de dudas y abandonar las viejas ilusiones. La isla ha cambiado poco en su configuración. La muralla y las puertas monumentales han sido muy bien restauradas, así como la iglesia y la Torre de San José. Hemos reconocido cada calle, cada casa, los pozos, el «sitio» de la capilla de Pepe. Una mujer nos ha dicho que Tomás e Isabel habían fallecido, y que su hijo Rafael era patrón de pesca en Santa Pola. Según ella, nada es como antes. Otro mundo ha llegado a Tabarca. El agua corriente, la electricidad, el teléfono y el turismo han modelado una nueva isla. Las redes de pescar se han colgado de forma definitiva. Muchos son los que se han ido a trabajar a la costa. Durante el invierno hay menos de cincuenta habitantes. En verano, es la locura, ¡más de cuatro mil visitantes cada día!
¿Qué les ha pasado a mis amigos,
de los cuales he vivido tan cerca,
y a los que tanto he querido?
Parece que el viento se los ha llevado...
Este poema de Rutebeuf, que cantó Léo Ferré en los años 60, nos viene a la memoria. ¿Y sus hijos? ¿Dónde están los barcos de pesca? La comunidad tabarquina que nosotros habíamos conocido ha desaparecido, diseminada, ya solo existe en blanco y negro en nuestros recuerdos y en las fotos ¡Qué odisea tan increíble la suya!
En el camino de vuelta, en la autopista, escuchamos las noticias sin parar: la crisis económica en Europa, las promesas electorales... También se habla de un suceso horrible: la muerte de Yue Yue, una chinita atropellada por una camioneta en plena ciudad y que nadie ha socorrido. ¿Basta con indignarse? Pensamos en Isabel y Tomás, en su generosidad, en su humanidad, en la vida comunitaria que unía los habitantes de la isla y de la cual ellos dependían. Nos quedamos sin palabras. Cambiamos la frecuencia para escuchar música y ponemos el volumen muy fuerte.

Años después de nuestro invierno en Tabarca, y tras numerosas mudanzas, la película original de 16 mm que habíamos rodado en la isla en 1971, y de la cual habíamos hecho el montaje, se ha extraviado. No se hizo ninguna copia. Una gran bobina en una caja metálica. Tal vez se ha quedado en alguna parte: en un desván de Dinan, de Saint-Nazaire o de Douarnenez, o en otra parte, o en un rastro... ¡Si por casualidad la encontrarais, seríamos muy felices! Afortunadamente, nos quedan algunas imágenes, largas secuencias sin montar y las fotos que hicimos en aquella época, que el conservador del museo de Tabarca añadirá a sus colecciones. Es el punto final a esta aventura de juventud.
Pero, lamentablemente, la película no fue localizada, y el resto de esos materiales ha dado como resultado un interesantísimo documental sobre la isla. Esta es la noticia aparecida en el Diario Información del 7 de septiembre de 2014: «Del mayo del 68 a la vetusta Tabarca».
Más de cuarenta años después de su visita, tres franceses engarzan un documental sobre una isla anclada en el tiempo.
Si algo representó el mayo francés fue un tortazo al orden establecido, un puñetazo a la mente acomodada. De aquel movimiento, cinco jóvenes galos extrajeron su pretensión de conocer el mundo, de escarbar entre las sociedades más extrañas para embadurnarse de sus poco convencionales modos de vida. La motivación les llevó, en 1971, a Tabarca. A una isla que por entonces vivía ajena a los tímidos avances que se producían en la España franquista. Sus escasos vecinos subsistían sin luz eléctrica y sin red de agua potable. Lo cuentan ahora, más de cuarenta años después, a través de «Tabarca, una isla en invierno», un documental que recoge los restos de en lo que en su momento se diseñó como el reportaje audiovisual y que acabó perdiéndose. Los despojos, sin embargo, son un auténtico tesoro sociológico que refleja una comunidad que pocos meses después empezó a cambiar hasta convertirse en la Tabarca que se conoce hoy, asaltada por el turismo.
El documental ha sido proyectado durante casi todo el verano en la isla, con un enorme éxito de audiencia, concentrando a muchos de aquellos que aún conocen a los que aparecen en las imágenes. Lo exponen en voz alta y a nadie le molesta. Es agradable saber un poco más de lo que ofrece el documental, conocer detalles para sentirse parte de Tabarca.
«En aquel tiempo pensábamos que las comunidades aisladas representaban un modo de vida ejemplar con más humanidad. Queríamos entonces rodar cuatro reportajes: el de Tabarca, otro en Marruecos, otro en Yugoslavia sobre los gitanos y uno en Francia en una comunidad de neorurales. El de Tabarca es el que tiene más importancia para nosotros por el contacto humano y cariñoso que tuvimos con los tabarquinos», explican Martine y Jean-François Garry, dos de los protagonistas de una expedición que nació como una especie de comuna de cinco jóvenes pero que, con las dificultades posteriores, acabó por reducirse a tres personas.
Corría el 1971 cuando los galos adquirieron un balandro de madera de 8,5 metros de eslora y sesenta años de antigüedad. Lo denominaron «Paloma». Cuando el avituallamiento empezó a menguar y las inclemencias meteorológicos convirtieron el viaje en una odisea, la experiencia debió redefinirse. Dos cámaras de 16 milímetros, rollos de película, carretes de foto y un magnetófono les permitieron visualizar en sus mentes lo que después acabó por convertirse en una película, ahora en paradero desconocido. Así pudieron conocer y grabar a una sociedad cuyo raigambre se adentra en el Mediterráneo, con antepasados genoveses. De ahí sus particulares apellidos: Ruso, Chacopino, Manzanaro...
También observaron unos niveles de miseria que no habían podido ver en sus cortas vidas. Fue el 18 de enero de 1971 cuando su relación con Tabarca cambió drásticamente. Hasta ese momento habían observado a sus habitantes desde su casa-barco atracada en el puerto. Pero el mistral maltrató en exceso el «Paloma» y escenificó la solidaridad de los tabarquinos, que, tras combatir contra el temporal, invitaron a los franceses a hospedarse en una de las casas. Es por ello que el documental cuenta con un reconocimiento especial sobre la familia de Isabel y Tomás, su hijo Rafael y su nuera Petrola.
También ofrece el reportaje un especial trato sobre Pepe, un peculiar personaje de la isla del que han quedado grabados para la posteridad algunos de sus sermones «alternativos» que tanto hacían reír a los tabarquinos. La experiencia (estudio) de los franceses, así como el documental, finaliza con las reformas que se emprendieron poco después y que permitieron la llegada a la isla de grupos electrógenos que dieron luz a cada casa y a las calles. Una auténtica revolución.
La entrada de Tabarca en la modernidad llegó acompañada de su concepción como lugar potencialmente explotable por el turismo. «Cuando hemos vuelto, 40 años después, la hemos encontrado muy cambiada. Ha sido un choque, el turismo hace su trabajo. Pero queda una isla con algo de magia. El museo es muy interesante y cuenta la particular historia de los tabarquinos. Por lo demás, es la marcha irreversible del tiempo y del modernismo», finiquitan los Garry.



Videoteca tabarquina

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Recopilación cronológica de imágenes grabadas en Nueva Tabarca, que queda abierta a cuantas colaboraciones deseen aportar los lectores de este blog, para lo que se pueden poner en contacto en el formulario que aparece al pie de esta página, mediante un comentario en este mismo artículo, a través de las redes sociales, o en el correo lafogueradetabarca@gmail.com


Las definiciones de la imagen y el sonido de los vídeos, así como sus formatos son de muy diversa calidad, y dependen de las fuentes originales en que fueron publicados en la red.

1945
Fragmento del No-Do 140A del 10 de septiembre de 1945, probablemente las imágenes más antiguas que se conservan de Nueva Tabarca (Filmoteca Española)


Aproximadamente de la misma época, imágenes de la Almadraba "Isla de Tabarca", fragmento extraído de la película Tabarka (1996), de Domingo Rodes (imágenes de la Filmoteca Española)


1957
Fragmento de la película Manuela (1957), de Guy Hamilton, rodada en buena parte en Nueva Tabarca (Paramount)


1995
Tabarca Island el 30 de abril de 1995 (Ken Howes), vídeo personal con subtítulos en inglés


2002
La España sumergida, capítulo dedicado a Nueva Tabarca (RTVE)


2006
España Directo, programa titulado: ¿Para irse de luna de miel? (RTVE)


2007
Gaviotas agresivas, en Notícies 9 (RTVV)


2009
De cerca (De prop), en tres fragmentos (RTVV)


La Foguera de Tabarca 2009, en Bon Dia (RTVV)


2011
25 años de la Reserva Marina de Tabarca, en el programa Medi Ambient (RTVV)


Aislados, en Comando Actualidad (RTVE)


Caldero de Tabarca (Restaurante "Torre de Reixes")


El cementerio de Tabarca, en L'Objectiu (RTVV)


Proyecto "Nacra" (Obra Social CajaMadrid)


Tabarca ("Shuytic" en Vimeo)


2013
Explicación del plano Carta Geomarina"Tabarca Insulae" (Felio Lozano)


Isla de Tabarca, reserva marina (Mar de España)


Tabarca. Un paraíso muy cerca de ti (City & Experience)


Recorrido sobre Tabarca desde un helicóptero (Susana Micó)


Una isla llamada Tabarca (David Pascual)


2014
Ambientación proyecto largometraje "El Faro. Otra dimensión" (Paco Amat)


Els últims llops marins de l'illa de Tabarca (Javier Falcó)


Paradisos Terrenals (TV3)


2015
Costa España: "Tabarca" (RTVE)



(Continuará...)

Proyecto «Tabarca Island»

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El 11 de enero de 1962, D. Federico Trías de Bes Recolóns, en nombre y representación de la Compañía Mercantil «Tabarca Island, S. A.», que estaba domiciliada en Madrid, en la calle de Serrano n.º 77, en su calidad de Secretario del Consejo de Administración, exponía ante el Excmo. Ayuntamiento de Alicante:
1º. Que la Compañía Mercantil citada tiene suscrito con fecha 4 de Mayo de 1961 contrato de opción de compra para la adquisición de una parte de la Isla conocida con el nombre de Plana de Nueva Tabarca, integrada en el municipio de Alicante. La descripción de la parte que se adquiere es la siguiente: "un campo de tierra secana, de veintitrés hectáreas, ochenta y dos áreas y siete centiáreas, situada en la Isla de Tabarca del término de Alicante, lindante por el Norte, Este y Sur con orilla del mar; y por el Oeste, con el cementerio de dicha isla de Tabarca y con tierras del Ayuntamiento de Alicante".
También es objeto de esta opción una finca sita dentro del núcleo urbano, cuya descripción es la siguiente: "un trozo de tierra inculto comprensivo de dos mil setecientos setenta metros cuadrados, situados en la isla de Tabarca, término de esta Ciudad, lindante por el Norte, con casa de D. Constantino Bañón, D. Guillermo López y D. José Papí; por el Sur, Este y Oeste, con murallas".
2º. Que las escrituras y de­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­más documentos pertinentes para que "Tabarca Island, S. A." sea plena y públicamente titular del derecho de dominio sobre tales fincas, se otorgarán de acuerdo con la vendedora Doña Josefa Manzanaro Cardona, en la primera quincena del próximo mes de Febrero.
[…] 4º. Que la Sociedad que representa tiene la finalidad de llevar a cabo un planeamiento urbanístico total de la Isla, para dotarla no solamente de las necesarias instalaciones (tales como agua, electricidad, etc.) que la vida moderna exige para un normal y adecuado régimen de vida y saneamiento de la población, sino también restaurar y conservar los elementos de interés artístico e histórico existentes, reconstruyendo y realizando el proyecto existente de fecha mil setecientos setenta obra del Ingeniero Militar D. Fernando Méndez, […].
Se adjuntaba al escrito un plano de carácter general y provisional para complementar gráficamente el objeto del planeamiento urbanístico que se pretendía llevar a cabo.

Expediente «Tabarca Island» (Archivo Municipal de Alicante)

El 8 de febrero, el Arquitecto Municipal, «examinada la instancia presentada y el plano de Plan Parcial de Ordenación de la Isla Alicantina de "Nueva Tabarca", considera que no hay inconveniente alguno en que el Excmo. Ayuntamiento de Alicante, pueda otorgar a la Entidad Mercantil referida, la autorización previa».

Del mismo modo, el 28 de febrero, el Letrado Consistorial, evaluando el informe que por el Alcalde le había sido interesado, «nada puede oponerse en sentir del informante a que por S.E. sea concedida a la mercantil de referencia la autorización previa por la misma solicitada […] a fin de que por los Organismos públicos le sean facilitados cuantos elementos informativos precisare para llevar a cabo la redacción del correspondiente Plan y Proyecto».

La Comisión de Urbanismo, reunida en el día 14 de marzo, previa convocatoria, «se permite proponer a V.E. la adopción de los acuerdos siguentes:
  1. Autorizar a la Mercantil "Tabarca Island S.A." para que estudie la formación de un Plan municipal o comarcal para la urbanización de la Isla de Tabarca, como autorización previa […], pero concediendo a dicha Empresa un plazo máximo de cuatro meses para presentar el referido Plan y proyecto.
  2. Ordenar a los Servicios Técnicos Municipales que faciliten a "Tabarca Island S.A." cuantos elementos informativos precisare para llevar a cabo la redacción del correspondiente Plan y Proyecto, que deberá contener los extremos, documentos, planos, memorias, datos, esquemas, Ordenanzas, garantías, compromisos y medios económicos […].
  3. […] suspensión por un año del otorgamiento de licencias de parcelación de terrenos y edificación, en los sectores comprendidos en el perímetro de la Isla de Tabarca, con el fin de estudiar el Plan de Ordenación de la misma que ha sido solicitado, […]».

Mapa adjunto al Expediente «Tabarca Island» (AMA)

Por todo ello, el día 2 de abril, D. Santiago Peña Carrascosa, Abogado y Secretario General del Excmo. Ayuntamiento de Alicante, certificaba que, según resultaba del Borrador del Acta correspondiente a la sesión ordinaria celebrada el día 31 de marzo, «el Excmo. Ayuntamiento Pleno constituido en la presente sesión por la mayoría absoluta del número de miembros que con el señor Alcalde lo integran de hecho y de derecho en la actualidad, previa la consiguiente deliberación y conformándose en lo sustancial con lo dictaminado y propuesto por la Comisión Municipal de Urbanismo, adoptó por unanimidad los acuerdos siguientes:
Primero.- Conceder a la Mercantil "Tabarca Island S.A." la previa autorización que solicita para el estudio y formación de un Plan Municipal y Proyecto de Urbanización de la total superficie de la Isla de Tabarca, […].
Segundo.- […] ordenar a los Servicios Técnicos Municipales faciliten a la Mercantil "Tabarca Island S.A.", cuantos elementos informativos precise […]».
A lo que siguió, con fecha 24 de abril, el correspondiente Decreto, al que se sucedieron varios recursos, solicitando los firmantes poder realizar el mismo tipo de ordenamiento urbanístico desde la vigente propiedad de terrenos anexos, como particulares.

Leyenda del mapa adjunto al Expediente «Tabarca Island» (AMA)

El documento fechado 13 de junio de 1962, echaba atrás las pretensiones de los particulares firmantes sin que, a tenor de que el asunto quedaría en vía muerta a partir de entonces, supusiera nada definitivo al respecto, ya que, en definitiva, nunca se ejecutaría tal proyecto, a pesar de las resoluciones en contra de los particulares y a favor de la mercantil, que emitiría el Ayuntamiento de Alicante.
Expediente instado por Don Federico Trías de Bes Recolóns, en nombre de "Tabarca Island, S.A." solicitando autorización previa para llevar a cabo los estudios necesarios al planteamiento urbanístico en la Isla de Tabarca, en trámite de resolver los recursos de reposición interpuestos por Doña Salud Aldeguer Manzanaro, Don Tomás Aldeguer Lloret, Don Ricardo Bonmatí Abad en nombre de Don Alejandro Mahíquez Sánchez, Don Vicente Blasco Tortosa y Don Germán Schlüter Darés, contra acuerdo del Excmo. Ayuntamiento Pleno de fecha 31 de Marzo último.
[…] La Comisión Municipal Permanente constituida en la presente sesión, […] por unanimidad, acuerdan desestimar por improcedentes los recursos de reposición deducidos […], toda vez que tanto la resolución como todo lo actuado administrativamente en el expediente de donde ella dimana, está perfectamente ajustado a derecho, sin que por tal motivo haya sido cometida infracción alguna de los preceptos legales que rigen la materia, ni pueda hablarse tampoco de que la Excma. Corporación Municipal ha ejercido de la potestad administrativa para fines distintos de los fijados por el Ordenamiento Jurídico, que es lo que constituye la supuesta derivación de poder a que se alude por los recurrentes.
A pesar de ello, la noticia seguiría coleando durante meses, tal como se comprueba en la página completa que le dedicaba el Diario Información de 3 de febrero de 1963, con fotografía de pésima calidad incluida, en las «Páginas alicantinas del domingo»:



En enero del pasado año —ya lo dijo Información en una de sus reseñas municipales—, se presentó al Ayuntamiento una instancia por la que se solicitaba autorización para hacer un estudio completo de la isla de Tabarca y llevar a cabo un planeamiento urbanístico total en el que respetándose las características que presidieron el proyecto formulado en 1763 por el ingeniero don Fernando Méndez por encargo especial del rey Carlos III y cuya ejecución parcial permitió alojar a las 590 familias rescatadas del Bey de Túnez aquel año, se completara el citado proyecto, se dotara a la isla de los modernos adelantos que nos permiten a todos vivir con mayores comodidades en cualquier ciudad y a la vez se crease una zona turística y deportiva al margen del recinto urbano que pudiera constituir un centro de atracción del turismo, de primera categoría.
Como base operatoria, se alegaba en aquel escrito por la empresa que presentaba la instancia, que desde el año anterior tenía suscrita con determinado propietario una opción de compra de terrenos que representaban una extensión superficial equivalente a más de las dos terceras partes de la de la totalidad de la isla.
El Ayuntamiento, lo dijimos también, estimó que no comprometiéndose a nada no había inconveniente en que se hicieran cuantos estudios se desearan, y bajo ese concepto concedió la autorización deseada.
Desde entonces, las cosas que parecían tan llanas se han fruncido un poco. Aunque el dinero no huele, se huele a la legua y la opción de compra parece que perdió virtud ante ofertas más enjundiosas; nuevos elementos se hicieron visibles en el asunto hasta el extremo de llevar al Ayuntamiento a lo Contencioso por haber permitido el solicitado estudio. Pequeño mar de fondo en el que los intereses juegan sus estrategias, mientras la isla contempla cómo tras tantos años de vivir como un modesto remanso, se va convirtiendo en objeto de deseos y aspiraciones.
EL PROYECTO, ULTIMADO
Así las cosas, la empresa que solicitó la autorización terminó sus estudios, formuló un plan y lo tiene presentado en el Ayuntamiento con el deseo expuesto por escrito de que este lo apruebe para comenzar su rápida realización.
En él se trata de la inversión de más de 240 millones de pesetas en poner la isla al día, completando el plan de edificaciones de dos siglos, reparando la muralla, pavimentando las calles poco más o menos como en el Alicante peninsular, pero sin baches, construyendo una red de saneamiento, llevando agua, luz eléctrica, teléfono, etcétera, estableciendo modernos medios de contacto con la ciudad en cuyo municipio está incluida y creando una zona deportivo-recreativa de gran estilo pero sin edificios neoyorquinescos que rompan la perspectiva de un lugar hecho para el descanso y goce del clima fuera del mundanal ruido.
EL VECINDARIO TABARQUINO
Con independencia de lo bello y sugestivo que pueda tener tanto en el orden urbanístico como en el económico y de captación del gran turismo, al informador le interesa más que nada, saber en qué condiciones iba a quedar el vecindario tabarquino. Las poblaciones que han nacido al turismo, Benidorm por ejemplo, han creado sus zonas turísticas al margen del primitivo poblado y han sido sus habitantes los que ante la alegría dineraria de que daba muestras la ciudad residencial que llevaba su propio nombre, se decidieron a poner sus viviendas en orden de recibir el maná crematístico veraniego. Pero es que a fuerza de litoral, Benidorm sigue, con distintos nombres, hasta la frontera francesa dentro de España y al turismo no le era imprescindible el poblado.
Tabarca, por el contrario, no puede crecer y dentro de su recinto se ha de desarrollar todo. De ahí la preocupación por un vecindario cuyos derechos a seguir viviendo en la isla nacieron en el momento en que Carlos III alojó a sus tatarabuelos dándoles casa, que es lo único que se daba entonces.
NO INTERESA QUE SE VAYA
Aprovechando la presencia en Alicante, de personas vinculadas a la empresa que ha formulado el plan de urbanización de la isla, nos hemos entrevistado con una de ellas, que amablemente se ha brindado a ser nuestro «cicerone» en el recorrido por los planos y a la que nuestra primera pregunta ha sido esta:
—¿Qué le va a pasar al vecindario con esa urbanización? ¿Va a tener que irse?
—Todo lo contrario. Va a tener que quedarse. Al menos, ese es el propósito, el deseo y hasta la conveniencia de la empresa.
—Si me lo explica usted, lo entenderé mejor.
—Bien sencillo. En el orden personal, el vecindario ha de encontrarse más a gusto, porque se le dota de todos los adelantos y comodidades de que hasta ahora ha venido careciendo. En el económico, se le brinda la oportunidad de sacar un producto a sus viviendas, mejorándolas. En el profesional, exclusivamente centrada hoy día en la pesca, tiene al consumidor al alcance de la mano; y finalmente puede beneficiarse incluso, prestando su colaboración en los servicios que se establezcan.
Nuestros intereses, le hablo como empresa —sigue diciendo—, coinciden con los de los tabarquinos especialmente en las tres últimas características, tanto por lo que supone mayor capacidad de clientela, como por las mayores facilidades de abastecimiento, como por no tener que llevar a la isla todo el personal necesario para atender a las instalaciones, hecho que se produciría irremisiblemente si los vecinos se marcharan de Tabarca. Hay otra razón de orden psicológico, que tiene también su importancia; al turista le encanta departir con la gente del país, enterarse de sus costumbres y conocer esas mil pequeñas cosas que caracterizan el tipismo local. Si se marcharan los tabarquinos, tendríamos que hacer otros de artesanía, a los que en seguida se les vería el plumero.
Fotografía publicada en el Diario Información del 3 de febrero de 1963 (AMA)
SUFICIENTE ESPACIO
—Pero la isla no puede ser más grande de lo que es.
—Efectivamente. Pero si lo que usted quiere decir es que nos pueden molestar las edificaciones existentes en su condición de no nuestras, no es conflicto. En la zona de poblado de la isla (la parte más cercana a Santa Pola), queda terreno suficiente para edificar las viviendas necesarias para alojamiento del número de turistas sobre el que se ha hecho el estudio económico. Para nosotros, lo ideal sería que los propietarios de ellos se decidieran a construirlas; pero, en el caso de que no lo hicieran, naturalmente habría que ir a su adquisición por los medios legales establecidos, para suplir esa no colaboración.
INSTALACIONES
Estamos ya recorriendo la isla en el plano. En él se señalan los solares que pese a los propósitos de Carlos III quedaron mondos y lirondos y que aún siguen tomando el sol. Sobre ellos hay que construir las viviendas para los 800 turistas que alternativamente han de constituir la población flotante. Y en esa zona residencial se señalan, en la parte que mira a Alicante, dos playas, un club de yates y una zona para estos; en la que no vemos desde aquí, una piscina natural y una playa que se extiende por la franja estrecha que une las dos partes de la isla. En esta franja, la del puerto, se instalará lo que se llama el centro cívico, complementario de los servicios de las comunicaciones marítimas y demás correspondientes al aspecto comercial y de abastecimiento.
Y en la zona deportivo-recreativa, se acumulan todos los alicientes que, a más del buen clima, se ofrecen al turismo: Pesca submarina, palmeral, restaurante, boleras, frontón, baloncesto, tenis, jardín exótico, cuadras, mini-golf, esquí acuático y otras diversas instalaciones, entre las que figura un helipuerto, ya que la vía aérea cuenta en los proyectos de comunicaciones con tierra firme.
SERVICIOS
Una tubería submarina conectada con la conducción general de aguas del Taibilla, es la solución que figura en el plan para terminar de una con la ausencia total de agua potable en la isla. La instalación de alumbrado eléctrico, tanto público como particular, será alimentada por grupos generadores, por cable conectado con la red general alicantina, o por ambos medios a la vez, compensándose así las eventualidades que pudieran entorpecer la continuidad de un suministro que tiene tan destacada importancia.
El contacto marítimo con el puerto alicantino, sería establecido por una flotilla de embarcaciones adecuadas. Y a los anteriores servicios, se une la instalación de teléfonos, Correos, sucursales bancarias y demás que constituyan la continuación de la vida ciudadana en un trozo aislado de ella.
Y, como característica importante del plan presentado, nuestro interlocutor nos señala el hecho de que la máxima altura de las edificaciones no ha de rebasar los diez metros y que por lo tanto las instalaciones de cualquier clase, incluso las que puedan tener el carácter de hoteleras, se han de desarrollar en sentido horizontal.
Lo que no deja de ser un alarde.
Será casualidad o no, pero, en Santa Pola, en estas fechas y según este mismo diario, se barajaba la posibilidad de instalar un teleférico desde el cabo de Santa Pola hasta la isla. Pero el asunto quedó, igualmente, en agua de borrajas. «Tabarca Island», afortunadamente, pasó a ser un proyecto fallido.

La Foguera de Tabarca cumple 5 años

La frustrada foguera de Tabarca del 50 Aniversario

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El año 2015 hubiera sido un año de celebración, tanto desde el punto de vista lúdico como cultural, de dos relevantes efemérides tabarquinas. Dos acontecimientos en la vida insular alicantina, tales como el 50 Aniversario de la Foguera de Tabarca y el 40 Aniversario del Hermanamiento con Carloforte, quedaron en el tintero por falta de apoyo de las instituciones y de la administración municipal.

La celebración se prentendía llevar a cabo teniendo como punto central de la misma la plantà de una foguera inédita, de amplio contenido cultural y promocional del patrimonio tabarquino, en el centro neurálgico de Nueva Tabarca. Pero, antes de profundizar en ello, hagamos un pequeño resumen de lo acontecido cincuenta años atrás.

La Foguera de Tabarca 1965

Ya parecía vislumbrarlo, unos años antes, el escritor Miguel Signes Molinés, en un inspirado artículo que evidenciaba a todas luces la querencia que tenía por la isla, y lo hacía en la Revista Oficial de las Hogueras de San Juan 1962. Se hacía evidente que el autor ya estaba pergeñando la que sería su obra cumbre, su futura novela Tabarca (1976). Partiendo del avistamiento desde la isla de un castillo de fuegos artificiales el día de San Juan, Miguel Signes escribía un texto que, años más tarde, se convertiría en parte del capítulo XII de su novela, con el título «La noche de San Juan vista desde Tabarca».

Del hecho de que Nueva Tabarca fuera desde su creación un barrio más del municipio de Alicante, se deriva que tarde o temprano la fiesta del fuego llegara, como parecía premonizar Miguel Signes. Y así sucedió en el ejercicio foguerer 1964-65, por primer y único año de forma oficial. La bienvenida a la Fiesta, en palabras de Tomás Valcárcel Deza, entonces presidente de la Comisión Gestora de las Hogueras de San Juan, fue la siguiente: «saludamos con simpatía el nacimiento de la Hoguera de Tabarca, ese trozo de tierra alicantina que tanto auge viene adquiriendo en estos últimos tiempos».

La especial ubicación de este recién nacido distrito le hizo acreedor de una historia tan corta como cargada de anécdotas. La primera noticia que aparece en prensa lo hace en el Diario Información del 23 de marzo de 1965, con los titulares «Decidido: una hoguera más, la de Tabarca / Por primera vez en la historia de la Fiesta, la isla se convierte en distrito "fogueril" / Coste del monumento artístico: siete mil duros». El artículo incluía la fotografía del boceto del monumento a plantar en la isla, incluyendo el texto los componentes de la comisión del distrito, ya constituida, así como la temática de la foguera:
La Hoguera será una exaltación de la isla y de sus bellezas naturales, recogiendo, humorísticamente, diversos aspectos que se relacionan con sus costumbres y actividades, el pretendido servicio de transporte en un helicóptero desde la isla a la capital, la presencia de los turistas en la época veraniega, la pesca submarina.
La Foguera de Tabarca situó su domicilio social en la entonces denominada plaza del Pósito de Nueva Tabarca, y la comisión la encabezaban Vicente García Ruso, presidente, entonces alcalde pedáneo de la isla, y Rodolfo Marchori Rodríguez, segundo presidente y delegado de Gestora, por añadidura concejal del Excmo. Ayuntamiento de Alicante y delegado del mismo en Tabarca. Entre sus miembros se contaba con la importante aportación de Fernando Gil Sánchez, delegado de Prensa y Propaganda, periodista muy vinculado al Ayuntamiento y a la Gestora, colaborador habitual del Diario Información en temas de Fogueres.

El proyecto inicial contemplaba la plantà de la foguera en las inmediaciones de la plaza del Portal de Elche de la capital alicantina, dada la complejidad que entrañaba el traslado de la misma a la isla, pero el empeño —y posiblemente la financiación— de Rodolfo Marchori dio como resultado que la foguera se pudiera cargar en dos barcazas, que desde el puerto de Alicante partirían a Nueva Tabarca a tiempo para la plantà.

Foguera de Tabarca 1965 (Archivo Armando Parodi)

La foguera era original de Eduardo Marchori, muy probablemente pariente del concejal, aunque lo cierto es que fue construido entre varios de los artistas, algunos ya consagrados, razón por la que el monumento resultante contenía diversos estilos, especialmente observables en los ninots del mismo. Su lema fue Lo que todos soñamos, tenía 7 metros de altura y 5 por 5 metros de base, y un coste de 40.000 pesetas, pese a que inicialmente se presupuestaron «siete mil duros» —es probable que el encarecimiento fuera debido al traslado del monumento a la isla—, por lo que sería inscrita en la segunda categoría, de acuerdo con los baremos de la época.

Antes de entrar en el terreno de la anécdota, cabe resaltar los éxitos que este efímero distrito obtuvo: Mención Honorífica del Jurado —algo realmente llamativo, pues jamás llegó a verla—, y el título de Dama d'Honor de la Bellesa del Foc en la persona de su belleza, Vicentina Parodi Ruso.

Lo más sabroso de esta historia se dio durante los días grandes de Fogueres, documentada en la serie de artículos publicados en el Diario Información, firmados por Fernando Gil. Así, el del número correspondiente al día 22 de junio, llevaba un título que habla por sí solo: «¿Va el Jurado a Tabarca?». Pero hay más, ya que consultados en el Archivo Municipal de Alicante el destino e itinerario asignados a las distintas brigadas de bomberos la noche de la Cremà, como cabía suponer, no estaba previsto desplazamiento alguno a Tabarca, y de ahí que no extrañe encontrarse con este nuevo artículo de Fernando Gil el 27 de junio —atención al día—:
La Hoguera que fue plantada en Tabarca en la noche del 21 no ha ardido todavía. Los tabarquinos han estado ausentes de la fiesta «fogueril» durante muchos años, y una vez que ha conseguido debutar no se han atrevido a prenderle fuego al monumento artístico. Pero van a hacerlo, el martes, último día oficial de fiestas. Es el primer caso de una Hoguera que supera, entera y firme sobre su base, la noche de San Juan.
Y la cosa tampoco quedó ahí. Como era preceptivo, se imponía una visita oficial a Tabarca, pues se trataba de un distrito que había conseguido Dama d'Honor de la Bellesa del Foc. Y ese anunciado 29 de junio, en el mismo diario y con la misma firma, el artículo titulado «Tabarca recibió cariñosamente a la embajada fogueril» afirmaba que la foguera sería quemada esa misma noche. Se acompañaba de la única foto publicada de este monumento. Y desde entonces no se ha sabido nada más de esta historia, al menos en los medios consultados, por lo que cabría preguntarse si ardió alguna vez, ya que resulta sumamente extraño que, siendo Fernando Gil miembro de la comisión de la Foguera de Tabarca y reconocido periodista especializado en temas festeros, no dejara referencia alguna en la sección habitual del Diario Información, caso de que la cremà de la foguera se hubiera consumado. Además, es lógico pensar que el mismo miedo que tuvieron los tabarquinos a quemar su foguera el 24 de junio, lo tendrían el 29.

Aunque se ha especulado mucho sobre que el monumento fuera desmontado y quemado a trozos —triste fin que sería para la única foguera de concurso oficial que se ha plantado en Tabarca—, lo cierto es que en entrevistas que hubo oportunidad de realizar en la isla a los viejos del lugar, estos manifestaban recordar que sí se le prendió fuego, tal vez como parte de la festividad de San Pedro y San Pablo, 29 de junio, copatrones de la isla.

Plantà de la Foguera de Tabarca 2009 (Archivo Diario Información)

Por si hubiera habido pocas anécdotas, en abril de 2009 se comenzara a gestionar la iniciativa de plantar una reproducción de la foguera del 65 en la isla, idea que partiría de la Federació de Fogueres Especials, apoyada económicamente por una conocida marca de cervezas. Se contaba con las manos del entonces maestro mayor del Gremio de Artistas de Fogueres, Pascual Domínguez Gonzálbez, para hacerla realidad. No en vano, según él mismo comentaría, participó en la construcción de la original, ya que trabajaba entonces en el taller en el que se llevaría al cabo la misma, aunque no guardaba en la memoria demasiados detalles. De hecho, el día 27 de junio se le entrevistaba en el Diario Información: «Es una recreación modernizada porque en la fotografía que me dieron no se veía nada. Pedí la explicación y con ella me he podido guiar mejor». Quedó plantada en la Plaça Gran de la isla el 26 de junio, una vez finalizadas Fogueres 2009, y fue quemada como la original, el día de San Pedro, en el contexto de las fiestas patronales de la isla, pero resultó ser un extraño remake con esa modernización del maestro mayor, aunque el resultado fue muy digno, y acertado en el colorido.

La Foguera de Tabarca i contornà 2015

Llegado este 50 Aniversario de la Foguera de Tabarca, la Asociación Cultural Alicante Vivo y la Asociación Tabarca Cultural se aliaban para conmemorar esta efemérides que, además, coincidía con el 40 Aniversario del Hermanamiento de Nueva Tabarca con Carloforte. Decidían hacerlo promoviendo la construcción de un nuevo monumento foguerer en la Plaça Gran de la isla, que se plantaría la noche del 26 al 27 de junio, para ser quemado el día grande de las Fiestas Patronales de Nueva Tabarca, el 29 de junio, día de San Pedro y San Pablo.

El principio de esta iniciativa venía de la mano de Armando Parodi Arróniz, miembro de la Asociación Cultural Alicante Vivo y autor de numerosas publicaciones tanto sobre Fogueres como de Nueva Tabarca, y comenzaba en mayo de 2014 cuando, conocedor de la reunión mantenida por la comisión de fiestas Nova Tabarca, organizadora de las fiestas patronales de la isla, con el concejal de Fiestas, Andrés Lloréns Fuster, les envió un escrito para exponerles la idea, de cara a dichas fiestas del siguiente año, de celebrar el 50 Aniversario de que se plantara en Nueva Tabarca la primera y única foguera oficial de su historia, es decir, con comisión festera constituida. Proponía hacer una nueva visita a Andrés Lloréns, así como a Pedro Abad Marco, maestro mayor del Gremio de Artistas de Fogueres, y a Manuel Jiménez Ortiz, presidente de la Federació de Fogueres de Sant Joan, para exponer la idea y pedir su colaboración.

Previamente, los cambios de impresiones en relación a esa iniciativa, tanto con uno de los vicepresidentes de la Federació, Juan Carlos Rosell Chust, como con el director del Museo Nueva Tabarca, José Manuel Pérez Burgos, tuvieron gran aceptación, esperando ser informados si la iniciativa se ponía en marcha.

Inicialmente, la idea era que la propia comisión de fiestas Nova Tabarca se constituyera como comisión de foguera, y que la Reina de las Fiestas Patronales fuera, a su vez, Bellesa de Tabarca, pero, pasados unos meses, ya en noviembre, y ante la falta de respuesta por parte de la comisión, este punto quedó a un lado, no sin antes encontrar la total implicación de Antonio Ruso Castelló, presidente de la Asociación Tabarca Cultural, para que tratara de mediar con la misma desde la propia isla, si bien comentaba haber estado hablando durante el verano con la comisión sobre el asunto, pero no les había visto muy entusiasmados. Y del mismo modo, la noticia era llevada al presidente de Alicante Vivo, Alfredo Campello Quereda, que la recibía con agrado y mostraba su incondicional colaboración.

Paradójicamente, mientras en Alicante nadie parecía dar señales de vida al respecto de esta efemérides, en Valencia no pasaba desapercibida, y la prestigiosa revista Cendra pedía a Armando Parodi un artículo sobre el tema, publicado en su número 16, de diciembre de 2014.

Puesto en contacto Antonio Ruso de nuevo con la comisión de fiestas de la isla, a través de correo electrónico ya que la mayor parte de sus miembros en esas fechas no viven en la misma, no obtenía contestación alguna, y proponía el apoyo de la asociación cultural para mover el tema en la medida de lo posible. Se abría la opción de la alianza de ambas asociaciones, Tabarca Cultural y Alicante Vivo, para impulsar la doble efemérides.

Llegado febrero de 2015, sin novedades al respecto, Armando Parodi mantenía una conversación con el vicesecretario del Gremio de Artistas de Fogueres, José Antonio Cerezo Montes, llegando a la conclusión de que, para poder sacar adelante la iniciativa, había que actuar conjuntamente y dirigirse por escrito a los organismos oficiales que pudieran implicarse en el tema, pues el Gremio, factor clave, ya que sin foguera no había cincuentenario que valiera, solo se implicaría si hubiera detrás, al menos, un organismo oficial que lo respaldara.

Otra conclusión era que sería fundamental unir las fuerzas de ambas asociaciones culturales, redactar una carta con las intenciones, y dirigirla a las concejalías pertinentes, Diputación Provincial, Gremio y Federació. Un solo respaldo oficial, aparte de promover que el Gremio se implicara, permitiría a las asociaciones ir a los medios y mover el tema potenciando el indudable impacto mediático que tenía. Era posible que incluso la comisión de fiestas Nova Tabarca de la isla se apuntara.

Se imponía una reunión entre Tabarca Cultural y Alicante Vivo, que tuvo lugar casi de forma inmediata en el Archivo Municipal de Alicante que, de alguna forma, se convirtió en la sede de esta alianza de asociaciones culturales. Simultáneamente, Antonio Ruso contactaba de nuevo con la comisión Nova Tabarca que, por fin, se manifestaba diciendo que lo de la foguera del 65 fue un hecho aislado y excepcional, y que no tuvo arraigo ni continuidad en el tiempo, en tanto en cuanto la isla ya tenía y tiene sus propias fiestas patronales y tradicionales, pero que por su parte no habría inconveniente en apoyar la iniciativa, puesto que la comisión siempre ha apostado por engrandecer y dignificar la imagen de Tabarca. Por todo ello, les gustaría que se les dijera qué tipo de colaboración es la que se le solicitaba a la comisión para valorarlo y que, por lo tanto, sería conveniente reunirse con ellos.

Esa reunión con Nova Tabarca nunca tendría lugar pero, ante la aparente disposición de esa comisión, convenía preparar rápidamente el escrito y ver qué papel tendría en la organización del evento, a fin de comunicárselo y hacerles partícipes de cuanto aconteciera a partir del envío de dicho escrito a entidades y organismos. Además, el maestro mayor del Gremio, Pedro Abad, se estaba interesando en el tema y, al parecer, quería contactar con los responsables del proyecto. Así pues, tras esa primera reunión de las asociaciones culturales, tomaban las riendas del proyecto sus presidentes, Alfredo Campello y Antonio Ruso, coordinados por el promotor del mismo, Armando Parodi, emitiéndose el siguiente comunicado de intenciones a organismos, entidades e instituciones que, de algún modo, podrían implicarse en el proyecto:


Las primeras reacciones no se hicieron de rogar. El maestro mayor Pedro Abad cambiaba de actitud y manifestaba que nos podemos olvidar de las instituciones, que podría estar dispuesto a tirar adelante sin respaldo alguno por parte de las mismas, esperando poder entrevistarse en breve con nosotros y concretar detalles. José Manuel Pérez Burgos, director del Museo Nueva Tabarca y técnico de medio ambiente, se había interesado igualmente por el proyecto, pero no sabía de qué forma ayudar, sugiriéndonos una reunión con su concejal, Luis Barcala Sierra, para hablar del tema. Y la Federació de Fogueres de Sant Joan se ponía en contacto a través de su delegado de Presidencia, Alberto Gascó Dols, manifestando que les parecía una magnífica idea y, si se llevara a cabo, harían eco de la noticia, nos proporcionarían soporte para permisos, papeleos, etc. y asistirían de forma oficial a la cremà.

Marzo de 2015 comenzaba con nuevas noticias de Pedro Abad, cada vez más interesado e implicado en el proyecto. La foguera sería el examen final del ciclo superior de la escuela que coordinaba en el IES Las Lomas de Alicante, la foguera de Tabarca del 50 Aniversario se construiría en la escuela y habría que trasladarla a la isla. Iba a ser una foguera de cierta importancia y parte de la estructura ya estaba hecha. Había que pensar en escenas tabarquinas y hacerlas conocer a los alumnos. Para ello habría que mantener una reunión en el IES en fechas inmediatas. Calculaba que el coste de los materiales rondaría los 800 €.

Las expectativas no podían ser mejores. Se concretaban reuniones en el IES Las Lomas el día 5 de marzo, y en la Concejalía de Medio Ambiente el 16. También el concejal en la oposición, Alejandro Parodi González, trasladaba su apoyo incondicional y solicitaba estar informado de los pasos que se dieran.

Tras una más que satisfactoria visita de los representantes de las asociaciones implicadas y el coordinador de las mismas al IES Las Lomas, de la mano de Pedro Abad, se llevaba a cabo una nueva reunión de las asociaciones en el Archivo Municipal, a fin de idear los contenidos de la foguera. De este modo, el 10 de marzo, tras el estudio de esos posibles contenidos por parte de los promotores del proyecto, se pensó como lema Nueva Tabarca: ¿utopía o realidad?Se trataba de reproducir en la foguera, tanto de forma crítica las actuaciones disparatadas que se habían hecho y propuesto hacer en la isla, fundamentalmente en el faro y la torre de San José, como de forma didáctica el contenido histórico, etnológico y medioambiental que encierra. Además, Alfredo Campello trazaba los primeros bocetos de lo que se pretendía trasladar a Pedro Abad para ilustrar dichas ideas, y Armando Parodi esbozaba un plano de la foguera que, alrededor de un cuerpo central de cuatro caras, con sendas escenas, distribuía las tres puertas del poblado y la célebre Cueva del Lobo Marino, unidos por una serie de paneles de contenido cultural sobre la rica historia y patrimonio de la isla. Estos fueron los resultados de esa «tormenta de ideas»:

Boceto de la foguera de Tabarca 2015 (original de Alfredo Campello)

CUERPO CENTRAL:
- Reproducción del faro de Tabarca.
- Sobre el edificio inferior se presentan cuatro escenas, una por cara.
- De un lateral del edificio central sale un sol, del que descienden paracaídas con suministros para el hotel —ver escena 1—, haciendo referencia al concurso abierto por Puertos del Estado, todo un disparate, dado que no se puede construir carretera ni camino, ni pueden pasar vehículos desde el puerto hasta el faro.

ESCENAS:
1.- Hotel «El Faro», 5 estrellas no frost. Un turista cargado de maletas atraviesa El Campo de la isla sudando la gota gorda, con la lengua fuera, pinchándose con las chumberas, que aparecen infestadas por la cochinilla. Los suministros del hotel descienden en paracaídas.
2.- La Almadraba de Tabarca. Desde un barco con vela latina —un laúd—, un almadrabero levanta con un gancho un gran atún, que es atacado por gatos y gaviotas al acecho, que abundan en la isla.
3.- Rescate de los tabarkinos. Carlos III ordena al conde de Aranda que pague a los frailes de la Merced para que rediman a los cautivos tabarkinos —de Tabarka (Túnez)— de las cárceles de Argel, y los traigan a la isla, que se llamará por ello Nueva Tabarca.
4.- Salvador Rueda —con uno de sus poemas, legible— y Miguel Signes —con la portada de su novela Tabarca—.


PUERTAS Y ROCAS (separadas del edificio del faro):
1.- Reproducción de la Puerta de San Rafael o de Levante (mirando a El Campo).
2.- Cova del Llop Marí / Focas fraile —los célebres «lobos marinos»— / Lienzo de los restos de muralla que quedan sobre la cueva y, sobre ella, los denostados y condenados bungalós ilegales.
3.- Reproducción de la Puerta de San Gabriel o Trancada (mirando a Santa Pola) / Texto de las lápidas que aparecen en las columnas: «CAROLVS III HISPANIARUM REX FECIT EDIFICAVIT».
4.- Reproducción de la Puerta de San Miguel o de Tierra (mirando a Alicante).

PANELES (de dos en dos, frente a las esquinas del edificio, uniendo las puertas y rocas):
- Castillo de Santa Bárbara con la reproducción del poste turístico Tabarca: Nueva Tabarca es un barrio insular de la ciudad de Alicante.
- Fiestas tradicionales de los barrios: Fiestas Patronales de Nueva Tabarca (calendario de fiestas).
- Кasiиo «La Toяяe» (subasta pública del Ministerio del Interior que podría haber sido ganada por los rusos si no llega a ser declarada desierta).
- Biodiversidad (fotografías de flora y fauna, terrestre y marina) / Arqueología (columnas sumergidas entre los paneles y la Cova del Llop Marí).
- La Semana Santa tabarquina, gran desconocida (fotografías de las procesiones).
- 50 Aniversario de la Foguera de Tabarca 1965 (foto de la foguera) / La Bellesa 1965, Vicentina Parodi Ruso, fue Dama d'Honor de la Bellesa del Foc (foto de la Bellesa).
- Las 4 Tabarcas del Mediterráneo: mapa con Tabarka (Túnez), Carloforte y Calasetta (Cerdeña, Italia), y Nueva Tabarca. 40 Aniversario del Hermanamiento con Carloforte. Tabarquinidad: el periplo tabarquino, propuesto Patrimonio Inmaterial de la Humanidad (UNESCO).
- Senderos cultural y medioambiental (reproducción de la publicación del Ayuntamiento).


En una nueva reunión, el 12 de marzo, del coordinador del proyecto, Armando Parodi, con Pedro Abad, a fin de transmitirle las ideas, este se mostró nuevamente entusiasmado, comentando que estuvo reunido con el concejal de Fiestas, Andrés Lloréns, y la directora del IES, Montserrat Pérez Díaz, que ya estaban trabajando estructuras y tratarían de ceñirse al máximo a las ideas expuestas, en la medida que lo permitieran medios y materiales. El transporte de la foguera había sido solicitado a Andrés Lloréns. Era fundamental conseguir entre 800 y 1000 € de fondos, para lo que se iba a confeccionar una previsión de gastos, así como de las necesidades y fechas de cara a la plantà del 26 al 27 de junio. Se solicitaba, además, imágenes que ilustraran escena por escena y panel por panel, a fin de pasárselas a los alumnos.

Plano general de la foguera de Tabarca 2015 (original de Armando Parodi)

El día 16 se llevaba a cabo una nueva reunión, que podía ser poco menos que definitiva para las intenciones del proyecto. Armando Parodi se reunía en la Concejalía de Medio Ambiente, delegado por ambas asociaciones, con el concejal Luis Barcala, su secretaria personal Encarnación Rodríguez, los miembros de su equipo José Manuel Pérez Burgos y Juan Luis Beresaluze Pastor, más el concejal en la oposición Alejandro Parodi. En ella, la Concejalía parecía volcarse en el proyecto, proponía una reunión a varias bandas con el resto de concejalías implicadas, Gremio, IES y Federació, y probablemente otra posterior con los medios de comunicación, en rueda de prensa. Se iba a remitir a Pedro Abad un formulario de solicitud del CEAM de Nueva Tabarca, para que lo cumplimentara el IES, junto a las normas de utilización que debían suscribir los alumnos. Esa cumplimentación debía ser dirigida a una actividad formativa, cultural y de divulgación patrimonial de la isla, obviando en lo posible la vertiente festera. Debería incluir, al menos, una visita de los alumnos al Museo Nueva Tabarca y, tal vez, una charla formativa o similar. También era importante cerrar un presupuesto con la totalidad de los gastos y el calendario de actividades.

El 27 de marzo, en nueva visita al IES, se daban a conocer los bocetos seleccionados entre los presentados por los alumnos del curso, para dar base definitiva a la foguera del cincuentenario. Entre los reunidos, se seleccionaban dos notablemente diferentes, uno de corte moderno, en la línea de la obra del malogrado artista foguerer Paco Vázquez, y otro más barroco, como el de los mejores tiempos de Agustín Pantoja Mingot. Se decidió que el resultante debería ser un híbrido entre ambos conceptos.

Boceto definitivo de la foguera de Tabarca 2015 (original de los alumnos del
Ciclo Formativo Superior de Técnico Artista Fallero y Construcción de Escenografías
del IES Las Lomas de Alicante)

En esa misma reunión, se daba título formal a la actividad, de cara a concejalía, como El patrimonio de Nueva Tabarca visto a través de un monumento foguerer. Debía incluir en la petición el número de personas que iban a pernoctar la noche del 26 al 27 de junio en el CEAM, así como que estas eran conocedoras y asumian la normativa del centro. El texto debería mencionar que se trataba de una actividad cultural inscrita en el examen final de los alumnos del Ciclo Formativo Superior de Técnico Artista Fallero y Construcción de Escenografías del IES Las Lomas de Alicante, consistente en plasmar, sobre el soporte de una foguera, el patrimonio histórico, etnológico, y medioambiental de Nueva Tabarca, en el contexto de la celebración del 40 Aniversario del Hermanamiento con Carloforte y el 50 Aniversario de la Foguera de Tabarca, mediante un recorrido pedagógico y formativo por todos sus aspectos, sin menoscabo del contenido crítico dirigido a poner en evidencia aquellas actuaciones concebidas para la isla que chocan frontalmente contra la idiosincrasia de la misma. La actividad creativa se complementaría con una formativa, mediante visita guiada al Museo de Nueva Tabarca y a su patrimonio monumental más significativo.

Pero el tiempo avanzaba, entraba abril, y las fechas esperadas para la celebración, tanto de la reunión que Luis Barcala comentó que convocaría con las concejalías que pudieran implicarse en la foguera de Tabarca, como de la rueda de prensa para su divulgación mediática, no llegaban. Sin embargo, la foguera estaba en marcha y el boceto definitivo finalizado, mientras los textos explicativos, que iban a ser en castellano, valenciano e inglés, los iba a escribir José Luis Vicente Ferris, director del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert. Empezaba a fallar el pilar fundamental de siempre: no había financiación todavía aprobada.

Las dificultades parecían deberse a la complicación que suponía coordinar entre todas las posibles partes implicadas, las cada vez más cercanas Elecciones... y empezaron a torcerse las cosas, llegando a primeros de mayo un correo al coordinador del proyecto, con el siguiente contenido:
Desde el momento en el que se planteó la construcción de una hoguera por parte de los alumnos del ciclo para plantar en la isla de Tabarca, hemos estado trabajando con ilusión para preparar un proyecto que cumpliese con vuestras expectativas y fuese viable, tanto artística y técnicamente como económicamente, realizar desde nuestro centro. Por diferentes motivos el tiempo ha ido pasando y hay aspectos del proyecto que todavía no se han podido terminar de concretar y cada vez queda menos tiempo para su ejecución, unos 20 días efectivos de clase ya que este año las clases terminan el 10 de junio y tenemos que dedicar tiempo a exámenes y evaluaciones. Por este motivo lamentamos no poder comprometernos a realizar el monumento para Tabarca, esa isla tan especial. Es una decisión que nos ha costado mucho tomar, la posibilidad de llevar a cabo un proyecto real a la calle con los alumnos del ciclo siempre es muy atractiva y aconsejable para su formación, y en este caso con una más que probable repercusión mediática. Seguimos estando a vuestra disposición para colaborar en el proyecto, pero siempre teniendo en cuenta el tiempo del que disponemos.
Como era de prever, el IES Las Lomas no podía seguir adelante con el proyecto, excusas aparte, si no había apoyo corporativo oficial, es decir, de hechos, no de palabras. No solo era cuestión de tiempo, como apuntaba el correo del IES que, lo cierto, era que dejaba un resquicio de opciones en la frase final del escrito. Y unos días antes, se había enviado, sin respuesta, un mensaje privado a Luis Barcala anticipando esa posibilidad, sin que hubiera habido respuesta por su parte, respuesta que vino, una vez conocido el correo del IES, por parte de José Manuel Pérez Burgos, en la que manifestaba comprender la situación, pero añadiendo que el concejal estaba enfrascado en pleno periodo preelectoral, como miembro de la lista de su partido y, era más, como jefe de campaña en Alicante. Derivaba las opciones a la Concejalía de Fiestas, incluso a Cultura, departamentos que pensaba eran los que verdaderamente se debían involucrar en él y llevaban esas competencias. Nada que ver con lo hablado en la reunión previa. Una tensa conversación telefónica con Juan Luis Beresaluze, confirmaba la desestimación de la Concejalía de Medio Ambiente.

En nueva entrevista con Pedro Abad, aparecía un nuevo factor que minaba definitivamente el proyecto, tal como había sido concebido: un cambio en la directiva del IES. El Maestro Mayor del Gremio se comprometía a implicar a algún agremiado y, si lo conseguía, todavía había opciones, tendríamos una reunión con la Concejalía de Fiestas y aprovecharíamos el trabajo y las gestiones ya realizadas, que no eran pocas: el traslado de la foguera a la isla, su transporte y vigilancia dentro de ella, la reserva del CEAM y el menú para la noche de la plantà, la visita al museo, la inclusión en el programa oficial de las fiestas patronales de la isla, y la cremà a cargo de Pirotecnia Alicantina Focs i Artifici, prevista a las 23 horas, para que así, el viaje extraordinario de regreso de Cruceros Kon-Tiki a Alicante, permitiera contemplar la jornada final del Concurso de Fuegos Artificiales desde el mar.

El artista que aceptó el reto, con la premura de tiempo que suponía, fue Jesús Grao Garrido, si bien, en reunión mantenida con su equipo el 7 de mayo en su taller, manifestaba, lógicamente, que, por una parte deseaba imprimir su sello personal, aunque partiera del boceto confeccionado en el IES y, por otra, sin obtener la financiación previamente, no sería posible. Para ello, emitía un presupuesto, notablemente más alto del esperado, pues no quería realizar una chapuza sino una foguera de prestigio, para poder negociar con las concejalías que se implicaran… si es que alguna lo hacía.

Con Medio Ambiente fuera del proyecto, las esperanzas estaban centradas en una posible reunión, tan urgente como irrealizable por las circunstancias, con Fiestas, Participación Ciudadana, Partidas Rurales, Turismo y Cultura, más el artista y las asociaciones culturales promotoras, tomando como centro neurálgico la concejalía de Andrés Lloréns que, por su inexistente proyección de cara a las Elecciones, era fácil entender que no pudiera implicarse.

Pero era más directo lanzar un órdago al Ayuntamiento y mantener una entrevista, poco más que definitiva, directamente con Alcaldía. Y así, fue dirigido un correo a Nieves Valero, secretaria del alcalde, con todo lujo de detalles y documentación anexa, solicitando entrevista personal. Pero, llegado el día 15 de mayo sin haber obtenido respuesta alguna, el proyecto daba visos de darse por frustrado.

Sin embargo, el día 19 se recibía un correo de Fiestas, en el que se convocaba a las partes implicadas a una reunión, el día 27 en la Casa de la Festa, con Andrés Lloréns en calidad de vicealcalde, a la que acudieron Armando Parodi, Antonio Ruso y Jesús Grao. En ella, se descartaba para junio, por razones obvias por parte del vicealcalde, ya en funciones, pero también por la premura de tiempo, emplazándonos a que el nuevo Ayuntamiento que se iba a constituir, pudiera llevar a cabo el proyecto, pero, en lugar de para el 29 de junio, para el 16 de julio, la Virgen del Carmen, también fiestas patronales de Nueva Tabarca.

Firma en Alicante del Hermanamiento entre Carloforte y Nueva Tabarca,
28 de junio de 1975 (Archivo Antonio Ruso)

Pero lo cierto es que, tras los contactos y conversaciones que se habían podido mantener durante Fogueres 2015, especialmente con personas vinculadas a la Fiesta y a instituciones, era opinión generalizada, a la que ambas asociaciones se adhirieron, que dicho proyecto no tenía sentido fuera del entorno de Fogueres, independientemente de la oportunidad de las efemérides que lo originaron. De modo que se resolvió dejar para Fogueres 2016 la ejecución de la foguera de Tabarca y las actividades que la rodeaban, aunque, lamentablemente, se prescindiera de la oportunidad de la doble efeméride que las motivó.

Una de las personas contactadas durante las Fiestas fue Joaquín Santo Matas, director del ADDA que, en artículo publicado en el Diario Información del día 1 de julio, con el título «Tabarca y las Hogueras», comenzaba así:
El domingo 21 de junio coincidí como jurado de Hogueras con Armando Parodi, persona muy experta tanto en temas tabarquinos, donde el apellido delata su origen isleño, como en asuntos relacionados con la fiesta fogueril, investigando sobre ambos mucho y bien desde hace tiempo.
Pues bien, Parodi me comentaba que este año le hubiera gustado haber plantado hoguera en Tabarca al cumplirse medio siglo de aquella que se levantó y no pudo arder, al faltar bomberos e infraestructura de seguridad que garantizara la cremá, el 29 de junio de 1965, festividad de San Pedro y San Pablo, durante las fiestas patronales de la isla. Lo intentará el año próximo.
Y las conversaciones se reanudaron poco después, el 29 de julio, en concreto con el asesor personal del alcalde, Miguel Castelló Hernández, que estaba haciendo las veces de concejal de Fiestas. Aparentemente fue muy positivo, dada la relación de ex compañeros de la Comisión Gestora entre este y Armando Parodi, en la época de José Manuel Lledó Cortés al frente de la Fiesta.

Pero los meses pasaban, y sucesivas tomas de contacto entre ambos no llegaban a ninguna conclusión. Esto, unido a la improcedencia de la ya no existente doble efemérides, hizo que, en diciembre de 2015, ante la clara impasibilidad del Ayuntamiento al respecto, se diera carpetazo al asunto de la foguera en la isla por parte de las asociaciones promotoras del evento, preparando, al menos, para que quedara constancia del esfuerzo de ambas y los chavales del instituto, así como de las ideas y boceto del monumento, enmarcados en un ámbito mucho más cultural que lúdico y, obviamente, el nulo apoyo obtenido. Queda constancia de todo ello en sendas publicaciones en las respectivas páginas web de AlicanteVivo, Tabarca Cultural y el blog La Foguera de Tabarca.

El legado de lo efímero:Adrián Carrillo García

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Adrián Carrillo García (Alicante, 1914 - 1979)
6 años en activo
8 fogueres plantadas
3 primeros premios
1 galardón en la máxima categoría
2 ninots indultats

Hijo del escultor y también artista de fogueres, Miguel Carrillo Soler, que también practicaría la pintura y la música, no tuvo más escuela que la de su padre, pero suficiente para dotarle de sobradas cualidades escultóricas que, con el paso del tiempo, fueron el eje de su trayectoria artística foguerera, que le valió un merecido prestigio.

Estudió el Bachillerato en el Instituto de Enseñanza Media de Alicante, trabajando en los ratos libres y en vacaciones en el taller de su padre. Obtuvo una bolsa, para ampliar estudios, de la Excma. Diputación Provincial. Dominaba todas las facetas de la escultura, como demuestra la gran cantidad de obras realizadas, tanto en bronce, como en piedra, mármol, caliza, madera policromada e incluso acero. Son ejemplos representativos de su extensa producción: relieves en piedra caliza, en los edificios de Obras Públicas y Junta de Obras del Puerto; relieves en el Colegio de Huérfanos Ferroviarios; retablo de la capilla del Instituto de Enseñanza Media, en piedra caliza sobre mosaico; un San Gabriel corpóreo en la fachada de la iglesia de este barrio; relieve en mármol en el que fuera Hotel Carlton; así como un buen número de obras repartidas dentro y fuera de nuestra provincia.

Como artista de fogueres, su aportación se inicia en 1934, realizando solo tres obras antes de la contienda nacional, siempre en colaboración con otros autores y abierto a la influencia de las corrientes artísticas de la época, entre las que cabe destacar El puñao de rosas, en colaboración con José Barahona Marco, un tributo a Carlos Arniches que le valió el Tercer Premio de Categoría A en 1934 (Plaza 14 de Abril, hoy Calvo Sotelo). Pero sería en su segunda etapa, a mediados de los cuarenta 1945-1947, cuando Adrián Carrillo, ya en solitario, marcó tendencias con sus obras, minuciosas, intimistas y de cortas proporciones, caracterizadas por su respeto a la corriente estética imperante, armónicas y con sensación de unidad, gracias a sus ninots llenos de vida y en su lugar apropiado dentro del conjunto del monumento. Prueba de ello son sus dos ninots indultats consecutivos, en 1946 por el grupo Las Hilanderas, y en 1947 por la figura de una alicantina engalanándose, ambas en Plaza Gabriel Miró.

Fue su máximo logro la foguera Cansons de mona, Primer Premio de Primera Categoría en 1947 (Plaza Gabriel Miró), su última obra, ya que, en plena cumbre de su éxito, abandonó la creación de fogueres, si bien dos años después ejercería un importante papel en el funcionamiento del Gremio de Artes Plásticas, como enlace con los artistas foguerers. Años después, fue designado en varias ocasiones Jurado de Fogueres, mostrándose abiertamente contrario a la barroquización del monumento. Fue padre del también escultor Adrián Carrillo Valero.

Este es su legado foguerer:

1934 PLAZA 14 DE ABRIL - «El puñao de rosas» (con José Barahona y A. Esplá), 3.er Premio de Categoría A.


1935 HERNÁN CORTÉS - «Alicante ideal» (con Pedro Valdés Náger).


1935 MÉNDEZ NÚÑEZ - «La isla olvidada» (con Valdés), Premio de Turismo, Categoría B.


1944 PLAZA DEL PUENTE - «¡Cuidado con nuestro barrio!» (colectiva, con Emilio Varela, Gastón Castelló, Daniel Bañuls, Miguel Abad Miró, Melchor Aracil, José Gutiérrez y Manuel Albert), 3.er Premio de Categoría B.


1945 PLAZA GABRIEL MIRÓ - «Costumbres de ayer y de hoy», 1.er Premio de Categoría B.


1945 SAN ANTÓN ALTO - «Tot per Alacant».


1946 PLAZA GABRIEL MIRÓ - «No cal que amarreu els gats», 1.er Premio de 2.ª Categoría.


1947 PLAZA GABRIEL MIRÓ - «Cansons de mona», 1.er Premio de 1.ª Categoría.


Juegos de antaño en Les Fogueres de antaño

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Artículo publicado en el Llibret de la Barraca «Quina fumaguera» 2016

De todos es conocido que los monumentos foguerers, desde sus propios inicios, al igual que lo fueran sus predecesores falleros valencianos, mención aparte de su vertiente artística significaban un espejo donde mirarse la sociedad alicantina y sus propios protagonistas, los alicantinos, de toda condición, edad y género.

En este espejo que reflejaba en las escenas de cada foguera el devenir de Alicante y sus habitantes, también podían contemplarse circunstancias del pasado e incluso la proyección del futuro. De este modo, y gracias a la documentación gráfica, fotográfica y escrita que nos ha llegado, y que permanece custodiada en su gran parte en la colección de expedientes originales de Les Fogueres de Sant Joan del Archivo Municipal de Alicante (A.M.A.), podemos conocer aspectos de la vida cotidiana de la época, como puede ser un claro ejemplo los juegos tradicionales y populares que niños y no tan niños disfrutaban en aquella época carente de televisiones, móviles y tabletas.

Desde ese prisma, veamos cómo en los primeros años de andadura de Les Fogueres no faltaron monumentos que dedicaran escenas, o incluso la totalidad de sus temáticas, a plasmar esos juegos tradicionales, desde la crítica, la sátira o la sutil ironía que caracterizaba esas incipientes muestras de arte efímero, especialmente cuando esos juegos se constituían en chiquilladas o pequeñas gamberradas. Y nos centraremos en, probablemente, las tres más significativas de aquellos años previos a la contienda nacional, donde cierta inocencia, no poco controlada por una censura que nada tenía que ver con la que vendría después, permitía disfrutar de cómo era esa vertiente lúdica de la sociedad alicantina, especialmente de los más pequeños, cuando las mal llamadas «fogueres infantils» eran frecuentemente de todo menos infantiles, para intentar eludir burdamente esa censura. De hecho, los tres monumentos foguerers seleccionados son adultos.


Foguera Barrio Obrero Católico 1930, de Cabrera Hermanos
Boceto: Número extraordinario de Fogueres de la Revista El Tio Cuc.
Foto: Archivo Municipal de Alicante (AMA).

El primero nos lo encontramos en 1930, en la Foguera Barrio Obrero Católico, hoy sin el segundo adjetivo, que fue obra de Cabrera Hermanos. Su lema era Festes de barrio, y se plantó en la calle María Auxiliadora. Su expediente contiene, aparte de la solicitud de plantà y un boceto en lápiz, una nota explicativa que describe este sencillo monumento:
«...una cucaña, en la cual los muchachos deseosos de comerse el pollo que está situado en lo alto del palo, hacen verdaderas proezas para llegar al sitio deseado, causando las delicias de los extranjeros que medio atontolinados observan que una cosa que al parecer es sencilla, resulta sumamente difícil por la gran cantidad de jabón colocado en dicho palo. Si grande es la admiración que les produce la cucaña, todavía es mayor el asombro que les ocasiona el dulzainero con sus notas regionales, hasta el punto que están dispuestos a llevárselos a la rubia Albión, donde esperan obtener grandes beneficios con estos atractivos».

Foguera Plaza de Hernán Cortés 1931, de José Amat Martínez.
Boceto: Archivo Municipal de Alicante (AMA).
Foto: Fogueres. Ayer y hoy de la Fiesta (2002).

El segundo ejemplo, el más crítico y gamberro, llegaría el siguiente año de 1931, en la entonces conocida como Foguera Plaza de Hernán Cortés, que tuvo como artista a José Amat Martínez. En este distrito plantó el monumento titulado en expediente y boceto En plena llibertat, en la confluencia de las calles Las Navas y Aranjuez, esta última denominada hoy Felipe Bergé.

Ya en la propia solicitud de plantà, se apunta que se trata de una «crítica del estado actual en que se halla dicha plaza», haciendo obviamente referencia a la hoy plaza Nueva, y se acompaña de un boceto a tinta. Su motivo central era la cuestionada «fonteta» de la plaza, rodeada fundamentalmente de niños, uno de los cuales intenta encaramarse en lo alto con una bandera de la República, bordeando la escena unos raquíticos árboles. Ferrándiz Torremocha escribía esta explicación, literal conforme al valenciano al uso de la época, en Les Fogueres de Enguañ de 1931:
«Paseu per allí y una baloná vos pega en el front; un mañaco, dalt de la font, chuan a regaors, convertix al transeunt en verdadera sopa... Trons i trons –d'eixos ben grosos i bons, con se diu en el pasodoble Les Fogueres– vos ansenen en caneleta... Atre chiquet, puchat en un abret no para de fer chirimbeles, hasta que el sent cruxir. La chica que va per aigua, de presa i corrent, perque s'ha queat sense gota pa'l puchero, te que aguardar a que el chiquet acabe de chuar en el grifo. I a tot aixó el guarda de la porra, chitat damunt del tronc del abre, llichint el diari...».

Foguera Plaza de Juan Poveda y 1º de Mayo 1934, de Esteve Hermanos.
Boceto: Archivo Municipal de Alicante (AMA).
Foto: Revista Festa 2003

Por último, de formas rectilíneas y sencillas, la Foguera Plaza de Juan Poveda y 1º de Mayo 1934 fue obra de Esteve Hermanos. Hoy no existe este distrito, cuya denominación actualizada bien podría haber sido «Plaça Sant Cristófol-Primo de Rivera», plantando frente al número 8 de esta última. De Categoría B, eran sus medidas 16 metros cuadrados de base triangular y 9 metros de altura, y su lema Este no es aquell poble vell, que es atre Alacant. Obtendría el Premio de la Diputación Provincial, dotado con 300 pesetas.

Constituye el ejemplo más claro de los tres, en cuanto a la temática referida. Junto a la solicitud de plantà, aparte del consabido boceto, también en tinta, el expediente sí contiene una memoria explicativa con el siguiente detalle:
«Aparecen en primer término, sobre la primera planta que se eleva unos dos metros aproximadamente, figuras representando los típicos juegos carreres de sacs, el llibrell de admanguena, la paella, la canterella, la cucaña, así como el charamiter y tamborer y vallaors de la dansa, que es lo que constituía el programa de las ya casi desaparecidas "festes de carrer". Al fondo, se verán en cada una de sus tres caras, tres perspectivas de las antiguas calles de Alicante, donde más se conservaron estos clásicos festejos.
Como remate, se ve la figura del Dios Vulcano, en su ya histórica fragua, el que suspende el trabajo que está forjando sobre el yunque, para admirar con asombro la aparición de una mujer radiante de hermosura, y envuelta entre las llamas, que brota del rojo fuego de la expresada fragua. Esta bella mujer, representa la fiesta del fuego, fiesta ésta, que se ha hecho en nuestro pueblo por su belleza, etc., etc. tan necesaria y sentida, que dejó en olvido las ya típicas festes de carrer que tanto en su época constituía el regocijo de Alicante».
Curiosa conclusión, esta última, que deja una reflexión en el aire: ¿tuvo que ver la aparición de Les Fogueres de Sant Joan, con la paulatina desaparición de esas «festes de carrer»?


La Delegación de Cultura de la Comissió Gestora (1999-2005)

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Artículo publicado en el Llibret de la Foguera Avenida de Lóring-Estación 2016

El magnífico llibret titulado Il·lustrats, está dedicado íntegramente a la Delegación de Cultura de la Comissió Gestora de Les Fogueres de Sant Joan, actual Federació de Les Fogueres de Sant Joan, y consta de sendos artículos escritos por los protagonistas de cada etapa de su existencia, los titulares de dicha delegación del máximo organismo rector de la Fiesta, desde su creación hasta nuestros días. Este artículo en concreto se corresponde al período entre 1999 y 2005, encabezado por el que les escribe.

Armando Parodi
(foto: Reme Vélez; archivo Armando Parodi)

La etapa de Armando Parodi Arróniz en la Delegación de Cultura de la Comissió Gestora de les Fogueres de Sant Joan, última con esta denominación, se desarrolló en tres períodos: el primero de ellos en la Subcomissió, colaborando con el titular de la delegación, Miguel Castelló Hernández (1999); la segunda, al frente de la Delegación de Cultura (2000-2002); y la tercera en calidad de Asesor de Cultura (2003-2005), asumiendo, además, la Delegación los dos últimos años por dimisión de su titular, José Fernando Ortega Villanueva.

Programa de la Candidatura de José Manuel Lledó Cortés a la
Comissió Gestora de les Fogueres de Sant Joan (archivo Armando Parodi)

La definición del término «Cultura» —del latín cultus, haciendo referencia al cultivo del espíritu humano y de las facultades intelectuales del hombre—, si bien ha ido mutando a lo largo de la historia y ha sido asociada a la civilización y al progreso, en general se enuncia como «el tejido social que abarca las distintas formas y expresiones de una colectividad», tales como las costumbres, las prácticas, las maneras de ser, los rituales, los tipos de vestimenta y las normas de comportamiento, por poner algunos ejemplos. También se concibe, de forma más amplia, como «el conjunto de informaciones y habilidades que posee el ser humano, que le proporciona la capacidad de reflexión sobre sí mismo y, a través del cual, discernir valores y buscar nuevas significaciones».

Para Armando Parodi, era fundamental la perspectiva de la Cultura como herencia social y, como tal, centró gran parte de su labor en el máximo organismo rector de Les Fogueres. Para ello, basó su trabajo en tres aspectos de la misma, necesariamente imbricados entre sí: en primer lugar, potenciando e incentivando la participación en las actividades culturales, tanto para los festeros como para la sociedad en general; por otra parte, revisando, catalogando y protegiendo el patrimonio cultural de la Comisió Gestora y, por extensión, de la Fiesta de Fogueres; y, por último, cuidando y potenciando las publicaciones oficiales de Les Fogueres, tanto en formato convencional como digital, dando además, con esto, los primeros pasos hacia la informatización de la Fiesta. Para una gran parte de toda esta labor, contaría con la inestimable colaboración de Boro Picher Flores, a quien incorporaría como miembro de la Subcomissió, casi exclusivamente vinculado al área de Cultura.

La labor de la Delegación de Cultura de la Comissió Gestora de les Fogueres de Sant Joan en la etapa 1999-2005, se vio claramente favorecida por una continuidad que no había logrado hasta la fecha dicha delegación, por lo que Armando Parodi estuvo tratando de abordar algo tan fundamental como la definición de las señas de identidad de Les Fogueres, llamando la atención sobre la necesidad de una buena proyección cultural de la Fiesta, de manera que se terminara con el período de ostracismo cultural que se estaba sufriendo por parte de los propios festeros, en lo que se refería a las actividades culturales en el contexto de la misma. Trató de dar respuesta a cuestiones como la de que qué había ocurrido para llegar a esa situación, o cómo habían desaparecido esas inquietudes culturales del horizonte de foguerers y barraquers, a los que poco parecía importarles nuestra identidad, nuestra Cultura popular, la coherencia de nuestra Fiesta y su adecuada proyección. Quizá lo ocurrido era que se había diluido ese modelo de Fogueres por el que se había luchado y trabajado durante tantos años y en el que, más que una Fiesta, se pretendía que fuese el reflejo de las inquietudes y de la Cultura popular de la ciudad. Quizá por eso la Fiesta se estaba aislando de la mayoría de los ciudadanos, que cada vez la sentían menos como propia. Pero, era bien cierto que, hasta entonces, la discontinuidad al frente de la Delegación de Cultura poco había favorecido a la implementación y seguimiento de normas y formas de hacer pues, ya lo dice el refrán: «cada maestrillo tiene su librillo».

Por todo ello, cabía pensar que había que mirar hacia dentro, y darse cuenta de que el modelo de Fiesta que un día se ganó por méritos propios el carácter de Interés Turístico Internacional, estaba cada vez más difuso. De seguir la regresión en la que estaba inmersa la Cultura de la Fiesta, poco futuro le aguardaba, porque, si se terminaba de perder nuestras señas de identidad, perderíamos nuestras raíces.

Se trataba de un interesante reto para la Delegación de Cultura, que debía limpiar su proyecto de trabajo de elementos superfluos, para profundizar en los pilares de nuestra Cultura, festera y no festera, potenciando el conocimiento y buen uso de los pasodobles foguerers, la correcta indumentaria, la utilización de la lengua valenciana, al menos a efectos protocolarios y en lugares tradicionales como el llibret o la explicación de la foguera, y todo ello sin perder la oportunidad de innovar y adaptarse a los medios actuales, a la sociedad de nuestros días. Conjugar tradición y modernidad, se podía y se debía hacer, para situar la Cultura de Les Fogueres donde le correspondía. Se precisaba continuidad, y se tuvo. Otra cosa fueron los resultados, notables en algunos aspectos, todavía insuficientes o, más bien, incipientes en otros. Analicemos los tres aspectos, antes mencionados, en los que se desarrolló la labor de Armando Parodi en la Delegación de Cultura de la Fiesta.


Potenciación e incentivo a la participación en las actividades culturales

Tal vez la más significativa de las aportaciones del área de Cultura a la Fiesta en este período, pudo ser la creación del Certamen de Teatro, cuya redacción de bases se realizaría a partir de su homólogo de Valencia, en la doble modalidad de castellano y valenciano, que contó con esponsorización e incentivación mediante premios en metálico. Se admitían obras originales o adaptaciones autorizadas, valorando el formato de sainete.

Comisiones premiadas en el I Certamen de Teatro «Fogueres de Sant Joan»
organizado por la Comissió Gestora
(fuente Boletín Fogueres n.º 20 —marzo 2000—)

En relación al Certamen de Fotografía, ya en su IV Edición, se eliminó la modalidad «Alacant» para potenciar las instantáneas sobre la Fiesta, y se contó, igualmente, con esponsorización e incremento de los premios en metálico. La exposición de todas las obras presentadas se llevaría a cabo conjuntamente y en el mismo espacio que la Exposición del Ninot.

Bases del V Certamen de Fotografía «Fogueres d'Alacant»,
edición 2001 (archivo Armando Parodi)

Dicha Exposición del Ninot, cuya participación se veía decrecer los últimos años, se vio potenciada y fortalecida mediante la redacción, conjuntamente con la Concejalía de Fiestas y el Gremio de Artistas de Fogueres, de un Reglamento de participación obligatoria, sin la cual, la comisión de foguera que no presentara su ninot a concurso podría ser descalificada a efectos de premio del monumento, fuera adulto o infantil. Del mismo modo, la regulación de las entradas a una por persona fue un primer paso para acabar con el fraude de la compra masiva de las mismas, para intentar falsear la elección de los ninots indultats, algo que se había evidenciado los últimos ejercicios foguerers.

De cara a poner orden y criterio en el Concurso de Llibrets, se crearon unas Bases para la regulación del mismo; desapareció el premio al uso del valenciano, que quedaba sin sentido dado el auge de los otorgados por Consellería, mientras se creaban premios al llibret más tradicional y al llibret más innovador. La Delegación de Cultura, a fin de facilitar la labor del Jurado, confeccionaba un informe previo de los llibrets presentados a concurso, con información de contenidos y candidaturas a que cada ejemplar podría optar.

Para el rescatado y magníficamente impulsado Certamen de Ninots de Carrer, que entraba igualmente en su IV Edición, se incentivó a la participación en el mismo mediante un aumento del número e importe de los premios, no sin antes reforzar sus Bases, entre otras cosas concretando una definición más completa y exacta del concepto de «ninot de carrer», y abriendo dicha participación a personas físicas, entidades y colectivos ajenos a la Fiesta.

Bases del IV y V Certamen «Ninots de Carrer»,
correspondientes a las ediciones de 2000 y 2001
(archivo Armando Parodi)


Revisión, catalogación y protección del patrimonio cultural de la Fiesta

Se procedería a una revisión de los fondos del archivo documental de la Comissió Gestora, así como a la confección e informatización de listados de publicaciones en él depositadas, archivándolas por comisiones, en lugar de por orden de registro, para un mejor acceso a la información; se procedería, además, a una restricción y control de los préstamos, para evitar el gran número de extravíos que, tal como se detectó, se estaban produciendo en los últimos años; y hubo entrega en depósito de los documentos más relevantes e irremplazables de la Comissió Gestora al Archivo Municipal de Alicante, para su custodia, consulta y disposición por parte de todos los alicantinos e investigadores de Les Fogueres.

Se realizaría, igualmente, una revisión y relación de las copias depositadas en la Comissió Gestora de partituras de pasodobles festeros, llevándose a cabo, además, un intercambio con la Banda Sinfónica Municipal de Alicante, a fin de ampliar los fondos musicales de ambas entidades; se pudo acrecentar así la puesta en disposición de dichas partituras a las comisiones para potenciar y diversificar su uso, especialmente en el Desfile de Entrada de Bandas.

Cartel anunciador de la Exposición «75 Aniversari de les Fogueres de Sant Joan»,
del 20 de diciembre de 2003 al 10 de enero de 2004
(diseño: Bañuls Impresores; archivo Armando Parodi)

Mención aparte merece la organización y celebración, en el Centro Municipal de Las Artes, del Patronato de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Alicante, como colofón a las celebraciones de tan notable efemérides, de la Exposició 75 Aniversari de les Fogueres de Sant Joan, muestra cronológica de 1928 a 1960, para la que se consiguieron más de setecientos artículos provenientes de colecciones particulares y patrimonio de las comisiones, saliendo a la luz gran cantidad de documentos y fotografías inéditas o de difícil acceso. Además, se desarrollarían varias actividades paralelas de contenido cultural, ligadas al contexto de la Exposición. Merece la pena rescatar el texto que abría el catálogo creado para guiar, situar y justificar la realización del evento:
«Me toman por loco, pero cuando vean que lo que intentamos hacer tiene como características fijas las fiestas a lo grande, beneficio para la industria, beneficio para el comercio, beneficio para el obrero alicantino a cuyos hogares van a parar las pesetas que se invierten, y renombre para Alicante, se les contagiará mi locura».

José María Py y Ramírez de Cartagena,
Fundador de Les Fogueres de Sant Joan

La «locura» de este gaditano, afincado en Alicante tras conocer unos años la fiesta del fuego en Valencia, encendió, hace ya tres cuartos de siglo, una mecha en el espíritu alicantino que no ha dejado de correr, prendiendo los corazones de cuantos entran en contacto con ella, sean nativos o forasteros, propios o extraños, que quedan inmersos en su fuego.

Les Fogueres de Sant Joan han cumplido 75 años, y han resistido todos los embates habidos y por haber, primero las críticas, luego una guerra, una postguerra, más tarde cambios en el régimen político. Lo que empezó como un experimento local, trascendió rápidamente de la ciudad de Alicante y de su provincia, traspasando las fronteras de nuestro país. Saltamos de siglo y de milenio, y hoy Les Fogueres de Sant Joan, Fiestas de Interés Turístico Nacional e Internacional, son las Fiestas Oficiales de la Ciudad de Alicante y forman parte inseparable de su cultura, de su folklore y de su arte, configurando un estilo propio, el «Estilo Alicantino».

En el colofón de esta efemérides, hemos concebido esta Exposició 75 Aniversari de les Fogueres de Sant Joan como homenaje a todos aquellos que han sido y son artífices de este milagro, El Milagro del Fuego como titulara Pedro Abad su Foguera Oficial del 75 Aniversari, a través de una marcha atrás en el tiempo, partiendo de aquel ya lejano 1928, recorriendo esos primeros pasos, seguidos de etapas de lógicas fluctuaciones de la Fiesta por las circunstancias históricas que concurrieron, hasta llegar a los años de Gastón Castelló al frente de Les Fogueres, que culminarían más tarde con Tomás Valcárcel en la madurez y la consolidación de una Fiesta, sin duda destinada a no desaparecer jamás.

Para esta Exposición, que recorre la Historia de la Fiesta caminando de forma cronológica a través de llibrets, bocetos, postales, carteles, fotografías, insignias, estandartes, documentos y objetos varios, desde 1928 hasta 1960, hemos querido descartar intencionadamente todo aquello de conocida disponibilidad en lugares como el Archivo Municipal, el Archivo de Comissió Gestora, Museu de Fogueres, bibliotecas públicas, etc. para intentar llegar a lo que se encuentra en propiedad particular, coleccionistas, o como parte del preciado patrimonio de las comisiones que comenzaron su andadura foguerera durante ese período de tiempo, procurando así que salgan a la luz objetos y documentos que, en muchos casos, son desconocidos o se creía perdidos. Desde aquí nuestro agradecimiento a todos los que han colaborado para hacer realidad esta Exposición.

No está todo lo que hubo, es obvio, pero sí una muestra lo suficientemente representativa como para darnos por satisfechos si con ello conseguimos una punzada de emoción, un granito de nostalgia, o una pizca de admiración hacia todos aquellos que han sido responsables directos de que Les Fogueres de Sant Joan sean las que hoy conocemos: la millor festa per a la millor terreta!

Armando Parodi Arróniz,
Director y Coordinador de la muestra

Cuidado y potenciación de las publicaciones festeras

El Boletín Fogueres, posteriormente rebautizado Infogueres, gozó de mayor tirada, periodicidad más corta, más páginas y a color, mediante gestión de la publicidad para su gratuidad, potenciando el contenido cultural y gráfico, así como estimulando a la participación de comisiones y comisionados en sus contenidos.

Boletín Fogueres n.º 16 —marzo 1999— y Boletín Infogueres n.º 5 —junio 2002—
(archivo Armando Parodi)

La Revista Oficial Fogueres, por una parte, contribuyó en la recuperación y difusión de publicaciones antiguas, mediante ediciones facsimilares, en volúmenes aparte, del Libro de Oro 1934 (Fogueres 2000, Evolució) y las tres primeras revistas oficiales, 1940-1942 (Fogueres 2001, Renovació); por otro lado, proporcionó ediciones monográficas dedicadas a las Belleses del Foc y los entresijos de su creación, designación o elección y proclamación (Fogueres 2002, Vivències), y los primeros premios de la máxima categoría de fogueres y barraques, con las explicaciones contenidas en sus respectivos llibrets (Fogueres 2004, Cendres); además de la creación de una nueva estructura de consulta de distritos y mapas de localización.

Revistas Oficiales Fogueres 2001 «Renovació», 2002 «Vivències»
y 2004 «Cendres» (archivo Armando Parodi)

También se crearía la primera Página Web Oficial, diseñando su estructura, coordinando la gestión de sus contenidos, y llevando a cabo la actualización permanente de la misma.
Menú principal de la primera Página Web Oficial de Les Fogueres de Sant Joan
—http://www.hogueras.org— (diseño Armando Parodi)

Y también mención aparte cabe hacer, en relación a los primeros pasos en la informatización de la Fiesta, aprovechando la infraestructura que ofrecía el traslado de la sede de la Comissió Gestora a la Casa de la Festa, mediante la creación y puesta en marcha de la intranet de la misma, y un frustrado proyecto de informatización global, que llegaría a presentarse a comisiones y medios de comunicación, pero que la falta de medios y la dificultad de su diseño lo hicieron inviable, si bien sentó las bases de lo que posteriormente sería una informatización progresiva de Les Fogueres. Se le bautizaría como Proyecto Infogueres, y la Delegación de Fogueres, encabezada por Javier Sánchez Falcó, tendría mucho que ver en su concepción y diseño.

Página de inicio y menú principal de la demo del Proyecto Infogueres
(diseño Armando Parodi y Javier Sánchez Falcó)


Efectivamente, eran muchas las preguntas planteadas y pocas las respuestas, muchos los proyectos para tan pocos medios tanto económicos como humanos, numerosas las propuestas y escasos los apoyos. Había que inculcar que cada uno de los foguerers y barraquers, al menos los que entendían que la Cultura es parte necesaria e inseparable de la Fiesta, se tomaran un tiempo para tratar de responder a estas y otras cuestiones, y aportaran a las comisiones de pertenencia el impulso y la coherencia que necesitaba la Fiesta para que la Cultura no muriera.

Cultus —cultivar—, era, en definitiva, el significado primero de la palabra Cultura, y había que actuar en consecuencia, comenzando con la ardua labor de infundir a los jóvenes de nuestra Fiesta estos valores. Había que hacer válidas las afirmaciones que manifestara el actor, director escénico y pedagogo teatral Konstantín Stanislavski, cuando sostuvo que «la juventud no debe solo asimilar los frutos de la Cultura de sus padres, sino que debe elevar la Cultura a nuevas cimas, a las que no llegan las gentes de las anteriores generaciones». La tradición podía y debía llevar al progreso. Tradición y progreso son y forman parte de la Cultura, y, tras el paso de Armando Parodi, la Delegación de Cultura de la ya redenominada Federació de les Fogueres de Sant Joan que, afortunadamente, también contaría con continuidad en su trabajo con David Gerona Llopis, pudo tomar el testigo y desarrollar notablemente los incipientes pasos dados en este y en otros sentidos durante el período analizado.

Tabarca, o las Hurdes alicantinas

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Tabarca, o las Hurdes alicantinas es el sensacionalista título de un artículo aparecido en la página 1 del diario DRA del 25 de enero de 1935, transcrito íntegro a continuación, que pretendía comparar la situación de la isla con el panorama surrealista que Buñuel presentó en su documental rodado tres años antes en la comarca extremeña de Las Hurdes.

Sobre Las Hurdes

Las Hurdes, tierra sin pan es un documental de 27 minutos, dirigido por el cineasta español Luis Buñuel y rodado entre el 23 de abril y el 22 de mayo de 1932. Aunque originalmente era mudo, en 1935 obtuvo dinero de la embajada de España en París para sonorizarlo, quedando por ello narrado en francés. En 1996 se grabó en castellano con la inapreciable voz de Paco Rabal.

La película se desarrolla en Las Hurdes, una zona montañosa de Extremadura, alrededor del pueblo de La Alberca, cuyos habitantes estaban tan poco desarrollados y aislados que incluso el pan les era desconocido. De acuerdo con el documental, el principal ingreso para este pueblo era el subsidio del Gobierno que recibían por admitir a niños huérfanos. Buñuel, que realizó la película después de haber leído el estudio antropológico del intelectual católico e hispanista francés, Maurice Legendre, director de la Casa de Velázquez, centro cultural francés en Madrid, titulado Las Jurdes: étude de géographie humaine (1927), tomó un enfoque surrealista al realizar su expedición antropológica. El resultado fue un documental en el que las exageradas descripciones del narrador sobre la miseria humana de Las Hurdes contrastan con la actitud plana y desinteresada de sus habitantes.

Sobre el DRA

Los periódicos contrarios a la República y paladines de la monarquía y de los valores más tradicionales en 1931 eran El Correo, El Tiempo, El Día, Las Noticias y La Voz de Levante. Sus propietarios provenían de los antiguos partidos conservador y liberal o de asociaciones como Acción Católica. Paulatinamente fueron desapareciendo por falta de apoyo popular, sobreviviendo solamente El Día, cuyo propietario, el poeta alicantino Juan Sansano Benisa, apoyaba las posturas extremistas adscritas al Bloque Nacional Agrario.

Pero las fuerzas políticas conservadoras tuvieron que crear su propio órgano de prensa ante la paulatina desaparición de los periódicos cercanos a sus ideas. Así, en septiembre de 1934 la Derecha Regional Agraria imprimió un diario, DRA, sufragado básicamente por Rafael Alberola Herrera. Este diario desapareció en marzo de 1935 y fue sustituido por Más. En estos periódicos se reflejó la ideología de las fuerzas políticas alicantinas que gobernaron durante el bienio de 1934-1936, esencialmente ultraconservadoras y antirrepublicanas.



Tabarca, o las Hurdes alicantinas

Hay familias que hace más de un mes que
no han comido ni un plato de sopa 

Multitud de personas, vestidas de harapos, están sufriendo los rigores y la
calamidad del frío, y piden por caridad que se les envíen las prendas y ropas
usadas de que las gentes buenas se puedan desprender

De Tabarca, la isla vecina, nos llega la queja dolorosa que toma expresión en nuestras titulares. Hay personas, nos dice el Cura párroco en una patética carta que refleja el dolor que le produce el estado de sus feligreses, «que hace más de un mes que no han comido ni un plato de sopa. Por los temporales, que se suceden uno tras otro, las barcas no pueden salir a la mar, y como la pesca es el único medio que proporciona a los tabarquinos sus pobres recursos económicos, y no se coge nada, la gente MUERE DE HAMBRE.

Les ruego que desde las columnas de DRA hagan un llamamiento a las personas caritativas, que las hay en Alicante, para que se apiaden de estos pobres y desgraciados pescadores que en estos días de rigor y frío van vestidos de harapos, pues el frío les mata y causa muchas enfermedades: aquellas prendas, aunque sean usadas, que puedan recoger, serían un gran alivio para mis pobres hermanos, hijos de Jesucristo, a los que la caridad de todos tiene que salvar».

* * *

Nueva Tabarca, años 30

En nombre de la caridad nos dirigimos a todas las clases sociales alicantinas para que presten su atención a esa horrible tragedia. Hay familias enteras, cercanas a nosotros, que no pueden comer, que no pueden resistir el rigor de estos días porque ni siquiera tienen con qué cubrir sus escuálidas carnes. Esa injusticia clama al cielo y protesta enérgicamente de un desamparo que si las autoridades quisieran se podría evitar.

Un gobernador ha logrado que el Consejo de ministros se preocupase de los obreros de Ayamonte, para los que se han destinado algunas cantidades con que de momento socorrer a aquellos abandonados de la sociedad. Con que en Tabarca se emplearan 60 u 80.000 pesetas para construir el refugio que tanta falta les hace a los tabarquinos, se remediaría, de momento, la situación insostenible en que se encuentran proporcionándoles trabajo, y para lo sucesivo se lograría que estos males se aliviasen porque las embarcaciones podrían salir a la mar constantemente, con la seguridad de que si el temporal les obligaba a retirarse, el refugio sería accesible.

Si es verdad que nuestra sensibilidad no es un mito, tenemos que acudir todos a poner inmediato remedio a la situación insostenible en que se encuentran los habitantes de Tabarca. No podemos admitir que haya gentes que no coman y que enfermen de frío porque eso sería un crimen de lesa humanidad que a todos nos avergonzaría. El Ayuntamiento tiene la obligación de ponerse delante de todos, primero atendiendo con sus posibilidades a remediar lo que no es cosa de demorarlo porque el apremio de esas familias acosadas por la miseria no puede resistir, y después reclamando de los poderes públicos la atención necesaria para aquellos comprovincianos a los que no hay solo que recordarles nada más que cuando llega el momento de pedirles el voto.

Nueva Tabarca, años 30

Nosotros invitamos al señor Santaolalla a que sea el Ayuntamiento la primera entidad que destine lo necesario para auxiliar a las familias más necesitadas. A todos nuestros amigos y aún a los ADVERSARIOS POLÍTICOS, que para hacer justicia y sentir hondamente las necesidades del prójimo no caben resquemores les incitamos a que den lo que puedan, donativos, prendas usadas, lo que al alcance de cada uno esté, para remediar sin pérdida de tiempo a esas gentes abandonadas y a las que desde estas columnas defenderemos con todo nuestro cariño hasta conseguir que se les haga justicia.

Es una campaña en la que confiamos que nos acompañe el clamor unánime de un puebo que no puede tolerar que a sus puertas mismas se diga que hay unas Hurdes en donde muchas familias hace un mes que no han podido comer ni un plato de sopa, y que hay quienes van vestidos con harapos mientras muchos tienen almacenados en los cofres y armarios lo que les sobra.

«La Foguera de Tabarca» cumple 6 años

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«La Foguera de Tabarca» hoy, 14 de noviembre de 2016, cumple 6 años, con 115 artículos publicados, por lo que es para mí prioritario agradeceros, tanto a seguidores como a amigos, que hayáis hecho realidad cifras como las cercanas 150.000 visitas y 40.000 lectores de 105 países, así como el millar de seguidores en su página de facebook.

Boceto de la Foguera Barrio de Benalúa 1929, de Juan Such Roca
(Archivo Municipal de Alicante)
Plano de Nueva Tabarca, 4 de enero de 1771, de Fernando Méndez de Ras
(Archivo Histórico Nacional)
Gracias, de nuevo y por todo ello, por vuestro interés en mi blog.

Historia de la epopeya tabarquina(en italiano)

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El legado de lo efímero:Domingo Tafalla Navarro

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(Alicante, 1899 - ¿?)
8 años en activo
14 fogueres plantadas
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Fueron sus primeros estudios dirigidos por el pintor Pericás. Luego, continuó su formación en la Lonja de Barcelona y, por último, en la Escuela de Artes y Oficios de Bilbao. En Melilla fue profesor de modelado en la Escuela de Trabajo, y en ella realizó un gran mapa de España como obra docente, inspirado en los sistemas pedagógicos del Padre Manjón. Son algunas de sus obras: Monumento a las víctimas del Monte Arruit, ganada en concurso nacional y fundida en bronce en Hamburgo, estando emplazada en Zeluán; placa en bronce simbolizando a Vizcaya, Cabeza de Cristo, y Don Quijote y Sancho Panza, en el Certamen de Trabajo y Arte de Bilbao; Relieve de la Santísima Faz, en la I Exposición de Arte de la Diputación de Alicante. Su producción —pintura, cerámica, escultura— fue copiosa, especializándose en miniaturas navales.

Su carrera como artista de fogueres, escasamente galardonada, comenzó en 1933 con tres fogueres en colaboración con Antonio Marco Cecilia, de cuidadosos y detallados bocetos de grandes proporciones en papel vegetal, destacando Hace falta una idea(Alfonso el Sabio-Quintana), Tercer Premio de Categoría B, que tenía movimiento y efectos de luz.

Tras continuar en solitario un año, se abre un paréntesis hasta 1943, año en que retoma su trabajo foguerer de forma ininterrumpida hasta 1947. Como anécdotas cabe destacar el diseño que realizó de un grupo de ninots de carrer en 1944, así como su último trabajo, Lo que el viento se llevó (Calvo Sotelo), que lo hizo en 1950 tras unos ejercicios sin plantar, en colaboración con A. G. Lloréns y Manuel Baeza Sánchez.

Fogueres plantadas:

1933 ALFONSO EL SABIO-QUINTANA - «Hace falta una idea» (con Antonio Marco Cecilia), 3.er Premio de Categoría B.


1933 AVENIDA MÉNDEZ NÚÑEZ - «Estatuto Valenciano» (con Marco Cecilia), Premio de la Comunidad de Riegos de Levante, Categoría A.


1933 BARRIO SAN FERNANDO - «La perla de Llevant» (con Marco Cecilia).


1934 PLA DEL BON REPÓS - «Arrancá de caball...».


1934 PLAZA DE LAS MONJAS - «Decadencia».


1943 CAMPOAMOR - «Campanes al vol», 2.º Premio de 2.ª Categoría.


1943 SAN BLAS - «Volverán las oscuras golondrinas».


1944 CAROLINAS ALTAS - «Cuentos chinos». Premio de la Cámara de Comercio, Categoría A.


1944 LOS ÁNGELES - «Traída de aguas».


1945 CALLE SAN VICENTE - «El cuento del coro mulato».


1945 SAN BLAS - «La carabina de Ambrosio».


1946 PRIMO DE RIVERA-CAMARADA MACIÁ - «Mi casita de papel».


1947 PLAZA RUPERTO CHAPÍ - «Tengo una vaca lechera».


1950 CALVO SOTELO - «Lo que el viento se llevó» (con A. G. Lloréns y Manuel Baeza Sánchez).


Barraques 1931-1936

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En el libro Alicante. Arte y Fuego (2010) quise resaltar, desde el comienzo de su redacción, que hasta entonces se había pecado mucho de trabajo de hemeroteca, copiando sin más cuando, en palabras de Joaquín Santo Matas, «la palabra escrita no es dogma y los errores y contradicciones abundan, echándose en falta la constatación del dato, así como el ahondar en los contenidos». Se trataba de corregir, con datos irrefutables, equívocos repetidos en muy diversos aspectos de la etapa de lanzamiento de la Fiesta, porque, bien lo dijo Rabindranath Tagore hace siglo y medio: «La corriente de la verdad se esparce por los canales de los errores». Quedaban, por ello, automáticamente reducidas a dos, de forma casi exclusiva, las fuentes de investigación: los expedientes y bocetos conservados en los fondos documentales del Archivo Municipal de Alicante.

Pues bien, del mismo modo, todos los datos contenidos en este artículo, basado en el citado libro, son tratados de forma veraz y fidedigna, en función de esos documentos presentados en su día al Ayuntamiento por responsables y protagonistas de los primeros años de Fogueres, y que, en ocasiones, contrastan significativamente con la información contenida en las obras más comúnmente estudiadas y recurridas. Además, las denominaciones de comisiones y lemas de monumentos se transcriben literalmente, tolerando el uso que del valenciano se hacía en la época, con sus modismos e incorrecciones, para respetar al máximo su singularidad.

Así pues, y entrando ya en materia, se desarrollan de forma cronológica, y siguiendo el orden y codificación que lleva el Archivo Municipal, los veintinueve expedientes de barraques conservados. Si se obvia alguna comisión es porque de la misma no existe expediente, lo que no implica que no plantara en su momento, pero como el objetivo es hacer un vaciado fiel de los datos de dicha documentación, quedan omitidos por pura coherencia.


1931

Asistimos a la fundación de la primera barraca de la historia de Les Fogueres de Sant Joan, cuya denominación correcta, y no poco curiosa fue, según su expediente 28/31, Agrupación "Els 31 Foguerers". De autor desconocido, probablemente construida por los propios socios, consistía en una sencilla recreación de la típica barraca valenciana. Su denominación fue debida, por una parte a lo que representaba —una barraca, de forma que este tipo de monumento ya quedó por ello así denominado para la posteridad—, y por otra al número de sus socios —treinta y uno— que además coincidía con el año.


Curiosamente, esta primera portada de barraca, denominación como hoy las conocemos, según parece se construiría para no ser quemada. Más adelante se decretaría que deberían ser consumidas por el fuego conjuntamente con la foguera en cuyo distrito plantara. En el caso que nos ocupa, lo haría en el primer tramo de la avenida Alfonso el Sabio, y fueron sus dimensiones 4,5 x 3 metros de base y 4,5 metros de altura.

La solicitud de plantà, manuscrita por Martín Fuentes Navarro en calidad de presidente de la agrupación, está fechada el 20 de abril de 1931, se presentó en el Registro del Ayuntamiento el 21, y con esa fecha Alcaldía la trasladó a la Comisión de Gobernación de las Casas Consistoriales para su estudio. Y resulta curioso observar que la citada solicitud habla de participar en la Fiesta «montando particularmente como Foguera, una barraca alicantina, en el andén natural de la calle de Alfonso el Sabio, frente a la chocolatería-bar, de D. Julio Abril Ros».


Pues bien, en la reunión de la mencionada Comisión, el día 27 de abril a las 18 horas, la resolución a este respecto, ratificada el día 29 del mismo mes por el secretario del Ayuntamiento, Enrique Ferré, no encontraba inconveniente a su autorización municipal, siempre que se presentara el boceto reglamentado, y que «en caso de ser quemada dicha barraca habría de llevarse a sitio en que no pudieran sufrir perjuicios los árboles que allí existen».

Siguiendo estas instrucciones, se presentó un boceto no firmado, realizado en lápices de colores, de 22 x 30 centímetros, y la comunicación definitiva de la autorización de Alcaldía tuvo lugar el 2 de mayo. Ahora bien, no hay constancia de que esta primera barraca se quemara la noche del 24 de junio.

1932

En el expediente 1/32, nos encontramos con un cambio en la denominación de esta primera barraca a Agrupación "Els Trenta Ú", que plantaba en su segundo año en la misma ubicación que en el anterior, en el primer tramo de la avenida de Alfonso el Sabio, frente al Bar Julio Abril, en el andén de árboles anexo a la acera. No hay autor conocido, sin embargo no parece que esta portada sea obra de sus socios, dado el trabajo de modelado de la misma y sus notables dimensiones, 7 x 4 metros de base y 3 metros de altura, sin contar un elaborado remate. Tuvo por lema No hia res com Alacant, según consta en el citado expediente.

La solicitud de plantà la firma su presidente, Martín Fuentes, el 12 de mayo de 1932 y, curiosamente, en el texto se vuelve a solicitar autorización para construir una «Foguera». En un principio aparecía erróneamente como ubicación de plantà la avenida del 14 de Abril —plaza, que no avenida, y se referiría a la actual de Calvo Sotelo, porque como tal avenida ni calle no la ha habido en Alicante—, frente al Bar Nacional, si bien una rectificación corrige ese lugar por el anteriormente citado. Probablemente el error vino del hecho de que dicho establecimiento era propiedad del mencionado Julio Abril.


El documento tiene entrada en el Registro el 13 de mayo, y el alcalde la pasó el 21 del mismo mes para su estudio y aprobación a la Comisión de Fomento, que sería la encargada a partir de este ejercicio festero de analizar la viabilidad de cada proyecto de plantà y, en su caso, dar la conformidad municipal, que sería dada a esta barraca el día 23 de mayo. Y el contenido del expediente lo completan una foto autorizada del boceto, de 17,1 x 11,6 centímetros, al parecer una acuarela en la que no consta firma alguna, y una pequeña explicación de la portada que da a entender que «engrandece nuestra región y muy particularmente a Alicante, como estación invernal», y añade más adelante que «representa un invernadero, demostrando que nuestra tierra ostenta el galardón de suelo de luz y color. Su remate, con un gran canasto de frutas, justifica la riqueza de nuestra agricultura; elevándose en el centro del mismo, el arrogante busto de una alicantina, sintetizando la belleza de nuestras mujeres. Sobre este mismo canasto aparecen los escudos de Valencia, Alicante y Castellón».

Por otra parte, José Sierra, en nombre de un grupo de vecinos de la calle Valencia, firmaba el 11 de junio de 1932 la solicitud de plantà de la segunda barraca de la historia de Les Fogueres, cuya autoría todo parece indicar que fue de mano de los propios vecinos. Se plantaría en dicha calle y se denominaría "Pensat y Fet". En su expediente 24/32 hay escasa documentación, con apenas más datos de esta efímera comisión de barraquers, de la que se conserva un boceto en tinta, de 25,2 x 17 centímetros, firmado «R. Sierra», tal vez pariente del solicitante, que probablemente se trate de José Sierra Arques, artista de fogueres que debutaría en 1936.

La solicitud se presentó en registro el día 14 de junio, no consta fecha de traslado del mismo a la Comisión de Fomento, si bien aparece la autorización de esta en la segunda hoja del documento, fechada el día 17 del mismo mes. Contiene una breve nota al dorso de la primera hoja, que dice: «Se trata solo de una barraca, estilizada y practicable, que usarán sus constructores para recrearse dentro de ella, y la que no contendrá figura de ninguna clase».

1933

De este prolífico ejercicio foguerer, donde el número de monumentos plantados tuvo un fuerte crecimiento, cinco de ellos fueron barracas, y precisamente el primero de los expedientes que constan en el Archivo Municipal, el 1/33, contiene la documentación de la actual decana de la Fiesta y una de las grandes comisiones de barraques de nuestros días, la Peña "Los Gorilas", cuyos autores, Esteve Hermanos —Juan y Gaspar Esteve García—, construyeron una portada de 3,5 x 10 metros de base y 4 metros de altura, que plantarían entre los números 4 y 8 de la avenida Alfonso el Sabio, a 4,10 metros de separación de las fachadas de las casas.


En representación de esta peña de treinta y cinco socios, Antonio Maciá Aracil firmó el 4 de marzo de 1933 la solicitud de plantà que, con misma fecha de entrada en la Secretaría del Ayuntamiento y traslado a la Comisión de Fomento, saldría aprobada de esta última el 6 de marzo. Adjuntaba un boceto en tinta de 55,3 x 43,5 centímetros, así como una memoria de la barraca que describe que en la cúspide de la misma «va un gorila al tamaño natural emblema de la Peña que defiende al club Hércules F.C. de los demás de esta región que durante el pasado campeonato regional lucharon con él y querían arrebatarle el título de campeón que tan dignamente conquistó, a estos clubs los representan las cinco figuras que van a los lados vestidas cada uno con los colores correspondientes a el Murcia F.C., Imperial F.C., Cartagena F.C., Elche F.C. y Gimnástica Abad».


Continuaba su andadura, según expediente 4/33 de nuevo con cambio de denominación, la Peña "Els Trenta Ú", cuya portada, de probable autoría por sus propios socios, tenía unas dimensiones de 8 metros de base y 4,5 metros de altura, siendo plantada entre los números 2 y 6 de la calle San Vicente, una de las vías más festeras de la ciudad a la vista del número de monumentos que en ella se plantaban, dando la portada a la avenida Alfonso el Sabio.

Su solicitud de plantà, de fecha 7 de abril, la firma por tercer año consecutivo Martín Fuentes Navarro, en calidad de presidente de este colectivo que tenía su sede social en el Bar Madrid, sito en la calle de Méndez Núñez, actual Rambla. Entró en Secretaría, y de allí a la Comisión de Fomento el 18 del mismo mes, siendo aprobada el día 24. Junto a la firma del presidente consta el cuño oficial de la peña. Y aunque la solicitud habla de un boceto original, lo que se conserva en el Archivo Municipal es una fotografía de 29 x 23 centímetros del mismo, al parecer una acuarela en la que no consta firma alguna, autorizada mediante sello de Alcaldía, y que representa una pagoda china.


Un histórico de Les Fogueres, José Roméu Zarandieta, entonces presidente de la Foguera Plaza de la República, y que lo sería de la Comisión Gestora en 1935, encabezaría igualmente la recién constituida Peña "Alicántara". Y a la sazón, firmaba el 30 de mayo la correspondiente solicitud de plantà, al día siguiente se presentaría en Secretaría del Ayuntamiento y esta derivaría a la Comisión de Fomento, que aprobaría el proyecto con fecha 5 de junio.


Los cuarenta miembros de esta comisión financiaron la construcción de una portada, a modo de casa estilo árabe, de medidas considerables, 12 x 4 metros de base y 4 metros de altura, de autoría desconocida, de la que se conserva una foto autorizada del boceto, de 13,6 x 9,5 centímetros, una acuarela no firmada que se repite en los expedientes de 1935 y 36, plantando en la antigua ubicación del templete para música que instalaba la foguera, «en la acera del Ayuntamiento en la parte comprendida entre la esquina del primer pórtico hasta la jamba derecha de la primera puerta».


La documentación del expediente 16/33 describe que «esta casa está compuesta de piso bajo, y los altos son destinados a templete para la actuación de la Banda de Música de la citada foguera, [...] está construida de la siguiente forma, ocho puntales de madera pino tea, de 22 x 20 centímetros, sujetos en la parte superior por unos largueros de 3 x 9 ensamblados con espigas y tornillos tuerca formando todo ello un solo cuerpo, sobre el que descansan 25 viguetas de madera de 3 x 9 sujetas con 100 ángulos de hierro forjado de 70 x 8 m/m con tirafondos y pasadores tuerca y piso formado de madera machihembrada de una pulgada. En uno de los ángulos se eleva un alminar». Y concluye: «Para la instalación de esta casa en el sitio indicado, han de hacerse ocho cajetines de 60 centímetros de profundidad de 22 x 20 centímetros en la acera».

Sin prisa pero sin pausa, se iban incorporando barraques a la Fiesta. Según expediente 44/33, el pintor decorador, también artista foguerer, Vicente Olcina, fue autor de la portada de la nueva Peña "Els Paellers", de 6 x 3,5 metros de base y 3,5 metros de altura, que se instaló frente a los números 19 y 21 de la calle San Vicente, cada año más atestada de monumentos festeros.


Probablemente pariente del artista, Manuel Olcina Asensi, en nombre propio y de treinta vecinos más, firmó la solicitud de plantà el 28 de abril, que no sería presentada en Secretaría del Ayuntamiento y aprobada por Alcaldía hasta el 17 de junio. Adjuntaba un boceto en lápiz de 27 x 40 centímetros, que representaba una enorme paella cocinándose a leña como remate de la portada, cocinero incluido, mientras en su interior había ninots comiendo paella en varias mesas de la barraca.

Por último, en el expediente 46/33 aparece la Barraca Plaza de Hernán Cortés, sin autor conocido, probablemente sus mismos socios, que se ubicó en la hoy Plaza Nueva. Titulada Barraca valenciana, tenía una portada de 5 x 2 metros de base y reiteraba así una estética ya presente en el monumento de la Foguera del distrito del mismo nombre el ejercicio anterior, el monumento Sis d'un colp, de José Pérez, una tradicional barraca valenciana, con su pozo y su pequeño jardín, cuya originalidad estaba en que era visitable en su interior. Cabe por ello la posibilidad de que la barraca del 33 fuera una «versión» de la foguera del 32.

En nombre de un grupo de amigos, según consta en la solicitud de plantà, Salvador Martí Forment firmó esta el día 10 de junio, y la presentó en la Secretaría del Ayuntamiento, siendo aprobada en el día, el 19 del mismo mes. Se adjuntaba un boceto no firmado, en tinta, de 19,6 x 20,7 centímetros.

1934

Las dos barraques veteranas son las únicas con expediente en 1934, que comenzaban a diferenciar en sus signaturas con la letra B estos monumentos, lo que no quiere decir que fueran las únicas en plantar pues, como se advierte en la introducción de este artículo, no toda la documentación de la época ha llegado a nosotros.


Así, el B-1/34 contiene la documentación referente a la pionera Peña "Els Trenta Ú", de la que no se conserva el boceto ni se conoce con certeza la autoría. Mediría 8 x 4 metros de base de portada y se plantó entre los números 2 y 8 de la festera calle San Vicente, dando el frontal a la avenida Alfonso el Sabio. Andrés Fernández Serrano, nuevo presidente de esta peña, que tenía su domicilio social en el frecuentado Café Colón de la entonces avenida de Zorrilla —actualmente de la Constitución—, firmaba la solicitud de plantà el 6 de abril. El 11 entraba en Registro de la Secretaría del Ayuntamiento, el 13 era derivada a la Comisión de Fomento y el 23 quedaba aprobada.


Y el B-2/34 pertenece a la hoy decana Peña "Los Gorilas", que contó con un artista de lujo, Gastón Castelló Bravo, para diseñar la enorme portada de 17 x 3,9 metros de base que se ubicó a la altura de los números 6 y 8 de la no menos festera avenida Alfonso el Sabio, a 5 metros de las fachadas de las viviendas. En su representación, un año más Antonio Maciá Aracil firmaba la solicitud de plantà, mecanografiada en tinta roja, el día 5 de mayo, que se acompañaba de un boceto en tinta sobre papel vegetal, no firmado, de 34,7 x 38,5 centímetros, que todavía se conserva. El 23 de dicho mes era presentada la documentación en la Secretaría del Ayuntamiento y transferida a la Comisión de Fomento, que la aprobó el día 28. La cremà de la portada se consumaría espectacularmente en el centro de la citada avenida.

1935

En este año se aprecia el inicio del importante crecimiento que experimentarían las barraques, antes y después de la contienda nacional. En concreto se conservan siete expedientes, el primero de los cuales, el B-1/35, se corresponde a la Peña "Los Gorilas". Una nueva obra de un Gastón Castelló que no desdeñaba posibilidad alguna de hacer valer su arte. La portada de esta barraca, de 12 x 8 metros de base y 4 metros de altura, se situó en el paseo de palmeras entre los números 2 y 8 de la avenida Alfonso el Sabio. Se conserva una foto autorizada sobre papel de 17,5 x 12 centímetros, de un boceto en tinta y acuarela, no firmado.


La solicitud de plantà está firmada el 25 de mayo de 1935 por el vicepresidente de la barraca, Juan García Valverde. Fue presentada en la Secretaría del Ayuntamiento el 29 y autorizada por Alcaldía el día 1 de junio. Un documento con membrete de la Foguera Calle San Vicente, fechado 6 de febrero y firmado por el secretario de la comisión, Ismael López, comunica al presidente de la Comisión Gestora el permiso para instalar la barraca en su distrito, concretando su ubicación frente al Bar Nacional, que fuera de Julio Abril.

En el expediente B-2/35 no hay constancia de la autoría de la Peña "Els Trenta Ú", que seguía domiciliada en el Café Colón de la avenida de Zorrilla. Su portada con 8 x 4 metros de base se ubicó entre los números 2 y 6 de la calle San Vicente, dando su frente de nuevo a la avenida Alfonso el Sabio.


Su presidente, Andrés Fernández Serrano, fechaba el 27 de mayo la solicitud de plantà correspondiente, que presentaría el 1 de junio en el Registro de la Secretaría del Ayuntamiento, quedando autorizada por el Alcalde el día 3. Adjuntaba una foto autorizada de 17,8 x 12 centímetros, que se conserva, de un boceto no firmado en plumilla.
 

La nueva Peña "Los 13", también de autor desconocido, está documentada en el expediente B-3/35. Tuvo una portada de 6,5 x 4 metros de base y 4 metros de altura, plantando entre los números 20 y 22 de la avenida Alfonso el Sabio, en el andén de palmeras. Un boceto sin firma en acuarela sobre cartulina de 32,4 x 34,2 centímetros, se adjuntaba a la solicitud de plantà fechada y presentada en la Secretaría del Ayuntamiento el 5 de junio por su presidente, José Lozano Grau, quedando autorizada por Alcaldía el día 6.

El B-4/35 reitera casi literalmente la documentación de la Peña "Alicántara", sin autor conocido, en la acera del Ayuntamiento de la entonces Plaza de la República, igualmente a modo de «barraca-templete» según consta en el expediente entregado por su presidente, que lo era a la vez de la Comisión Gestora y de la Foguera Méndez Núñez, José Roméu Zarandieta, quien firmaría la solicitud de plantà el día 6 de junio, pasando a la Secretaría del Ayuntamiento al día siguiente y quedando autorizada por el Alcalde el día 8. Se acompaña de un fotograbado autorizado sobre papel azul de 11,8 x 9,5 centímetros, idéntico al de años anteriores, sin que conste firma alguna, de lo que parece ser un boceto en acuarela.


En el quinto expediente de este año, el B-5/35, sí aparece un tal V. Lozano como autor de la portada de la nueva Peña "De Tres, Tres", probable pariente de Carlos Lozano Campos, presidente de la misma, que firmaba el 3 de junio la solicitud de plantà manuscrita que presentaría en Secretaría del Ayuntamiento y quedaría autorizada por el Alcalde el 6 de junio, de una portada con unas dimensiones de 5 x 4 metros que se instaló a la altura del número 2 de la masificada calle San Vicente, frente al Bar Catiu, sede social de la peña. Y de su boceto en acuarela se conserva una foto autorizada sobre papel de 13,7 x 9,1 centímetros.


Esteve Hermanos contruían la portada de otra nueva barraca, la Peña "Un Día... Un Día Es", que según expediente B-6/35 titularon Todo por y para el dios Baco. Medía 9 x 3 metros de base, y se emplazó en el cruce de las calles Velázquez y Juan de Herrera, en el actual distrito de San Fernando. La comisión estaba compuesta «por veinticinco apóstoles del "Dios Baco"», según afirma una breve memoria fechada el 7 de junio, adjunta a la solicitud de plantà de día 8 por su presidente, Pedro Galiano González, que en esa misma fecha la presentaría en la Secretaría del Ayuntamiento. No aparece la aprobación de Alcaldía, si bien la barraca consta que sí fue plantada de acuerdo con el boceto en tinta roja sobre papel vegetal de 63 x 49,5 centímetros que se conserva en el Archivo Municipal.


Para terminar, el B-7/35 contiene la documentación de la portada de la también debutante "El Sis Doble", obra de Antonio Ferrari Gonzálvez, de 5 x 3,2 metros de base, y que se plantaría en la calle Golfín, en el actual distrito Plaza de Gabriel Miró. Curiosamente, la solicitud de plantà expone que la barraca no se quemaría. Dicho documento estaba fechado el 15 de mayo por su presidente, Juan Marcili Martínez, si bien no lo presentaría en el Registro de la Secretaría del Ayuntamiento hasta el 11 de junio, fecha en que quedaría autorizado por Alcaldía. Adjuntaba un boceto en plumilla de 33,5 x 23,5 centímetros.

1936

El imparable crecimiento de las comisiones de barraques sitúa en doce los expedientes conservados de este ejercicio foguerer en el Archivo Municipal, el primero de los cuales, B-1/36 se corresponde con la ya clásica Peña "Els Trenta Ú", de la que no se conserva boceto ni se conoce autor. Se plantó a la altura de los números 4 a 8 de la entonces denomineda calle Manuel Azaña, actualmente San Vicente, dando la portada a la avenida Alfonso el Sabio, coo en años precedentes. Mantenía su sede en el popular Café Colón, hoy desaparecido, en la antigua avenida de Zorrilla.

Andrés Fernández Serrano, que continuaba al frente de la peña, es el firmante de la solicitud de plantà fechada el 1 de junio, presentada el 2 en la Secretaría del Ayuntamiento y transferida al Negociado de Gobernación, que la aprobó el día 3.

El B-2/36, de la Peña "Los Gorilas" tampoco conserva boceto alguno, pero sí reconoce el autor de su portada, de 12 metros de longitud, de nuevo en Gastón Castelló, que la instaló entre los números 2 y 8 de la avenida Alfonso el Sabio, igual que otros años en el andén de palmeras. La solicitud de plantà está firmada por su presidente, entonces Enrique Picó Carratalá, el 1 de junio. Es ilegible la fecha de entrada en el Registro de la Secretaría del Ayuntamiento, pero consta el día 5 como derivada al Negociado de Gobernación.


Volvería a plantar la misma portada que años precedentes la Peña "Ali-Cántara", que así aparece denominada —con el guión de separación— en el expediente B-3/36, en su lugar habitual frente al Ayuntamiento, igualmente «en la baldosa de ese edificio y en el espacio comprendido desde el primer pórtico a la primera puerta de entrada al vestíbulo», según consta en la solicitud de plantà de fecha 5 de junio, firmada nuevamente por José Roméu Zarandieta, ya cesado en sus funciones como presidente de la Comisión Gestora, aunque regresaría a este cargo algunos años después de la Guerra Civil. Sería presentada en la Secretaría del Ayuntamiento y trasladada al Negociado de Gobernación el 8 de junio, y se conserva una foto autorizada del boceto en acuarela, no firmado, de 11,8 x 9,5 centímetros sobre papel azul.

Repetiría, sin autoría conocida, la Peña "De Tres, Tres", que plantaría de nuevo en la calle Manuel Azaña —San Vicente—, frente a los números 2 y 4, cuya sede social se mantenía en el conocido Bar Catiu. El expediente B-4/36 contiene una foto autorizada del boceto de su portada en acuarela, no firmado, de 13,7 x 9,1 centímetros sobre papel, repitiendo Carlos Lozano, en su calidad de presidente de la comisión, firma en la solicitud de plantà manuscrita fechada 12 de junio, que fue presentada en la Secretaría del Ayuntamiento y enviada al Negociado de Gobernación el día 13. Este documento, que afirma tener autorización de la foguera del distrito, incluye una invitación al Alcalde para que repita la visita que llevara a cabo el año anterior.


El B-5/36 contiene, también manuscrita, la solicitud de plantà de la nueva Peña "Al Añ una Volta", firmada de modo ilegible por el presidente de la misma y sin fecha, si bien aparece el 15 de junio como presentada en la Secretaría del Ayuntamiento y dirigida al Negociado de Gobernación para su aprobación, adjuntando un boceto no firmado de 32,7 x 21,9 centímetros, en tinta y lápices de colores. Tampoco es conocida la autoría de su portada, aunque como en todos estos casos es previsible que fueran los propios socios. Plantaría frente al número 61 de la calle Chapalangarra —hoy Maestro Alonso—, por lo que entraría en el actual distrito Bola de Oro.


En cuanto al expediente B-6/36, contiene la primera documentación de una de las grandes barraques de las dos primeras décadas de la posguerra, la histórica "Tot per Alacant" del distrito Benito Pérez Galdós, que plantaría una portada de 4 x 7 metros de base y 4 metros de altura en la plaza de Castellón —actualmente Hermanos Pascual—, de la que se conserva una foto autorizada de su boceto, una acuarela sin firmar de 10,7 x 7,2 centímetros sobre papel, que Luis Lledó Sanz, primer presidente de la barraca, adjunta con su rúbrica el 13 de junio con la correspondiente solicitud de plantà, que se presentaría el día 16 en la Secretaría del Ayuntamiento, siendo transferida en la misma fecha al Negociado de Gobernación para su aprobación.

También se plantaría una supuesta Barraca Casa de Orán en Alicante, según expediente B-7/36 en el número 68 de la calle Torrijos —hoy César Elguezábal—, por lo que entraría en la actual demarcación territorial de la Foguera Alfonso el Sabio. Si bien realmente no se trata conceptualmente de una barraca, pues según se aprecia en la solicitud de plantà que firma un particular, Antonio Sánchez Rabadán, para lo que pide autorización es para «construir en la fachada de su citado domicilio —Torrijos, 68—, unos bastidores de estilo árabe», que en todo momento se ajustarían a las dimensiones de la fachada y ancho de la acera. Este documento está fechado el 16 de junio, mismo día en que sería presentado en la Secretaría del Ayuntamiento y derivado al Negociado de Gobernación, acompañado de un boceto no firmado en tinta, de 32,2 x 22,3 centímetros.

En cuanto al B-8/36, contiene los documentos de la nueva Peña "Los Doce", cuya portada medía 4 x 3,25 metros de base y se instaló en la plaza del Carmen, a espaldas del edificio antes destinado a la desaparecida iglesia del Carmen. La solicitud de plantà está manuscrita por el secretario de la peña, Antonio Senabre, y fechada el 17 de junio, mismo día en que se presentó en la Secretaría del Ayuntamiento y quedó autorizada por el Negociado de Gobernación. Adjunta un boceto a lápiz de 44,2 x 32,3 centímetros.

Sí se conoce la autoría de la Peña "Los 13", en su segundo año de existencia, así denominada —como probablemente también la anterior— por ser ese el número de sus componentes. Se trata del tándem de artistas Agustín Pantoja Mingot y Manuel Baeza Sánchez, que construyeron una portada de 10 x 3,5 metros de base y 8 metros de altura frente a los números 20 a 26 de la avenida Alfonso el Sabio, tal como expone la solicitud de plantà manuscrita que constan en el expediente B-9/36, en la que su reelegido presidente, José Lozano Grau, firma en nombre de la peña el 17 de junio, para ser presentada el mismo día en la Secretaría del Ayuntamiento y derivada al Negociado de Gobernación para su aprobación, adjuntando un boceto en tinta de 32,2 x 22,1 centímetros.

Un grupo de miembros de la sociedad taurina «Magritas Club» —entidad que ya llevaba plantando su propia foguereta desde 1929—, según expediente B-10/39 también plantó, el año que nos ocupa, una portada de 5 x 7 metros de base y 3,5 metros de altura, según su boceto, para la nueva barraca "El Galliner", entre la sede de la misma en el número 13 de la calle Manuel Azaña y el vecino Bar Benacantil. Sin embargo, en la solicitud de plantà firmada en nombre de la comisión por un tal J. Maestre, se menciona 12 metros de largo por 3,5 metros de ancho, probablemente por la inclusión del vallado. Está fechada el 16 de junio, el sello de entrada en el Registro de la Secretaría del Ayuntamiento es ilegible y no consta traslado del documento al Negociado de Gobernación, si bien se conserva el citado boceto a lápiz, no firmado, de 32 x 22 centímetros.

La portada de la repetidora Peña "Un Día... Un Día Es" se plantó nuevamente en el cruce de calles Pintor Velázquez con Juan de Herrera, en el actual distrito de San Fernando, de acuerdo con la documentación contenida en el B-11/36, donde consta una foto autorizada de un boceto en plumilla, no firmado, de 13,7 x 8,7 centímetros, así como una escueta solicitud de plantà firmada por el nuevo presidente de la peña, Rafael Álamo Ramón, el 18 de junio, misma fecha en que se entregó en Secretaría del Ayuntamiento y se derivó al Negociado de Gobernación para su aprobación.

Y, por último, cerca de la anterior, pero en la demarcación actual de Santa Isabel, el expediente B-12/36 refiere una nueva barraca, llamada a ser muy conocida tras el episodio bélico nacional. Se trata de la Peña "K-U Es K-U", cuya portada medía 6 x 4 metros de base y se plantó en la plaza de Pío Díaz Prada —actualmente de San Antonio—, con el beneplácito de la foguera del distrito, según afirma la solicitud de plantà firmada en nombre de la citada peña, el 18 de junio, por Julio Asensi, no siendo legible la fecha de entrega en la Secretaría del Ayuntamiento y siendo el 19 junio la que consta por presentada en el Negociado de Gobernación. Se conserva un boceto no firmado a tinta, de 22 x 33 centímetros, así como una foto autorizada del mismo, de 8,8 x 13,8 centímetros.


El estallido de la contienda nacional menos de un mes después de la celebración de Les Fogueres 1936, evidentemente dio al traste con todo conato festero. En 1939, apenas en quince días se organizaría un casi improvisado programa foguerer, en cuya concepción hay constancia de que participarían activamente las comisiones de las barracas: Peña "Los Gorilas", Peña "Els Trenta Ú", Peña "De Tres, Tres", Peña "Los 13", Peña "Ali-Cántara" y "El Galliner". Se plantó una sola foguera testimonial, frente a la puerta principal del Mercado de Abastos, y hay mención, en la escasa prensa que se editó, de que lo harían «algunas» portadas de barraca. Pero, a partir del relanzamiento definitivo de Les Fogueres en 1940, crecieron exponencialmente en número, llegando a superar ampliamente a las comisiones de fogueres, hasta el punto de que, en menos de una década, se llegaron a prohibir durante un ejercicio foguerer, aduciendo el peligro que suponían para el devenir de la Fiesta, craso error como quedaría demostrado con una casi debacle de Les Fogueres... pero esa es otra historia.

Bartolomé Parodi Ruso.Tabarquino, barraquer y foguerer

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Un merecido homenaje de su nieto, autor de este blog, a su notable y poco conocida trayectoria festera

Documentación y fotografías:
- Archivo Municipal de Alicante (AMA)
- Archivo Armando Parodi Arróniz

Bartolomé Parodi Ruso, «Bartolo»,
un tabarquino en Les Fogueres de Sant Joan

Diario El Correo, 16 de julio de 1935. Noticia íntegra de la constitución
de la barraca Peña «Tot per Alacant», de cara a Fogueres 1936,
en la que Bartolomé Parodi figura como «Repostería»,
su primo José Blasco es el contador, y su hermano Ramón Parodi es vocal

Boceto de la barraca Tot per Alacant 1940, de José Sierra Arques


Solicitud de plantà de 15 de mayo de 1942, firmada por Bartolomé Parodi,
y autorizaciones de plantà del Cuerpo General de Policía y de Alcaldía

Solicitud de plantà de 4 de junio de 1943, firmada por Bartolomé Parodi,
y boceto de la barraca Tot per Alacant 1943


Llibret de la barraca Tot per Alacant 1943.
Contiene el lema de la peña:
No busquem ninguna gloria
sino que anem treballant
pera donar mes realse
a la festa de San Chuan


Llibret de la barraca Tot per Alacant 1943: Himno de la barraca


Programa de Fiestas de la barraca Tot per Alacant 1943.
Como curiosidad, Fogueres 1943 se celebraron del 26 al 29 de junio,
por coincidir el 24 de junio la festividad del Corpus Christi


Barraca Tot per Alacant, años 40.
Bartolomé Parodi es el primero por la derecha (¡ojo!, junto al ninot)


Llibret de la barraca Tot per Alacant 1945.
Bartolomé Parodi trabajaba en Lloret y Llinares,
y era representante de los vinos y coñacs Terry


Llibret de la barraca Tot per Alacant 1946.
Fragmento de un cuento foguerer, en el que se menciona a Bartolomé Parodi
como presidente, y a José Piqueres, cuñado suyo,
así como el «canto de guerra» de los peñistas:
¡¡¡Tot per' Alacant!!!
¡¡¡Tot per' Alacant!!!
¡¡¡Tot per' Alacant!!!
¡¡¡¡BA...CO...RES!!!!


Llibret de la barraca Tot per Alacant 1947. Bartolomé Parodi es presidente


Solicitud conjunta de plantà de la foguera Benito Pérez Galdós y la barraca Tot per Alacant,
fechada 7 de junio de 1948. Un hermanamiento que perduraría más de una década


Boceto, llibret y barraca Tot per Alacant 1948, de Carlos Baeza Tomás


Bartolomé Parodi Ruso.
Foto extraída de la prensa de la época, en un año, 1949,
en el que no se permitió plantar a las barracas.
En un extenso artículo se solicitaba la opinión
de los presidentes del ejercicio foguerer anterior,
mostrándose partidario de la convivencia de fogueres y barraques


Solicitud de plantà de 29 de mayo de 1950, firmada por Bartolomé Parodi


Boceto de la barraca Tot per Alacant 1950, de Carlos Baeza Tomás


Llibret de la foguera Benito Pérez Galdós 1950.
Bartolomé Parodi es «Fester de Honor»


Boceto de la barraca Tot per Alacant 1951


Llibret de la barraca Tot per Alacant 1951.
En el Programa de Fiestas aparece una actividad solidaria que era un clásico de la peña:
la merienda a las 17 horas de los días 22 y 23 de junio, para los niños del «Hogar José Antonio»


Llibret de la foguera Benito Pérez Galdós 1951.
Bartolomé Parodi es «Comisionado de Honor»


Boceto de la barraca Tot per Alacant 1952


Barraca Tot per Alacant, años 50.
Bartolomé Parodi Ruso es el tercero por la izquierda en pie, con gafas de sol;
su cuñado José Piqueres Dols, en el centro, con sombrero;
y su primo José Blasco Ruso, primero por la derecha agachado


Insignias que luciría Bartolomé Parodi en su solapa:
de la foguera Benito Pérez Galdós, en plata, con su lema «Tot Armonia»,
y el escudo de la barraca Tot per Alacant


Boceto de la barraca Tot per Alacant 1953


Llibret conjunto de la foguera Benito Pérez Galdós y la barraca Tot per Alacant 1953.
La «Carta abierta» de «Un admirador de les Fogueres»,
agradece al presidente de ambas comisiones, Bartolomé Parodi,
que la foguera camine de la mano de la barraca, pues sin esta no hubiera podido plantar.
Su hermano, Ramón Parodi, es el tesorero; el primo de ambos, José Blasco, vocal


Boceto y explicación de la foguera en el llibret.
Literatura de ocasió, de Jaime Giner Palacios


Foguera Benito Pérez Galdós 1953


Boceto de la barraca Tot per Alacant 1954


Llibret de la barraca Tot per Alacant 1954.
Bartolomé Parodi es presidente, su hermano Ramón Parodi es vocal,
y el primo de ambos, José Blasco, es socio numerario


Llibret de la foguera Benito Pérez Galdós 1954.
Bartolomé Parodi es también su presidente


Boceto en el llibret de la foguera Benito Pérez Galdós,
El triunfo de un Ayuntamiento, de los hermanos Capella Guillén


Foguera Benito Pérez Galdós 1954


Boceto de la barraca Tot per Alacant 1955


Llibret de la foguera Benito Pérez Galdós 1955.
Consta como presidencia la barraca Tot per Alacant;
tesorero Ramón Parodi; José Blasco y Bartolomé Parodi son vocales


Boceto en el llibret de la foguera Benito Pérez Galdós,
El fuego en la vida y en el arte, de Antonio Hernández Gallego


Foguera Benito Pérez Galdós 1955


Boceto de la barraca Tot per Alacant 1956


Boceto de la barraca Tot per Alacant 1957, de A. Hernández Gallego.
Es el primer año que se otorgan galardones a las barracas, y se alza con el Primer Premio


Boceto de la barraca Tot per Alacant 1958, de Francisco Granja Velázquez


Boceto de la barraca Tot per Alacant 1959, Circo, de Francisco Granja Velázquez


Barraca Tot per Alacant 1959.
Segundo por la izquierda, Juan Bautista Colomer Francés, cuñado de Bartolomé Parodi


Llibret de la foguera Benito Pérez Galdós 1959.
Bartolomé Parodi es «Comisionado de Honor»


Boceto de la barraca Tot per Alacant 1960, de Hernández Gallego


Llibret de la foguera Benito Pérez Galdós 1960.
Bartolomé Parodi es «Comisionado de Honor»


Boceto de la barraca Tot per Alacant 1961, de Francisco Granja Velázquez

1961. El autor de este artículo homenaje, Armando Parodi Arróniz,
nieto de Bartolomé Parodi, en el interior de la barraca Tot per Alacant


Llibret de la foguera Benito Pérez Galdós 1964.
Bartolomé Parodi es vicepresidente, y su hijo, Armando Parodi Lledó, vocal


Boceto en el llibret de la foguera Ver, oír y callar, de Agustín Pantoja Mingot


Escena de la foguera Benito Pérez Galdós 1964, Segundo Premio de Primera Categoría.
Junto al monumento, su autor Agustín Pantoja


Llibret de la foguera Benito Pérez Galdós 1965.
Bartolomé Parodi es vicepresidente, y su hijo Armando Parodi es vocal.
La barraca Tot per Alacant desaparece


Foguera Benito Pérez Galdós 1965, Antes y después, ahora y luego,
de Agustín Pantoja Mingot. Premio de la Cámara de Comercio


Llibret de la foguera Benito Pérez Galdós 1966.
Son «Foguerers de Honor» Bartolomé Parodi y su señora, María de los Ángeles Lledó Carratalá,
así como el hijo de estos, Armando Parodi y su señora, Esperanza Arróniz Ruiz


Llibret de la foguera Benito Pérez Galdós 1968.
Bartolomé Parodi y su hijo Armando Parodi son «Comisionados de Honor»


Llibret de la foguera Benito Pérez Galdós 1969. Bartolomé Parodi Ruso fallece poco antes de Fogueres:
Hace unos días nada más, casi en vísperas de nuestras fiestas sanjuaneras,
Dios quiso llamar a su reino a nuestro querido amigo y componente, durante muchos años
de la Comisión de nuestro Distrito, Bartolomé Parodi Ruso «Bartolo», para sus amigos.
Las Hogueras de San Juan han perdido un gran colaborador. Llevaba las fiestas tan dentro de sí,
que por ellas se sacrificaba, física y económicamente, lo daba todo por ellas.
Por ello, nosotros, los componentes de la Comisión de Pérez Galdós,
cuando suene el primer trueno anunciador, levantaremos la vista hacia el cielo
y no dudaremos que desde allí en donde brille la más insignificante estrella,
estarás contemplando la plantà de tu barrio y mandándonos ánimos
para continuar en la difícil tarea de hacer la Fiesta.
Descansa en paz. Tú, nos dejaste tu obra y nosotros sabremos continuarla.


Los Carrillo, escultores alicantinos pioneros en el arte foguerer

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Artículo publicado en el Llibret de la Foguera La Ceràmica 2016

El «menfotismo» alicantino, cabe decir que de especial raigambre entre los foguerers, es capaz de utilizar todo tipo de pretextos para que se engañen a sí mismos, con tal de marcar diferencias. Uno de los argumentos más utilizados para diferenciarse de Las Fallas, e incluso desmarcarse absurdamente de un origen evidentemente importado de estas, es el tan traído y llevado de que en Les Fogueres, desde el mismo año fundacional, los monumentos ya se crearon con una estética propia y, por lo tanto, diferente a la valenciana. De hecho, apenas tardaría en acuñarse la denominación de «Estilo Alicantino».

Aparte del detalle de que hubo monumentos foguerers que, ya esos primeros años, fueron plantados por valencianos, no deja de ser cierto que hay factores que condicionaron la estética de los mismos, como el hecho de que la época del año es obviamente diferente, con mucha más luz, o la circunstancia tan esgrimida de que, mientras en Valencia imperaban los escultores entre los artistas falleros, en Alicante la construcción de fogueres cayó en manos de pintores, lo que nos lleva, de una parte, a un notable tratamiento del color y, de otra, a la abundancia de superficies planas con exquisitas pinturas, más que al modelado.

Pero la realidad es que, en pocos años, lo que marcaría el estilo del monumento, tanto fallero como foguerer, sería las tendencias artísticas de la época. Además, por otra parte, tampoco es cierto que solo los pintores fueran los creadores del arte efímero alicantino. Buena prueba de esto la tenemos en los Carrillo, padre —Miguel— e hijo —Adrián—, ambos escultores, cuya obra no tiene nada que desmerezca con respecto a los pintores a la hora de plantar fogueres. Cabe añadir, a título anecdótico, que se trata de la primera saga de artesanos foguerers alicantinos, a la que seguirían otras tan prolíficas como la de los Capella, los Granja, los Abad o los Gómez Fonseca.

Miguel Carrillo Soler (Relléu, 1873-Alicante, 1935) lo cierto es que lo mismo pintaba que esculpía. En escultura e imaginería, faceta esta que más desarrolló en su taller de la calle San Nicolás, tuvo como profesor al escultor Ruidavés, cuyas imágenes y pasos de Semana Santa desfilaban en Crevillente y otros lugares de la provincia. Aficionado a la música, que también practicaba, fue fundador y subdirector de «La Wagneriana», agrupación musical alicantina de pulso y púa. Hizo talla en madera, pintura, restauraciones y toda clase de trabajos artísticos. En Sant Joan d'Alacant se conserva un retrato del Doctor Esquerdo tallado en madera de boj.

Miguel Carrillo Soler
(Número extraordinario de Fogueres de El Tio Cuc 1929,
archivo Armando Parodi)

Al iniciarse Les Fogueres de Sant Joan, aunque ya le cogiera con cierta edad, Miguel Carrillo, al igual que la mayor parte de los artistas alicantinos, construyó varios monumentos foguerers, en concreto entre los años 1928 y 1931. En el primero de estos años tuvo problemas con la censura, en la foguera que plantara en Alfonso el Sabio, entre las confluencias con las calles San Vicente y Díaz Moréu, monumento sencillo, casi esquemático, que erróneamente siempre se ha atribuido al Mercado.

La Foguera Alfonso el Sabio, San Vicente, Barrio San Fernando y adyacentes, solicitaba plantar el monumento Nunca es tarde... entre los números 1 y 5 de la avenida de Alfonso el Sabio, lo que el Ayuntamiento autorizaría, si bien habría que modificar previamente algunos de los personajes representados, claramente identificables entre los notables de la sociedad alicantina de entonces. Se trata de la primera aparición de la censura en la historia de Les Fogueres, hablando la explicación original de la foguera de:
La llegada de los Reyes Magos que son portadores de valiosos regalos para personas conocidas de la localidad, y son: a D. Juan Botella Pérez, un violón; a D. José Juan Pérez, candados y cadenas; a D. José María Py, un duro con falla; a D. X.X. Tenor del Orfeón, un gallo; a D. Manuel López de Gomis, una condecoración; al Sr. Espadín-sablista de profesión, un sable; a D. Pascual Ors Pérez, una plaza de toros; y algunos otros pequeños objetos más que complementen el conjunto.
Un escrito posterior sería autorizado con no poco notables cambios, ya que «alguna de las personas que se consideran molestadas por su inclusión entre las figuras que dicha foguera se compone han manifestado su disconformidad a esta comisión gestora, decidiendo, el que suscribe, de acuerdo con los demás componentes de comisión, suplicar a S. E. sea anulado el boceto presentado y aprobado en el siguiente sentido», y continuaba más adelante explicando que la foguera simbolizaba:
La llegada de los Reyes Magos que son portadores de algunos regalos para obsequiar a las siete figuras restantes, y, para completar el conjunto decorativo de la foguera se agregan a la misma. Las figuras que componen dicha foguera son: un Rey Mago vestido a la manera tradicional, un camello, un negro, y un conjunto de siete figuras. Estas siete figuras para evitar erróneas interpretaciones se presentarán sin vestir y desfiguradas en cuanto sea posible con el anterior proyecto presentado.

Foguera Alfonso el Sabio, San Vicente, Barrio San Fernando y adyacentes 1928
(Archivo Municipal de Alicante, AMA)

Es una lástima que no se conserve ningún boceto con el que contrastar los escritos citados, pero sí sobrados datos para afirmar que no se trata del primer monumento de la actual Foguera Mercado Central. Basta con aportar dos muy significativos, como el hecho de que no aparece anuncio alguno de comerciantes del Mercado de Abastos en su llibret, y que se cite textualmente que la foguera fue «costeada por los vecinos del Barrio San Fernando, Calles de Alfonso el Sabio, Díaz Moréu, Calderón de la Barca, Infanta, San Vicente y calles adyacentes», cuando es sabido que la Foguera Mercado Central nunca, o apenas, ha tenido distrito, además del hecho de que en la Reunión de Comisiones de Fogueres de San Chuan de julio de 1929, se presenta la ampliación del distrito de la entonces denominada Foguera Plaza del Mercado a los números 1 al 11 y 2 al 10 de la calle Alfonso el Sabio, pero de cara a Fogueres de 1930, no hasta entonces.

En 1929 fueron autorizadas las solicitudes de plantà de dos fogueres de Miguel Carrillo. Para la Foguera Calderón de la Barca se presentaba el monumento denominado, según su magnífico boceto en tinta, Memorias de un devorador de arroces, e iba a ser levantado en la esquina de la calle Manuel Antón con Calderón de la Barca. Constaba de una enorme paella central, sobre la que un hambriento personaje daba cuenta de un buen plato, sentado cómodamente en una mesa de restaurante ante las columnas de la estación de ferrocarril.

Foguera Calderón de la Barca 1929
(Archivo José Luis Cano)

De dimensiones modestas, con 3 x 3 metros de base, la Foguera Plaza de Juan Poveda fue titulada por el artista La primera 'squilá, de acuerdo con el boceto conservado, en tinta azul, y quedaría instalada delante de la fuente de la plaza de Juan Poveda, actual plaza de San Cristóbal. La pequeña referencia a la explicación del monumento en la revista La Foguera de 1929, no ofrece muchas dudas acerca del contenido de esta sencilla obra: «Está vist que en este mon tot pasa y tot es fa vell: el cabell fon pa Sansón lo mes fort que havía en ell, y huí priva la "garsón", es dir que sobra el cabell».

Foguera Plaza de Juan Poveda 1929
(Archivo Miguel Soler)

Miguel Carrillo Soler repetiría los dos años siguientes en la misma demarcación. Así, en 1930 el artista plantó otra modesta foguera de 5 x 3 metros de base, titulada ¡Rinden armes!, según consta en su boceto realizado en tinta azul. La revista Alacant. Fogueres de San Chuan de 1930, explica de este sencillo monumento: «Sobre dos grosos cañons, el símbolo de la pau vol a totes les nasións vore si les armes trau. ¿A la forsa qui no guaña contra les armes de caña?».

Foguera Plaza de Juan Poveda 1930
(Foto Lucentum)

Y en 1931, la foguera la titularía el artista La desbandá, según expediente y boceto conservados en el AMA. La sucinta memoria que contiene la solicitud de plantà, dice lo siguiente: «La inspiración de esta "foguera" está basada en que en el momento de la proclamación de la República en España, con el contento y aplauso del pueblo, hacen "desbandá" los zánganos de colmena en vista de los acontecimientos». Una enorme colmena simbolizaba el trabajo, al lado de la efigie de la República portando la bandera tricolor, y de ella huían los que se aprovecharon del anterior régimen.

Boceto y Foguera Plaza de Juan Poveda 1931
(Boceto, número extraordinario de Fogueres de El Tio Cuc 1931, AMA;
foto, llibret de la Barraca «I no voliem» 2013, archivo Armando Parodi)

Pero Carrillo no tuvo fortuna, ese mismo año, cuando pretendió plantar una foguereta y varios grupos callejeros anunciadores en diversos puntos del centro de la ciudad, cuyo permiso fue denegado por el Ayuntamiento. Su intención queda recogida en un magnífico boceto en acuarela que se conserva en el Archivo Municipal, y su tramitación generó abundante documentación. Alcaldía decidió delegar a la Comisión de Gobernación la decisión de tratarla como una autorización más de foguera, o aplicarle un procedimiento especial. La solicitud de plantà comentaba que la foguereta «representa una alegoría del comercio y la industria; los grupos serán más o menos, según las casas anunciadoras», y añade que las figuras sueltas, también anunciadoras, estarían distribuidas por las calles de la capital. Dejaba a criterio de Alcaldía la ubicación, y no descartaba que fueran más de una las plantadas, en cuyo caso se presentarían posteriores solicitudes de autorización con sus correspondientes bocetos.

Boceto denegado de foguereta y grupos callejeros anunciadores, 1931 (AMA)

Pero lo más delicado venía a continuación: «Como seguramente los gastos de esta foguera y figuras anunciadoras, ha de ser superior, en el presente año, a los ingresos, es por lo que el abajo firmante se permite solicitar se le conceda la exclusiva para esta publicidad, durante el plazo de diez años, abonando, como es natural, los arbitrios pertinentes». La Comisión de Gobernación decidió darle el mismo tratamiento que le aplicaría a una foguera, con los mismos criterios, pero no accedió a las pretensiones de Miguel Carrillo, pues se consideró que el artista lo hacía con fines lucrativos. Sin embargo, su nieto y también escultor, Adrián Carrillo Valero, matiza al respecto que, «siendo justos, se debería mencionar que la comisión no tenía dinero, y que mi abuelo propuso esa fórmula para poderla financiar».

Miguel Carrillo jamás fue premiado pero, paradójicamente, fue profesor de gran cantidad de artistas foguerers que triunfarían con sus obras. Padre del escultor y también artista foguerer, Adrián Carrillo García, y abuelo del mencionado e igualmente escultor, Adrián Carrillo Valero —Adriano Carrillo—, si bien este nunca ha trabajado el arte efímero.

Adrián Carrillo García (Alicante, 1914-1979) no tuvo más escuela que la de su padre, aunque sí cierta influencia de Daniel Bañuls, pero suficiente para dotarle de sobradas cualidades escultóricas que, con el paso del tiempo, fueron el eje de su trayectoria artística foguerera, que le valió un merecido prestigio.

Adrián Carrillo García
(Archivo Agustín Pantoja, fragmento)

Estudió el Bachillerato en el Instituto de Enseñanza Media de Alicante, trabajando en los ratos libres y en vacaciones en el taller de su padre. Obtuvo una bolsa, para ampliar estudios, de la Excma. Diputación Provincial. Dominaba todas las facetas de la escultura, como demuestra la gran cantidad de obras realizadas, tanto en bronce, como en piedra, mármol, caliza, madera policromada e incluso acero u hormigón, llevando su obra desde el clasicismo mediterráneo hasta la abstracción geométrica en los setenta.

Son ejemplos representativos de su extensa producción: relieves en piedra caliza, en los edificios de Obras Públicas y Junta de Obras del Puerto; relieves en el Colegio de Huérfanos Ferroviarios; retablo de la capilla del Instituto de Enseñanza Media, en piedra caliza sobre mosaico; un San Gabriel corpóreo en la fachada de la iglesia de este barrio; relieve en mármol en el que fuera Hotel Carlton; así como un buen número de obras repartidas por nuestra provincia. Fuera de Alicante: un monumento en mármol al Alcalde Teresa y otro en bronce al Alcalde Martínez, ambos en Almansa; un relieve en la fachada del Colegio del Santo Ángel y un San José en piedra, ambos en Madrid; un San Isidro en madera policromada en Benagéber (Valencia); y en el mismo material y técnica, una Virgen con Niño en Llanos del Caudillo (Ciudad Real).

Como artista de fogueres, su aportación se inicia en 1934, realizando tres obras antes de la contienda nacional, en colaboración con otros autores y abierto a la influencia de las corrientes artísticas de la época, entre las que cabe destacar, el año de su debut, El puñao de rosas, en colaboración con José Barahona y Antonio Esplá. Un tributo a Carlos Arniches que le valió el Tercer Premio de Categoría A para la Foguera Plaza 14 de Abril, actual Calvo Sotelo, dotado con 500 pesetas. Aunque la solicitud de plantà menciona la entrega de fotografías del boceto, lo cierto es que no se conserva ni lo uno ni lo otro.

Foguera Plaza 14 de Abril 1934 (AMA)

La foguera, de planta rectangular, tenía 8 x 16 metros de base y 18,5 metros de altura y fue plantada entre la calle Canalejas y la avenida del Doctor Gadea. La solicitud apuntaba que el monumento «se limita a crítica de escenas locales inspiradas en títulos de obras de nuestro Foguerer Machor e hijo ilustre de Alicante, Don Carlos Arniches». Y el número extraordinario de Fogueres de El Tio Cuc solo recoge esta escueta explicación:
Com el foguerer major
d'esta foguera és Arniches
li tributen este honor.
En 1935, Adrián Carrillo, en coautoría con Pedro Valdés, plantó en Categoría B para la Foguera Méndez Núñez, actual Rambla, el monumento La isla olvidada, que obtuvo el Premio de Turismo, muy probablemente por su temática: nuestra isla de Tabarca. Midió 12,2 x 3 metros de base y se instaló a la altura de los números 1 y 3 de la avenida.

Foguera Méndez Núñez 1935 (Festa 2005)

La solicitud de plantà se acompaña de un boceto de un lateral en lápiz sobre cartulina, así como una foto autorizada del otro, en acuarela. Consta una extensa explicación del monumento:
El asunto de esta foguera tiene por motivo, el mostrar el abandono y el olvido en que se encuentra la Isla de Nueva Tabarca, o L'Illa (como decimos los alicantinos), y para ello el desarrollo de la «foguera» es un contraste de la isla tal como era en tiempos de Carlos III (que fue quien la urbanizó y fortificó), o sea que entonces se la tomó en consideración, y en cambio después de dos siglos de civilización se la tiene abandonada.
Describe a continuación uno de los laterales, en la época floreciente de la isla: «la parte antigua (buscando trozos bellos y característicos de "La Isla") la representamos en tres escenas; una de ellas el torreón, con un trovador que va a dar la serenata a su bella; otro cuadro como parte guerrera, con un centinela a la puerta de la muralla; y por último una escena que representa un puerto que existió (y del cual carecen hoy día)». En el otro lateral, la otra cara de la moneda: «las miserias y calamidades que tienen que pasar los pobres pescadores, siendo así, que ya viejos tienen que trabajar y exponerse a los peligros del mar, [...] el momento en que dado el fuerte viento es dificilísimo por no decir imposible el varar el barco, [...] el cuadro triste del hombre que tiene a la mujer enferma y no tiene médico que ponga remedio a su dolencia». Y entre ambos, en «un trono se halla una alicantina la cual recibe a una sirena que viene a presentarle a un representante de la "Isla" para pedirle protección».

Ambos autores, este mismo año plantaron el monumento de la Foguera Plaza de Hernán Cortés, titulado Alicante ideal, también de Categoría B, con 8 metros de base y 10 de altura, en el cruce de las calles Las Navas y Aranjuez, actual Felipe Bergé. Se conserva un boceto en acuarela sobre cartulina, así como una explicación de la foguera que hace referencia a las tres caras del mismo. En la primera de ellas «hacemos ver la necesidad que tiene Alicante y en particular este barrio de purgar el vecindario de tantísimo bar de camareras y casas de prostitución; y para tal objeto situamos toda esta gentecita en un barrio, "Barrio Chino" que poseen todas las ciudades bien saneadas de esta chusma». La segunda de las escenas «se refiere al proyecto de urbanización de la calle Torrijos que debían prolongarla hasta Gabriel Miró y en general a los proyectos de urbanización de todo Alicante». Y el último de los frentes de la foguera «representa en guasa la falta de protección que tiene el saber de esta población y situamos una fuente del saber donde se dirigen tres representaciones del arte, ciencia y trabajo por indicación de una encarnación de Alicante».

Foguera Plaza de Hernán Cortés 1935
(Archivo Adriano Carrillo)

La Guerra Civil Española había llevado al exilio o a la cárcel a muchos de los artistas e intelectuales alicantinos de los años treinta. Estos difíciles años de posguerra hicieron mella en un carácter tan sensible como el de estos artistas plásticos. Ya no eran reclamados por las instituciones ni valorados por la prensa. Sin otro oficio, tuvieron que subsistir como pudieron en esos años tan duros. Poco a poco el grupo de amigos pudo volver a reconstituirse, con nuevas incorporaciones, en torno a distintas tertulias y en algún estudio como el de Gastón Castelló. Y fue de esta forma cuando en 1944 surgió la posibilidad de colaborar con la comisión de un barrio tan querido para ellos como el de la plaza del Puente.

Foguera colectiva Plaza del Puente 1944 (AMA)

Adrián Carrillo volvió a ser noticia entonces, cuando colaboró solidariamente con sus amigos los pintores Gastón Castelló, el alcoyano Miguel Abad Miró, Emilio Varela, Melchor Aracil y Manuel Albert, además de los escultores Daniel Bañuls y José Gutiérrez, en el célebre monumento colectivo de la Foguera Plaza del Puente, actualmente Puente-Villavieja, titulado ¡Cuidado con nuestro barrio!, Tercer Premio de Categoría B, dotado con 200 pesetas, demostrando su estrecha relación con el entorno plástico alicantino de la época. Un monumento que representaba las casas típicas de ese barrio, flanqueadas por dos grandes lienzos de Aracil y Varela. Además, el reconocido músico alicantino Rafael Rodríguez Albert colaboró con esta foguera poniendo música a una letrilla de Eduardo Irles que decía:
Barri de la Vila Vella
ánima ardent d'Alacant;
cases morenes al sol,
vestides de colors clars,
que s'empujen al Castell
per a mirarse a la mar.

Palacetes y carrerons
ahon s'adormeixen els anys.
Un so d'alegres dolçaines
sona desde d'un temps d'antany.
I, entre vives iluminaries,
la dança broda el seu pas.

¡Vila Vella, Vila Vella!
Tens en la plaça del Pont
—entre el Castell y la mar—
d'Alacant, el noble cor.

Barri de la Vila Vella,
ánima ardent d'Alacant...
Gavines y colomets
volen baix un sol triomfant.
Sería en esta su segunda etapa, a mediados de los cuarenta —1945-1947—, cuando Adrián Carrillo, ya en solitario, marcó tendencias con sus obras, minuciosas, intimistas y de cortas proporciones, caracterizadas por su respeto a la corriente estética imperante, armónicas y con sensación de unidad, gracias a unos ninots llenos de vida y en su lugar apropiado dentro del conjunto del monumento. Prueba de ello son sus dos ninots indultats consecutivos, en 1946 por el grupo Las Hilanderas, y en 1947 por la figura de una alicantina engalanándose, ambas en la foguera que plantara en la plaza de Gabriel Miró, demarcación fija en el trienio, pues solo plantaría el primero de los años dos fogueres, la segunda de ellas en San Antón Alto. Los tres años fue premiada.

Su debut en la Foguera Plaza Gabriel Miró se vio coronado por el triunfo. Costumbres de ayer y de hoy fue Primer Premio de Categoría B, dotado con 600 pesetas. Un monumento que plantaría en la plaza de Gabriel Miró, a la altura de la calle Ojeda, de la que la Revista Oficial de las Hogueras de San Juan 1945 recoge la siguiente explicación:
Todo tiempo pasado fue mejor... Nostalgia de costumbres netamente españolas por alicantinas esparcidas en el olvido y el tiempo. Melancolía de ver que las cosas más bellas del pretérito «llegan a nosotros como silenciosas piezas de un Museo». «Porrat de la Candelaria», «Festes de carrer», ¿dónde estáis ya?, se pregunta el alma del artista. Todo ha sufrido modificaciones y mutilaciones dolorosas. ¿Dónde el ayer espiritual y genuinamente nuestro?... «Como pétalos de una flor deshojada, perdieron su aroma y su color...».

Boceto de la Foguera Plaza Gabriel Miró 1945
(Revista Oficial de las Hogueras de San Juan1945, archivo Armando Parodi)

Pero el simbolismo y consigna del monumento que plantara ese mismo año para la Foguera San Antón Alto, no caló lo esperado a afectos del Jurado. Plantado en la confluencia de las calles Valencia y San Carlos, según el llibret de la Foguera:
Un carro simbólico en forma de hoguera representa nuestras fiestas, tirado por dos briosos corceles, y conducido por un alicantino, arrolla cuantos obstáculos se interponen en su camino, como remate y apoyado en el escudo de nuestra ciudad, va una mujer alicantina que sonríe. El triunfo de les fogueres es el triunfo de Alicante.
Por los bajos, se recogen escenas variadas, de las inmensas dificultades que encuentran todas las comisiones de hogueras para cumplir su cometido.
Unas figuras en relieve, meditan sobre el estado decadente de la fiesta.
En el testero superior a modo de monumento, don Ramón [Ramón Aracil Salas], el eterno presidente y en el testero posterior, una figura que se orina en la foguera; esta figura representa a todos aquellos que después de no prestar ayuda a estas comisiones, aún se vanaglorian de ello.
Esta descripción, aunque breve, recoge el verdadero significado de estas hogueras y creo será comprendida por todos, acojamos con cariño esta consigna: «Tot per Alacant» [que fue el lema de la foguera].

Foguera San Antón Alto 1945 (Fogueres1998)

En 1946, el título del monumento plantado para la Foguera Plaza Gabriel Miró fue No cal que amarreu els gats, de nuevo Primer Premio de Segunda Categoría, con 1.000 pesetas de asignación. La exquisita explicación de la foguera, que merece la pena reproducir completa del llibret, es la siguiente:
Rememora la «foguera»
nuestras costumbres marinas
y exalta aquella «peixquera»
del «llus», el «moll», las sardinas,
el «llobarro», la palaya,
el «polp», el «gall» y la almeja,
y la sabrosa «morralla»
producto de la «pareja».

Ya no se vende el pescado
por las calles de Alicante
porque parece pecado
y, además, no es «elegante»
pregonar a voz en grito
la sabrosa mercancía
bajo el sol de mediodía
en las playas de Levante.

«¡Llus y molls de la parella!»
es un anuncio vulgar
y los productos del mar
no necesitan aquella
manera de vocear:
para su venta está el bar
y, para «pescarlos» ellas.

La verdad es que, señores,
las cosas cambian de un modo
que no es que perdamos algo,
es que lo perdemos todo.
Nuestros refranes mejores
los vamos viendo morir
y ni «a San Chuan, bacores»
vamos a saber decir.

Bien está que «Don Progreso»
vaya limpiando el camino,
pero que no barra eso
de sabor alicantino,
ni ese típico pregón
del dorado salmonete,
ya que con su adquisición
se nos va casi un billete.

Mas también hemos pensado,
con nuestra razón a solas,
que no vemos del pescado
mas que «colas», muchas «colas».
Aquí no se ve la pesca,
aquí no hay más que negocios
porque hay mucha gente fresca
en sociedades y en «socios».

En «socios» que viven bien,
de una moral ejemplar,
que cobran el cien por cien
de un trozo de calamar.
Y como el «socio» es un «hacha»
para el negocio en cuestión,
pues te disfraza la alacha
y dice que es boquerón.

Si tú, lo quieres, lo tomas,
y, si no quieres, lo dejas,
que no se reparten bromas
... ni se reparten lentejas.
Y así la vida no es grata
pues, mirando esos extremos,
algunos meten la «pata»
y «los marinos», «los remos».

Foguera Plaza Gabriel Miró 1946
(Archivo Adriano Carrillo)

Siendo nuevamente premiado, Adrián Carrillo plantó en 1947, por tercera vez consecutiva, el monumento de la Foguera Plaza Gabriel Miró, Cansons de mona, merecido Primer Premio de Primera Categoría, la máxima en su época. Su explicación en el llibret de la Foguera es muy extensa, ocho páginas, que se inicia con una «versión castellana», la siguiente:
La hoguera es, toda ella, una glosa satírica de las canciones que el pueblo ha cantado y canta todos los años durante las fiestas de Pascua Florida.
Por ello, en cada elemento de la hoguera se han escrito estas canciones que «toman cuerpo» en las diferentes actitudes de los personajes, avalados por fondos alusivos.
Continúa, ya en valenciano, alabando al artista y a su obra:
Cuidadós, púlcre, ordenat
i artiste de cós sancèr,
Carrillo ha fet i ha pensat
lo millor que s'ha plantat
en este alegre carrèr.
Y despliega seguidamente tantos actos como escenas contiene la foguera, cada una titulada como esas tradicionales canciones de mona: «Que rode la mola, / que torne a rodar»; «Les xiques de l'horta / se volen casar»; «¡En el dit, dit, / en la má, má... / en el cólse, cólse, / i al c... li pegará!»; «A la rum, rum / cabaset de fum...»; «Tiene mi tarara / unas pantorrillas / que parecen cañas / de colgar morcillas»; «Que no me la encendrás / en el pío, pío, pío / que no me la encendrás / en el pío, pío, pá».

Termina con los versos: «¡Cantem les cançons de mona / en pau i en felicitat... / mentres els estraperlistes / fan cáses en la Explaná!», seguidos del consejo —Conçell— de que «Per plantar una foguera / tres còses tenim que fer: / rifar raçions de tercera, / un padrí en bóna cartéra / i un president... foraster».

Foguera Plaza Gabriel Miró 1947
(Archivo Adriano Carrillo)

Su máximo logro y su última obra, ya que, en plena cumbre de su éxito, abandonó la creación de fogueres, si bien dos años después ejercería un importante papel en el funcionamiento del Gremio de Artes Plásticas, como enlace con los artistas foguerers. Años después, fue designado en varias ocasiones Jurado de Fogueres, mostrándose abiertamente contrario a la barroquización del monumento.

Fue padre del también artista Adrián Carrillo Valero—Adriano Carrillo— (Alicante, 1946), continuador de esta saga, que se decantó igualmente por la escultura, obteniendo un gran reconocimiento por parte de su ciudad, Alicante.

En su obra utiliza diferentes materiales desde piedra a madera a través de los que consigue plasmar esa alternativa a la figuración, investigando las posibilidades del informalismo matérico y la abstracción geométrica. Estas técnicas las aplicó también ocasionalmente a la pintura. Su producción es un compendio de distintos registros plásticos donde Carrillo deja patente tanto su estética como los temas sociales de su tiempo, si bien este magnífico escultor nunca se decantó por el arte foguerer.

Hogueras de San Juan:de la prohibición a la promoción

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Artículo de GERARDO MUÑOZ LORENTE

Publicado en "Momentos de Alicante" del Diario Información del 19 de junio de 2017
(Fotos publicadas con el artículo)


El cambio que se produjo en la opinión pública alicantina acerca de las hogueras de San Juan fue tan rápido como sorprendente. En pocos meses, para la mayoría de los alicantinos (especialmente los que tenían mayor poder o prestigio, como políticos, empresarios y periodistas), la celebración de la víspera de San Juan con sus hogueras, petardos y música popular, pasó de ser un espectáculo inculto, propio de «una aldea rifeña» o de «un villorrio incivilizado», a una «obra patriótica, de interés general», «un festejo simpático en grado sumo».

Origen

Mucho se ha escrito sobre el origen de las hogueras de San Juan. Todos los autores coinciden en que se remonta a tiempos más antiguos que la propia Historia, a la necesidad que sintieron nuestros ancestros de venerar el fuego y el Sol.

En la noche del solsticio de verano, cuando el astro rey llega al trópico de Cáncer, los antiguos pobladores del hemisferio norte solían encender hogueras para rendir culto al dios Sol, a través de las llamas purificadoras del fuego. Un rito pagano que, como tantos otros, la Iglesia adoptó y cristianizó, dedicándoselo a San Juan Bautista. También los árabes hispanos corrían la pólvora y encendían piras en esta noche solsticial, siendo numerosos los romances moriscos que hablan de estas celebraciones.

Prendreel ros

En Alicante, las referencias más antiguas que existen sobre las hogueras del solsticio vernal las sitúan en las afueras de la población, donde ardían por iniciativa popular a base de leña, matojos y hojarasca. Prendían en la huerta o a orillas del mar, donde los alicantinos disfrutaban de verbenas espontáneas, en reuniones familiares o de amigos, cenando y bebiendo, cantando y bailando al son de las guitarras y canciones populares. Era una costumbre ancestral conocida como prendre el ros (literalmente, tomar el rocío), consistente en celebrar la víspera de San Juan bajo las estrellas.

Alrededor de la fogata se comía la tradicional coca en toñina(torta «rellena de atún, de merluza, de pimiento y tomate», según Rafael Altamira), se quemaba la pólvora en cohetes, truenos, petardos y carretillas, al tiempo que los más jóvenes hacían sonar caracolas o trompetas de vidrio o de latón, y saltaban por encima de las llamas. Era la «verbena roja de amor y de vino, crepitante de fuegos, de bulla y de aceites de frutas de sartén» que describiera Gabriel Miró. Verbenas que en el puerto tenían como fondo las embarcaciones adornadas a la veneciana, iluminadas con farolillos de papel de colores cuyos reflejos llenaban la superficie marina de trémulas luces.


Al amanecer, muchos de los alicantinos que habían permanecido en el interior de las murallas, marchaban al campo para celebrar la festividad de San Juan Bautista.

Protestas

Lentamente, esta celebración de la noche del 23 al 24 de junio fue perdiendo su carácter íntimo y familiar. Ocurrió con el progresivo traslado de las verbenas al interior de la población, en cuyas calles y plazas empezaron a prenderse las hogueras con enseres domésticos inservibles, como esteras viejas o paja de jergones; y cada vez en las fachadas de más casas lucían bengalas de diferentes colores.

Pero el fuego dentro de las murallas era peligroso y el humo molestaba a los vecinos, que protestaban. También se quejaban del estallido continuo de los petardos y cohetes, así como de las carretillas que algunos golfillos arrojaban a los pies de las mujeres en la calle.

Prohibición

Las protestas vecinales consiguieron que las autoridades locales prohibieran las hogueras y los petardos en la noche de San Juan, y no solo dentro de la ciudad, sino también en las afueras. En 1823, coincidiendo con el asedio absolutista de la ciudad y el comienzo de la Década Ominosa, el gobernador prohibió prender fogatas y quemar pólvora en la festividad de San Juan.

El 23-6-1851, el alcalde en funciones, Calixto Pérez, publicó el bando municipal en el que hacía saber «que siendo en estremo perjudiciales bajo todos conceptos las hogueras que ha habido costumbre en años anteriores de encender en las calles de la Capital en las noches de S. Juan y S. Pedro, se recuerda (?) quedan prohibidas dichas hogueras tanto en el interior de la Ciudad como en los barrios estramuros bajo la multa de 10 á 50 reales».

También el ayuntamiento democrático de 1869 prohibió los «festejos populares de San Juan», si bien no fueron pocos los alicantinos que hicieron caso omiso, «llenando las calles de inmensas hogueras, cuyas delicadas emanaciones, productos de esteras viejas, paja podrida y otros combustibles, asfixiaban al vecindario, ó arrojando haces de cohetes encendidos á las señoras que frecuentaban los paseos, o jugando por último al toro con hojas de Albacete por astas» (Eco de Alicante, 26-6-1869).

Dos años más tarde (23-6-1871), este mismo periódico pidió que se prohibieran las hogueras en la víspera de San Juan, lo que fue ordenado ese mismo día por el alcalde.

En 1874, El Constitucional se lamentaba de que, a pesar de la prohibición, el abuso de carretillas en las calles durante la víspera de San Juan (especialmente en la plaza de Santa Teresa, donde varios vecinos fueron heridos) convirtió «la poblacion en aldea, donde imperan costumbres que nuestra civilizacion rechaza, y el buen sentido condena». El alcalde Francisco Mingot Valls, enojado, publicó un bando denunciando tales desmanes y avisando de que impondría multas de entre 5 y 25 pesetas a quienes encendieran hogueras y arrojaran petardos en la víspera de San Pedro.


Como se puede ver, a pesar de las prohibiciones, reiteradas cada año por los alcaldes, muchos alicantinos se empeñaban en celebrar la víspera de San Juan prendiendo las tradicionales hogueras en el interior de la ciudad, aunque «solo duraban lo que los agentes de la autoridad tardaban en ver las llamaradas» (El Constitucional, 25-6-1876). En 1878, «multitud de fogatas» ardieron «perfumando la atmósfera de una manera sofocante» (El Graduador, 25-6).

En 1880 no se publicó ningún bando prohibitivo. «La noche de San Juan se ha celebrado en Alicante, como pocas veces se ha visto (?). Grandes, medianas y pequeñas hogueras devorando trastos viejos», informó El Graduador, ironizando: «El entusiasmo ha rayado á tal punto, que cada casa, era un soberbio castillo de fuegos artificiales, cada calle, un volcán; y no se crea que los cohetes eran de esos de un ochavo ¡vana ilusión! Cohete hubo que despues de dar mil y doscientos giros en confusa revolucion, tropezó con un hijo de Marte dando con él al suelo y la silla en que se hallaba pacíficamente sentado, y concluyó con el capricho de introducirse en la habitacion de un amigo nuestro y posarse en un sofá, como para término de sus fatigas. El mueble ha quedado inútil; pero esto es lo de menos, ¿qué no se rompe en noches de fiesta?».

También El Constitucional contaba que «innumerables hogueras ardieron en casi todas sus calles, exhalando el humo consiguiente y sofocando á los transeúntes. Grandes bandadas de muchachos y de mozos de los barrios, recorriendo la ciudad haciendo sonar trompetas y caracoles que atronaban los oídos y disparando gran número de cohetes y de globos aerostáticos que se elevaron á inmensa altura, no sin su poco de peligro, puesto que inflamándose algunos de ellos antes de agotarse su combustible, caían inflamados en los campos circunvecinos con riesgo de las mieses en ellos existentes», si bien no ocurrió «ni el mas leve disgusto».

También al año siguiente se permitió la celebración de las fiestas, quejándose El Graduador de que «hasta mas allá de la una y media de la madrugada duró el desorden y la alarma (?), convirtiendo esta culta poblacion en uno de esos villorrios faltos de toda autoridad y de gobierno».

En los años siguientes volvieron a prohibirse. No obstante, muchos alicantinos siguieron celebrando la víspera de San Juan a la manera tradicional. En 1884, ante la inactividad de los guardias y serenos, el número de cohetes lanzados al aire fueron incrementándose, según informó El Graduador. Eran cohetes «de grueso calibre, que reventaban en las puertas, ventanas y balcones, doscientas hogueras daban siniestro aspecto», y «los petardos se sucedían con tal rapidez, que la ciudad parecía plaza sitiada».

En 1886 y 1887 el alcalde amenazó a quienes incumplieran la prohibición con multas de entre 1 y 25 pesetas. Amenazas aplaudidas por El Liberal.

En 1897, La Unión Democrática se quejaba ante el alcalde de que, a pesar de la prohibición, «los cohetes, «pirulas» y «truenos», así como las hogueras en las calles, han constituido la nota saliente de la festividad de San Juan, semejando Alicante un poblucho del África». Ese mismo año, pero en febrero, Altamiraexplicaba en El Graduador que, en la noche de San Juan, «las fogatas, que á cada momento se apagan para reaparecer en otro punto, burlando la vigilancia de la policía; llénase la ciudad de humo, de olor á estera quemada y á pólvora, de rumores de fiesta y alegría, y el alma de todo un pueblo repite inconscientemente ritos simbólicos de otros tiempos con todo el entusiasmo que las colectividades ponen en lo que arranca de lo más primitivo de la historia de sus costumbres».


Los bandos prohibitivos siguieron publicándose en los primeros años del siglo XX. En 1910, Heraldo de Alicante se congratulaba porque las hogueras «van decayendo, en atención al bienestar general», pero confundía los deseos con la realidad, ya que siguieron encendiéndose fogatas y quemándose pólvora en las calles alicantinas cada noche de San Juan, proporcionando un «espectáculo poco culto», en opinión de El Periódico para Todos (23-6-1915). Costumbres que debían desterrarse porque eran «resabios de nuestra civilización musulmana, de la que son derivación las corridas de toros y el fanatismo religioso» (El Luchador, 23-6-1916).

En 1918 no se publicó el bando prohibitivo, por lo que se celebró libremente la verbena de San Juan, con hogueras, petardos y carretillas. «Hubo truenos verdaderamente monstruosos. Uno vimos estallar en la calle de San Agustín, frente al Ayuntamiento, cuyo estampido apagó las luces del alumbrado público por unos momentos», notició La Correspondencia de Alicante.

En los años siguientes volvió la prohibición, pero por supuesto las verbenas sanjuaneras, con sus hogueras y petardos, siguieron celebrándose. En 1920 se dispararon «mas carretillas y petardos que en años anteriores», pese a que «diéronse órdenes para evitar el salvajismo que representa esa fiesta de pólvora impropia de una capital que se tenga por culta» (El Luchador, 25-6).

Este mismo periódico recomendaba el 20-6-1924 que «vaya desapareciendo la inculta costumbre de disparar cohetes y petardos en vísperas de San Juan», y que «los que quieran encender hogueras, disparar cohetes o petardos, que lo hagan fuera de la población, en sitios que ni causen esas molestias ni constituyan tal peligro»

Pero nadie hizo caso de aquella recomendación. En la noche de San Juan de 1926, «se oyeron formidables estampidos» y «en la Explanada, frente a la calle Cruz de Malta, se encendieron dos hogueras que ardieron hasta la madrugada (?), para disimular seguramente colocaron sobre cada hoguera, una caldera con asfalto, con la escusa de reparar el piso de la calle» (Diario de Alicante).

En 1927 se publicó el último bando prohibitivo, firmado por el alcalde Julio Suárez-Llanos Sánchez.

La propuesta de José María Py

El «milagro» (El Día, 23-6-1928) lo propició José María Py y Ramírez de Cartagena, un gaditano que, después de residir 25 años en Valencia, vino a vivir a Alicante en 1922. En 1928 propuso la idea de regular las celebraciones de San Juan, a la manera de las Fallas valencianas, llamándolas Hogueras. Las mismas personalidades alicantinas que se habían opuesto a las tradicionales hogueras sanjuaneras, encabezadas por el alcalde Suárez-Llanos, no solo se dejaron convencer por Py, sino que acogieron con entusiasmo su sugerencia al comprender que la ciudad (y sus comerciantes) podían ganar mucho dinero y prestigio con la implantación de estas fiestas, atrayendo a turistas.


En poco tiempo se dispuso todo para preparar las Fogueres de Sant Choan, articulando las actividades que formarían parte de esta nueva fiesta oficial, que se celebraría por primera vez a modo de ensayo en 1928. La organización se puso en manos de Alicante Atracción, asociación creada ad hoc. Se organizaron actos para recaudar fondos, desde becerradas hasta funciones en el Teatro Principal. El alcalde publicó un bando pidiendo la colaboración del vecindario para «tan feliz iniciativa», una «empresa útil más en lo porvenir que en el presente». Y la prensa alicantina, que con tanta ferocidad se había opuesto hasta entonces a las tradicionales hogueras, apeló al patriotismo de los alicantinos, para realizar esta «obra patriótica, de interés general» (El Día, 23-6-1928).

Se formaron comisiones gestoras en los barrios, se buscaron artistas para la construcción de hogueras, se contrataron bandas de música de la provincia? «La ciudad ha enloquecido de repente. Los grandes problemas por resolver y las mejoras no logradas y de inaplazable realización no inquietan a Alicante más que la consecución de que las fogueres de San Chuan tengan un éxito rotundo» (La Voz de Madrid).

Éxito

Los festejos duraron dos días, con verbenas, cohetes y pasacalles. En la noche del 23 al 24 se llevó a cabo la cremá de las diez hogueras oficiales que habían sido plantadas en la madrugada anterior: plaza de Isabel II, Reina Victoria, Benalúa (plaza Navarro Rodrigo), Pérez Galdós (confluencia con Belando), Alfonso el Sabio (con Pablo Iglesias), San Antón (San Vicente y Alfonso el Sabio), plaza de Chapí y Méndez Núñez.

El éxito alcanzado por este «festejo fuertemente democrático, simpático en grado sumo» (El Luchador, 11-7), favoreció la aprobación del programa de fiestas para el año siguiente, con tres días de celebración (22 al 24), en los que no faltarían las despertás, las dolçainas y los tabalets, los castillos de fuegos artificiales, las misas, una corrida de toros y una cabalgata.

José María Py fue el presidente de la Comisión Gestora hasta 1930.

De bombas y bombardeosen aguas tabarquinas

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Aunque sucediera el día 9 de julio de 2017, hasta el 12 no saltó a las páginas de los medios de comunicación tanto locales, como autonómicos, nacionales e incluso alguno internacional, la noticia del hallazgo en aguas de la Reserva Marina de Nueva Tabarca de una bomba de la II Guerra Mundial.
El artefacto, localizado de forma casual por los miembros de un club de buceo, activó todas las alertas y conllevó la restricción de toda actividad subacuática y navegación en la zona balizada a tal fin por los medios de seguridad competentes, que anunciaban la desactivación de lo que resultó ser una carga de profundidad, pero la detonación podía afectar gravemente a una zona especialmente protegida, y de eso no parecía haberse preocupado nadie de advertir.
Las noticias dan cumplida reseña de los detalles del hallazgo, con fotografías, vídeo e incluso algún apunte histórico de las consecuencias del conflicto armado en aguas alicantinas, del mismo modo que dejan constancia de que no afectaría ni al baño ni a las comunicaciones marítimas con Santa Pola y Alicante.
Y es que nuestras aguas fueron escenario de frecuentes pasos de submarinos y hundimientos de barcos durante la II Guerra Mundial, del mismo modo que nuestras costas y ciudades lo fueron de intensos bombardeos en la Guerra Civil Española, con lo que tampoco sería extraño que apareciera algún artefacto explosivo de la época, pues hasta Nueva Tabarca fue atacada por la aviación italiana, como quedó constancia en los medios de comunicación de entonces, y ejemplo es la portada del Diario El Luchador del 30 de noviembre de 1936 (Archivo Municipal de Alicante), aquí reproducida:

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